Capítulo II: Aria

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   Desde que la había ayudado, Lauren ocupaba mis pensamientos. Recordaba haberla visto antes en el instituto,  pero no esperaba que nos tocase juntas en la misma clase.

  

   Me quedé de piedra al llegar a la que iba a ser mi clase y ver que estaba ella. Noté sus brillantes ojos oscuros puestos en mí nada más entrar,  a lo que respondí dedicándole un pequeña sonrisa.

   Me senté con Johan al otro lado de la clase, en la cuarta y penúltima fila, un lugar perfecto desde el cual podía observarla.

   Llegó nuestro tutor, y empezó a hablar. No le escuchaba, todos los profesores decían lo mismo al empezar las clases. Ya llegaba a resultarme aburrido por lo que me limité a observar a Lauren. Johan se dio cuenta de mi falta de interés con respecto al profesor.

   -Oye -me dijo susurando- ¿a quién miras?, ¿a una futura víctima?

   Asentí con la cabeza, y disimuladamente señalé a la persona a la que estaba mirando.

   -Oh no, oh no -adoptó una expresión seria.

   -¿Por qué no? -dije calmadamente- ¿acaso fue tu novia en otro tiempo y todavía guarda un hueco en tu corazón?

   -No es eso -le miré preguntándole el porqué de su negativa- es Lauren Jamison, mi prima.

   -¡Tenías una prima tan guapa y no me lo dijiste! -dije con un ligero tono bromista.

   -No tenemos un relación muy cercana, pero no quiero que la conviertas en una de tus novias de usar y tirar -dijo mirándola- además no creo que cayera ante tus encantos, tiene novio. Y que yo sepa no le van las mujeres.

  -Te he repetido mil veces que no es cuestión de que alguien sea hombre o mujer, si no de como es cada persona -dije apoyando la cabeza sobre la pared-. Además sabes que podría hacerla caer ante mis encantos.

   -Lo que sea, prométeme que no será uno de tus juguetes -me miró seriamente, y le respondí con un asentamiento de cabeza.

   Por fin pasaron aquellas interminables dos horas, que había pasado mirando a Lauren o hablando con Johan sin escuchar nada de lo que el profesor había dicho.

   -Te vienes a mi casa un rato, podrías venirte a comer y luego si quieres podríamos ir a casa de Rusti -dijo Johan mientras salíamos.

   -Claro, no me apetece ir a casa -le lancé uno de los cascos de mi moto.

   -¿Algún problema con tu padre?

  Asentí. Mi padre era un borracho, no paraba de maltratarnos a mi hermano Riley y a mi. Los malos tratos se habían agravado tras la marcha de mi madre, abandonó a mi padre por otro hombre y nos dejó a mi hermano y a mí a su merced.

   Nos subimos los dos en mi moto y fuimos hacia su casa.

   -¡Mamá ya estoy en casa! -gritó Johan en cuanto entramos- ¡vengo con Aria!

  -No hace falta que grites que no estoy sorda. Hola Aria, ¡que guapa estás! -dijo Elisa (la madre de Johan) dándome dos besos.

   -Vamos a mi cuarto, ¿se puede quedar a comer?

   -No te acuerdas de que iban a venir tus tíos con Lauren -dijo su madre- pero Aria es casi como de la familia así que no creo que haya problema -dijo mientras volvía a la cocina.

   Fuimos a su habitación, Johan se lanzó sobre su cama mientras yo me sentaba en la silla de su escritorio.

   -Vaya mierda, ¿por qué tienen que venir?

   -Se nota que los quieres mucho -dije sarcásticamente jugando con una pelotita.

   -No es que no les quiera, pero no aguanto mucho a Lauren -se levantó y se sentó- cambió mucho cuando empezamos secundaria.

   En ese momento sonó el timbre y Johan soltó un bufido. Oímos las voces de sus tíos saludando a los padres de Johan, y después unos pasos que se acercaban a la habitación en la que nos encontrábamos. Lauren abrió la puerta lentamente, al entrar se sorprendió al verme.

   -Hola -dijo casi en un susurró.

   -Hola -dijimos Johan y yo a la vez, aunque Johan lo dijo sin mucho ánimo.

   -Otra vez nos volvemos a encontrar, ya van dos veces en el mismo día -dije.

   -¿A qué vienen esas confianzas? ¿Ya os conocíais? -dijo Johan levantándose de un brinco de la cama.

   -Digamos que ayudé a Lauren con cierto problemilla -me pareció ver que se sonrojaba.

   -Prefiero no saber más -se aclaró la garganta- Lauren esta es Aria Lavenza, mi amiga de la infancia. Y Aria, ésta es mi prima Lauren Jamison. Puedes sentarte si quieres Lauren.

   Laruen no estuvo muy habladora, se notaba que Johan estaba agradecido por aquella. En seguida nos llamaron a comer y no tuve tiempo de charlar con Lauren. La comida pasó rápidamente y en silencio por parte de Johan y mía. Terminamos rápidamente de comer, y cuando nos disponíamos a irnos a casa de Rusti, Elisa nos detuvo.

   -¿Por qué no os lleváis a Lauren con vosotros? -nos dijo murmurando.

   -¿Por qué?, que salga con sus amigos -su madre le dio una pequeña colleja.

   -Por mí vale -Johan me asesinó con la mirada- pero solo tenemos una moto y somos tres.

  -Por eso no te preocupes -sacudió unas llaves- te levanto el castigo Johan puedes coger tu moto. Pero pórtate bien con Lauren -le dio las llaves y volvió con sus invitados.

   -Gracias a mi te han quitado el castigo -le dije susurrando.

  -Lauren ¿te apetece venir con nosotros a dar una vuelta? -le preguntó Johan algo mosqueado.

   Noté vacilación por parte de Lauren, pero, por suerte para mí, accedió a venir con nosotros. Aprovecharía la ocasión para intentar acercarme a ella, a pesar de haberle prometido a Johan no hacerlo. Pero por mucho que lo intentase no podía dejar de pensar en ella.

Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora