Capítulo 11

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05 de septiembre de 1967, 8:30 de la mañana, Salón 3C, torre Turris Magnus, Castillo Hogwarts de Magia y Hechicería, Tierras Altas, Escocia.

En el salón se podía ver a dos hombres besándose sobre el escritorio, el mayor literalmente le comía la boca mordiendo sus labios con pasión. Antes del que híbrido peliblanco pasara a otra cosa fue abierta la puerta, por ella entraron un castaño y un rubio que sonrieron para luego acercarse a los mayores.

-Mis niños, como han estado –saludo Pollux antes de besar a cada uno en sus labios-.

Ninguno de los dos respondió y comenzaron a acariciar los abultados pectorales de Fenrir, los cuales lactaban desde hacía un buen rato.

-Ah... po-porque son tan buenos con sus manos niños... jod... -fue callado por un beso de Pollux-.

Siguieron así hasta que escucharon la puerta siendo golpeada, los cuatro gruñeron y se acomodaron todo, en especial Pollux que era quien tenía mayor problema con su erección.

Con un encantamiento refrescante estuvieron listo en pocos segundos y acomodados en sus lugares. Los Hufflepuff y Slytherin que estaban afuera entraron y se acomodaron, ignorando al dúo tejón-serpiente que se encontraban en el primer pupitre cerca del escritorio del docente.

-Bienvenidos a un nuevo año de Hogwarts -saludó Pollux a sus alumnos-.

*Time Skip*

05 de septiembre de 1967, 9:55 de la mañana, Salón 3C, torre Turris Magnus, Castillo Hogwarts de Magia y Hechicería, Tierras Altas, Escocia.

Los alumnos de segundo año salían felices de su clase de DCAO, el maestro peliblanco les presentó dos hechizos en el primer día de clases, el primero fue el encantamiento Fluctus y el otro fue el encantamiento Crapio. Sin que nadie se hubiese dado cuenta el dúo rubio-castaño se quedaron atrás "guardando sus cosas".

Al estar los cuatro solos se encaminaron tranquilamente al despacho del profesor, donde se encontraba Kaus durmiendo en una cuna. Los niños corrieron para ver a su ahijado, viendo el parecido del pequeño con su profesor amante.

-Con cuidado pequeños, Kaus apenas durmió hace unos minutos, mejor dejémoslo descansar –dijo Fenrir revolviendo los cabellos de los pequeños amantes de su alfa-.

Los pucheros que hicieron le pareció tan tierno al peliblanco que los besó en la coronilla de cada uno, los amaba tanto que no podía negarles nada.

-Tranquilos mis niños, cuando crezca podrán jugar con él -les dijo antes de tomar a ambos y llevarlos a su escritorio, depositándolos sobre este-. Los amo, a todos –los tres presentes se les estrujó el corazón y se lanzaron a besar al peliblanco-.

-Nosotros igual –dijeron a coro los tres-.

Con una sonrisa Pollux se acomodó para recibir el cariño de sus parejas.

*Time Skip*

14 de febrero de 1968, 14:21 de la tarde, Salón 3C, torre Turris Magnus, Castillo Hogwarts de Magia y Hechicería, Tierras Altas, Escocia.

En los últimos seis meses las cosas en Hogwarts han ido mejorando, Pollux se la pasaba mimando a Kaus, quien reía por las cosas que hacía su padre, Abraxas ya estaba en su sexto mes, donde su vientre aumentó tanto como cuando Fenrir estaba embarazado.

Ahora Pollux se encontraba dictando una clase para sus alumnos de tercer año de Ravenclaw-Slytherin, todos estaban muy atentos con el nuevo encantamiento que su maestro les estaba enseñando, aparte del día tan meloso para algunos.

Cuando estaba a punto de lanzar el encantamiento la puerta fue golpeada frenéticamente, enojado caminó hacia esta y vio de quien se trataba.

Christopher Time, perfecto de Slytherin en su séptimo año estaba con una mirada preocupante, tras de él se encontraba Zac Lyon de Hufflepuff y Cody Hot de Ravenclaw, quienes sostenían a duras penas a una Abraxas demasiado sonrojado para ser normal.

-Profesor, lamento molestarlo así, pero el profesor Malfoy no se encuentra bien y sus túnicas están manchadas de líquido extraño, nos pidió traerlo hasta aquí -exclamó preocupado el chico de Slytherin-.

-Fenrir, estas a cargo –el peli plateado asintió antes de cerrar la puerta-. Time, ve y avisa al director Dumbledore que suspenda las clases de Abraxas por hoy y los días siguientes, Lyon busca a Leo Black y avísale sobre lo ocurrido, Hot lo mismo, pero con Lucius Malfoy, ahora.

Los tres partieron a hacer lo pedido y Pollux corrió con Abraxas en sus brazos hacia sus aposentos, una vez allí invocó las cosas de su pareja para el tiempo en St. Mungo y luego con la red flu se transportaron al hospital de heridas mágicas.

Una vez llegados fueron atendidos rápidamente por los sanadores del lugar, llevándose al rubio en una camilla flotante hasta el primer piso para el nacimiento del nuevo miembro de la familia Peverell-Malfoy.

Las horas pasaban y para ese entonces Thanatos apareció junto a Dumbledore, Leo y Lucius, estos últimos siendo traídos por el anciano director.

-Como está Abraxas, hijo -preguntó la muerte a los ojos-.

-Llevan casi tres horas adentro, estoy asustado ¿y si les pasó algo a ambos? -preguntó asustando-.

-Ya verás que todo saldrá bien, padre -respondió apresuradamente Leo, abrazando al peliblanco con fuerza-.

-Pollux -habló el director-. El señor Malfoy es un excelente mago, él sobrevivirá, al igual que el pequeño que nació de su amor –la sonrisa afable libre de maldad-.

Antes de responder al anciano una enfermera se acercó al grupo. - ¿Familiares del Abraxas Malfoy? -preguntó llamando la atención de los cinco-.

-Como está -exigió el peliblanco-.

-Usted no es nada del señor Malfoy, solo su hijo puede entrar –dijo apuntando al rubio que miraba indignado a la mujer-.

-Hope, que haces, deja pasar a Lord Peverell -exclamó el sanador desde adentro de la sala-.

De forma burlesca pasó Pollux por su lado y entró rápidamente al cuarto, adentro pudo ver a su rubia pareja sobre una cama de hospital y una sonrisa en su rostro, sosteniendo un pequeño bulto tapado en una cobija que llevaron para la ocación.

-Vamos Pollux, ven y saluda a tu hijo -mencionó Abraxas cansadamente-.

El peliblanco caminó con cuidado hasta llegar a la altura de su pareja, besándolo castamente antes de ver a su hijo. El pequeño tenía una pequeña mata de pelo rubio, mientras que su tez era blanca como la de Pollux, sus ojos aún no se abrían así que pronto habrá una apuesta para saber a quién salió.

-Como lo llamaremos -preguntó el rubio comenzando a acariciar la melena de su pareja-.

-Kaeso, Kaeso Pollux Peverell Malfoy -respondió el peliblanco sin dejar de mirar a su hijo-.

-Excelente nombre para un miembro de la familia Malfoy -respondió Morte desde la puerta-.

Los dos hombres se voltearon a ver y sonrieron, allí estaba su familia, aquella que ellos estaban formando. 

Beast DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora