Cartas (V)

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La luz del sol que entraba por la ventana despertó a Gerard, que estiró sus brazos para abrazar a Frank, pero él ya no estaba allí aunque la cama conservaba su olor.
Gerard se quedó un rato tirado en la cama, ¿Qué hora era? ¿Que haría Frank abajo? Probablemente desayunar, pensó Gerard, como antes siempre hacía.
Gee estaba totalmente feliz, todo había vuelto a la normalidad. Ahora bajaría a la cocina, y desayunaría con Frank, que posiblemente habría preparado desayuno para los dos; Luego hablarían de qué hacer ese día y puede que también sobre el futuro, puede que incluso hablasen de volver a reunir a My Chemical Romance.

Gerard no pudo esperar más y se levantó de un salto. Miró el reloj, era bastante pronto. Se puso algo de ropa y bajó las escaleras camino a la cocina, pero allí no había nadie.

-¿Frankie?.- Dijo Gerard alzando la voz, pero no obtuvo respuesta.

Corrió hacia el salón, pero nada, no había nadie. Salió al jardín, pero tampoco hubo suerte.

-¿Frankie?.- Volvió a gritar, comenzaba a estar asustado.

Subió nuevo al piso de arriba, miró en la habitación de Bandit, en el despacho, en los baños... Incluso subió al desván, pero nada.

Fue cuando volvió a la cocina cuando se fijó en que, sobre la encimera, había un sobre. No tenía nada escrito ni por delante ni por detrás, pero había algo dentro, así que lo abrió y comenzó a leer:

Me gustaría poder ver tu reacción cuando termines de leer ésta carta, pero no va a ser así, yo ya estoy camino a New Jersey, estoy volviendo con mi familia, como hiciste un día. Y ya nada de lo que digas podrá detenerme.

Ahora sabrás de primera mano cómo es ser como yo, cómo me sentí cuando leí aquella arrugada servilleta que dejaste sobre mi mesa.

He pensado demasiado en este momento, han sido muchas veces las que he planeado cómo actuaría llegados a este punto.

Primero pensé en matarte, envenenando tu comida, pero luego pensé que era mejor que el veneno corriera entre nosotros, entre tu boca y la mía, tus manos y las mías, para que así, por lo menos, pudieras agradecérmelo, porque seamos sinceros, soy ese tipo de chatarra humana a la que adoras, ambos sabemos que no tengo los escrúpulos para ponerte esta pistola en la cabeza y dejar tu cadáver en la cama. Y yo no quiero ir al Infierno.

"I don't love you like I've love you yesterday" cantabas, bien, pues eso define mis sentimientos actuales a la perfección. También debo confesar que una parte de mi desea volver a tu lado, pero deberías saber, queridísimo Gerard, que sé más sobre esta vida de lo que tu crees y prefiero salvarme de esa, mi auto destrucción.
Sigo viéndote despierto en todo momento, en mi cabeza... me temo que eso no cambiará jamás.

Te mandaré rosas cuando crea que necesitas reírte. Y compondré sobre ti. Esos ángeles a los que tu pedías auxilio y rogabas que bajasen a por ti, son los que me acompañan ahora a mi.

Espero que hayas disfrutado de ésta mi dulce venganza, celébrala si realmente lo crees necesario.

                                                    Frnk.

Cuando Gerard terminó de leer aquella carta, se desplomó en el suelo y comenzó a llorar.

FIN.

No me odien por favor, suelo ser así de "negativa" en todo lo que hago, pero es parte de mi encanto (?)
Gracias por leer esto, es mi única obra terminada, estuve inspirada una vez, pero ya no más, ups.

Los amo

Entre páginas (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora