06

26 3 0
                                    

—¿Quién es JaeHyeong?—inquirí, confundido.

—Su hermano.

De pronto recordé la conversación que él había tenido con Jae anoche, que había mencionado a un JaeHyeong como su hermano.

—Oh.—musité—Me encantaría.—sonreí amable.

—¡Le diré a Jae para que organicemos todo!—me abrazó de nuevo, dando brinquitos como un niño pequeño.

Así era WooSung; dulce, tierno, cariñoso, frágil y entusiasta.

—WooSung.—musité, cambiando repentinamente el tema—Quiero ir al tan famoso Puente de los Suspiros, quizás pueda tomar algunas fotografías.

Il ponte dei sospiri. ¿Y para qué quieres ir allá? No es la gran cosa.—dijo—Mas bien deberías ir a la plaza de San Marcos, muchos toman sus fotografías allí.

—Lo sé, pero no quiero algo común. Ya me conoces.—me encogí de hombros.

—Bueno, también podrías ir al Palazzo Ducale, le podrías tomar bellas fotos.

—¿Al qué? ¿WooSung, te molestaría hablarme en un idioma que entienda?

El rió.

—Al Palacio del Duque.

—Gracias. ¿Me llevarías al Puente de los Suspiros?

Él puso los ojos en blanco ante mi insistencia.

—Está bien, te llevaré mañana.

—Gracias Sung, eres el mejor.—fui yo quien empezó el abrazo ahora.

Seguimos caminando por las calles de Venecia, mirando casi todas las tiendas que allí había. Comimos en un pequeño restaurante y luego, un rato más tarde, llegamos cansadisimos al departamento.

Eran las siete de la tarde con treinta minutos cuando llamaron a la puerta.

—¡Es Jae!—anunció jovialmente WooSung y se levantó como rayo dando grandes zancadas hacia la puerta.

Dirigí mi vista hacia allá, desviandola del televisor, anhelante de ver el rostro perfecto.

—¡Amor!—WooSung se lanzó hacia sus brazos en cuanto la figura de su novio fue palpable, y él lo recibió cálidamente.

La fierecilla se removió incómoda.

—Ven, pasa.

Desvié mi vista de nuevo al televisor queriendo aparentar que nunca la había despegado de allí.

—WonPil, hola.—mi nombre en su voz era tan melodioso y diferente al resto de las voces que habían puesto en sonido mi nombre; lo hacía parecer tan bello, único.

Me giré para mirarlo.

—Hola, Jae.—le sonreí.

—¿Cómo va tu primer día en Venecia?—preguntó.

—Cansado.—reí al recordar que había usado el mismo adjetivo cuando él me había preguntado acerca del vuelo.

Creo que él también se acordó, porque rió de la misma manera que yo.

—Ojalá los demás no sean siempre así.—comentó y sonrió, luego miró a WooSung para entablar una conversación con él.

Entonces me giré de nuevo, pero a decir verdad, estaba más pendiente de su conversación que del programa italiano que se proyectaba en la televisión.

—¿Estás nervioso, cielo?—le preguntó a WooSung.

—¿Sobre qué?—inquirió él, confundido.

—Sobre tu entrevista de trabajo, mañana.

—¿Mañana es siete?—la voz de WooSung sonó alarmada—¡Dios, lo olvidé por completo!

Entonces me giré de nuevo para mirar.

—¿Tienes una entrevista de trabajo?—pregunté, realmente emocionado.

—Sí y... ¡oh!—se quedó en silencio durante unos segundos—¡Lo siento! ¡Lo siento, lo siento, lo siento!—se acercó a mi—Es que no recordaba lo de la entrevista, perdóname.

Tardé unos segundos en comprender porqué me pedía disculpas.

—Oh, WooSung, no. No te preocupes.—le sonreí—Iremos otro día a visitar el puente.

—¿No estás enojado?

—¿Yo? Para nada, al contrario. ¿De qué es el trabajo que solicitas?

—Enfermería en el hospital de la Isla de Torcello. ¡Tengo una idea!—dijo de pronto, como si la primera parte no importara demasiado, se giró a mirar a su novio—Jae, ¿podrías tú llevar a WonPil a Il Ponte dei Sospiri?

Los ojos se me abrieron de par en par ante la sorpresa y luego miré el rostro de Jae, tan bello como el de un ángel. Él también me miraba.

Chiaro. Per me non c'è nessun problema.—respondió él y sonrió. 

𝐌𝐚𝐧𝐮𝐚𝐥 𝐃𝐞 𝐋𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 - 𝐉𝐚𝐞𝐏𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora