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Me había pasado casi toda la noche en vela, ideando algún buen nombre para mi trabajo, algo que fuera como el título de una historia, pero nada era lo suficientemente bueno.

Luego recordé una de las conversaciones que había tenido con SungJin, aquella en donde le mostré la cantidad de fotografías que había tomado de Jae. Había usado un término para referirse a ellas: Manual de lo Prohibido, porque para mi eso eran. Entonces tuve la idea y el nombre para mi exposición, Manuale del proibito, en italiano, porque había sucedido en Venecia.

Luego de que llamé a YoungJae y que encantado aceptó el título tecleé el número de DoWoon, él aún me debía ciertas explicaciones. Le pedí que viniera a mi casa y a los pocos minutos apareció tocando mi puerta. Lo hice entrar y lo senté frente a mí en la sala.

—¿Recibiste la noticia, no?—me sonrió, no sabiendo qué esperar.

—Justo ayer. ¿Por qué no me dijiste?

—Porque pensé que ibas a decir que no y no estoy equivocado, ¿verdad?—enarcó una ceja.

—Pues no, pero... acepté.—exhalé.

—¿Aceptaste? ¿En serio?—la expresión de viva alegría le volvió al rostro.

—En contra de mi mismo, incluso.—admití.

—¿Por qué dices eso?—preguntó, confundido.

—Porque al exponer esas fotografías, terminarán por odiarme, Woonie. Fui y destruí su perfecta relación, le mentí a Jae al decirle que no lo amaba y ahora, vengo aquí a exponerle mi vida a medio mundo.

—No estás exponiendo tu vida.—me contradijo—Cada persona interpretará las fotografías a su manera, allí no dice "Le robé el novio a mi mejor amigo" ¿o sí?—volvió a levantar la ceja.

—Ya lo sé, pero soy tan egoísta que no me importa que Jae se enoje y me odie por completo, me duele muchísimo pero... sólo quiero verlo de nuevo. Por eso acepté, DoWooon, esto me da la esperanza de volver a contemplar su rostro.

—¿Egoísta? WonPil, eres la persona menos egoísta que conozco... pero te diré lo que sí eres, masoquista.—fruncí el ceño pero él continuó hablando—Por una vez en tu vida, WonPil, date gusto a ti mismo. Vives preocupándote de la vida de los demás, de sus opiniones y te dejas de lado... —me sacudió ligeramente de los hombros—Piensa por una vez en ti. Si esto puede que te acerque a Jae, pues no te detengas. Por una vez en la vida, lucha por lo que quieres.

No me había detenido a pensar, que aunque DoWoon fuese un bruto de sentimientos, podría llegar a ser también el amo y señor de la razón. Y justo ahora la tenía, no me iba a echar para atrás pensando en la gente a mi alrededor, o la que alguna estuvo allí; aún por más ridícula que fuera la idea y burda la esperanza, debía seguir adelante.

—Supongo que tienes razón, DoWoon.—le sonreí y él también.

—No supongas, la tengo.—rió y luego me abrazó—Sé que me va a ser la exposición fotográfica más popular en Seúl.—me animó.

—O más allá.

[...]


Después de aquella tarde y de muchas más, mientras el tiempo seguía su transcurso y con él se llevaba mis suspiros; la fecha de la exposición fotográfica se acercaba.

YoungJae había hecho su reconocido trabajo al darle la suficiente publicidad al mío; mandando a imprimir folletos, volantes e incluso un espectacular en la ciudad. YoungJae estaba loco, pero me daba esperanza. Inclusive se utilizó el diseño de una página web en la internet, anunciando la exposición fotográfica "Manuale del Proibito" por Kim WonPil y a un lado, una fotografía de Jae, la que DoWoon había llevado a YoungJae. Ver mi nombre bajo el título y a lado de la fotografía era para mí como una llamada de auxilio para que Jae la pudiera ver. Algo que esperaba lo trajera hasta mí al reconocer aquel nombre, del cual anhelaba no se hubiera olvidado tan pronto.

𝐌𝐚𝐧𝐮𝐚𝐥 𝐃𝐞 𝐋𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 - 𝐉𝐚𝐞𝐏𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora