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Pov Malia:

Comencé a abrir mis ojos lentamente, tenía mis párpados pesados.

*Necesito dormir* pensé

Aún podía sentir el Wolfbein recorrer mi cuerpo lentamente, se estaba acercando al corazón y eso no era buena señal.

La luz me cegó un momento, hasta que logre adaptarme a claridad. Mire a mi alrededor, era una especie de celda en muy mal estado; cuatro guardias custodiando desde dentro y quién sabe cuántos halla afuera.

- Despertó - logré escuchar a uno de los guardias -

- Informen al director - dijo otro -

Parpade varias veces y baje la mirada para averiguar qué me impedía moverme. Estaba sentada en una silla reforzada, llevaba barazaletes de acero en la muñecas y tobillos, para evitar mis movimientos.

- Que gusto me da verla de nuevo, señorita Logan - la asquerosa voz de Pirce resonó en mis oídos y en menos de dos segundos lo tenía de pie frente a mi, con esa repugnante sonrisa cínica en sus labios -

- Pirce - solté en un gruñido, tenzando la mandíbula y apretando con fuerza mis dientes -

- Veo que ya está conciente - dijo mientras me examinaba con la mirada - Quitenle la ropa - ordenó -

- Si me tocas, juro que... -

- No estas en posición de dar amenazas - me interrupio con un tono de grandeza y superioridad -

Tres sujetos con batas blancas se acercaron a mi y comenzaron a romper mis prendas. En menos de 10 minutos estaba en ropa interior, en la misma sucia silla.

- Esa herida no se ve nada bien - dijo Pirce mirando mi hombro -

- Si, pues tampoco se siente nada bien - dije irónica con la poca fuerza que me quedaba-

Con un movimiento de cabeza los científicos comprendieron sus órdenes y sin perder tiempo, ya estaban sacando el veneno de mi cuerpo.

El dolor hacia que los minutos pasaran más lentos y las ganas de morir aumentaban, cualquier cosa era mejor que soportar esto.

Pirce se había retirado a quien sabe dónde, mientras sus hombres hacían el trabajo de curarme. Un grito de dolor se escuchó en cada rincón del lugar y minutos después Pirce apareció en mi celda, con un semblante serio.

- Retírense - ordenó mientras tomaba asiento frente a mi -

- En dónde está el Sargento Barnes? - pregunté sin rodeos - Qué hiciste con él?! - explote en furia en un intento fallido de atacarlo -

- Tantos años y aún lo recuerda - bacilo con cierta diversión en su tomo de voz - Tiene una buena memoria agente Logan -

- No lo preguntaré dos veces - dije ente dientes -

- El Sargento Barnes recibió algunas mejoras y ahora trabaja por el bien de este mundo - respondió moviendo sus brazos -

- Obligándolo a olvidar quién es y convertirlo en un asesino? - hablé con ironía y molestia - Eso no es hacer el bien -

- HYDRA solo quiere encaminar esta sociedad llena de subordinados e inadaptados - intento convencerme hablando con confianza y naturalidad -

- Arrebatarles su libertad y matar a quienes sean una amenaza no es hacer lo correcto! - mi respiración comenzaba a agitarse -

- Te propongo un trato - dijo con calma e ignorando mi reciente reacción -

Lo mire atenta, esperando a la próxima estupidez que salga de su boca.

- Trabajas para mí, junto al Sargento Barnes - comenzó a hablar y no pude evitar soltar un "ja" con media sonrisa de lado - Y yo no mataré a tu familia -

Pude sentir como mi expresión cambio por completo. Sitwell había dicho algunos de los objetivos de HYDRA en el interrogatorio y uno de ellos era Tony.

* No puedo permitir que le hagan daño * pensé con preocupación.

- Si accedo...vas a dejar a mi familia y amigos en paz - propuse con seriedad y pude ver cómo una sonrisa amenazaba con salir en su rostro -

- Tenemos un trato entonces - dijo satisfecho -

Se puso de pie y antes de cruzar el humbral de la puerta se giro para darle órdenes a sus hombres.

- Ya saben que hacer - dijo con autoridad mirando a los científicos -

- Si, señor - se limitaron a decir antes de comenzar a preparar las maquinarias a mi alrededor -

- Qué es eso? - pregunté desconfiada pero nadie me respondió, es como si no estuviera allí - Oigan! -

Pude notar una mirada disimulada entre dos de ellos.

- Oye, tú - dije intentando llamar su atención - El de cabeza pequeña -

- Todo listo para comenzar - dijo uno de ellos ignorandome por completo, otra vez -

La silla en donde estaba comenzó a inclinarse hacia atrás, hasta quedar casi recostada. Los soportes en las muñecas y tobillos se ajustaron con más fuerza.

- Oye! - gruñi sin paciencia para que alguien dijera algo - Pirce les cortó la lengua o qué?! -

- Son mejoras, Malia - dijo Rumlow entrando al lugar - Aunque en mi opinión, ya eres perfecta así - sonrió coqueto -

- Van a borrarme la memoria - esas palabras fueron más afirmación que pregunta -

- No o al menos lo consideramos - contradijo Rumlow y de algún modo me alivio, aunque eso no mejorara la situación en la que estaba ahora - Solo sacaremos lo que hay dentro de tí, esa parte que tratas de suprimir constantemente, tú verdadero potencial... -

- No puede hacer eso - dije al borde de la histeria - Es peligroso, no saben en lo que se están metiendo -

- Peligroso...yo diría, imparable - me corrigió mientras caminaba hacia mi - Mi pregunta es... Por qué retener tanto poder? Cuando puedes usarlo para lo que se te antoje -

- Ese poder del que hablas, es solo el animal que vive en mi y debí haberlo eliminado hace mucho tiempo - respondí con arrepentimiento - Pirce no sabe en lo que está metiendo -

- Lo sabe - contradijo con calma - Y es por eso que debemos colocarte tu collar, bonita -

Saco una especie de collar de detrás de su espalda, eso me recodo la vez que Jean había perdido el control y nos encerraron a todos en un vagón de tren con collares anti mutación.

- De dónde lo sacaron? - pregunté sin quitar la vista del dispositivo -

- SHIELD tiene muchos jueguetes viejos guardados en depósitos - respondió con un tono burlón -

Dió la orden con un movimiento de cabeza y dos paneles de aderieron a mi cabeza, causando un dolor insoportable. No pude evitarlo y comencé a gritar como si mi vida dependiera de ello.

***

𝚆𝚘𝚖𝚊𝚗 𝚇 / 𝑺𝒕𝒆𝒗𝒆 𝑹𝒐𝒈𝒆𝒓𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora