Lussuria

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No aguantaba más la situación. 

Fui una ingenua por creer que una semana sin saber nada de él iba a hacer que me olvidase. 

Necesitaba esa semana para mí, para desconectar y para solucionar la mala relación que teníamos en Magari. Renzo también se disculpó por haber tenido una actitud tan dura.

Con Guido las cosas... cambiaron. Claro que lo quería, por encima de todo. Pero quizás no de la misma manera que él sentía en ese momento. 

Me disculpé con él, no tenía derecho a hacerle daño y fue cuando me pidió que le diese una oportunidad que me hizo recapacitar. 

"Dame una oportunidad, Fiorella, por favor. Déjame demostrarte por qué siento lo que siento" 

Nunca le confesé con quién me había enrollado, solo le conté que fue esa noche que había salido de fiesta -en parte era verdad- a lo que él había contestado:

"No eches a perder a alguien que te quiere dar el mundo por alguien que solo te quiere para un polvo"

Y quizás era cierto. ¿Qué iba a pasar con Damiano? No tenía ni idea de lo que sentía hacía él. Nuestra atracción física era evidente y lo que habíamos sentido en aquellos besos más aún pero, ¿qué iba a pasar una vez nos acostásemos?

Éramos de dos grupos muy diferentes, que ahora pasábamos tiempo juntos por un motivo pero ¿qué pasaría una vez sacásemos ese disco e hiciésemos un par de conciertos para promocionarlo? Que cada uno tomaría su camino. Con sus giras, sus viajes.

Además era obvio que él también tenía asuntos con Victoria y algo con Ethan que aún no me quedaba del todo claro.

Y tras pensarlo detenidamente fue cuando tomé la decisión de quién de verdad tenía que estar a mi lado era Guido. Y acepté darle una oportunidad.

Tenía clarísimo que en esa fiesta iba a ver a Damiano, pero reuní todas las fuerzas para ponerme a prueba y demostrarme a mí misma que había sido capaz de borrar ese capítulo de mi vida.

Pero no fue así. En ningún momento. No podíamos evitar mirarnos todo el tiempo, como si no existiera nada alrededor. Me ponía nerviosa solamente de verlo, de notar su mirada, su olor cuando nos chocamos sin querer y de su voz al mencionar aquel "estáis vivos, genial". Y la realidad llegó como una bofetada. No iba a ser capaz de hacer como si nada porque sentía cosas fuertes por él.

Pensaba que bebiendo iba a olvidar aquello por un rato pero no, únicamente me sirvió para querer más y más de él. Ni era consciente de que estaba bailando con Guido mientras lo miraba a con ganas de "quiero que seas tú", y no sé si me puso celosa o me alegró el hecho de que él hiciera lo mismo con Victoria, demostrando el efecto que le estaba causando.

Guido me besó y aunque me pillo por sorpresa porque estaba sumergida en mis pensamientos, le correspondí al beso. Aunque no estuviera pensando en él.

Pero ver que Damiano hacía lo mismo y encima tuvo la poca vergüenza de mirarme a la vez besaba a su amiga me destrozó. No aguanté ni un segundo más y tuve la necesidad de aislarme en algún lado por un segundo.

Corrí escaleras arriba en busca de un baño.

Los dos éramos dos mierdas de personas. Estábamos utilizando a la gente que más queríamos por nuestra estúpida atracción. Nunca me lo iba a perdonar y sabía que él tampoco. 

Cerré la puerta y me apoyé en el lavabo mientras respiraba rápidamente.

- Eres lo peor - me dije a mí misma.

Y entonces la puerta se abrió y Damiano entró cerrándola tras él con fuerza. Me miró de arriba a bajo para acorralarme antes de decir:

- No me importa la mierda que acaba de pasar ahí abajo pero se acabó. Nada ni nadie va a evitar que esta noche te haga mía.

[ MARLENA ] DAMIANO DAVIDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora