[ MARLENA ] DAMIANO DAVID

Dolcezza

- ¡No! - soltó Guiro enfurecido mientras lanzaba el móvil sobre la mesa que tenía enfrente.

Renzo y yo nos echamos una mirada cómplice y suspiramos mirando hacia otro lado.

- Guiro... - musité mientras me pasaba las manos por mi largo pelo moreno. Él me estaba dando la espalda mientras estaba recostado en la silla - podría ser una buena id...

- ¡Que no! Simplemente no - no me dejó acabar la frase y se giró para mirarme fijamente.

Guiro era un chico muy pero que muy atractivo. El guitarrista de nuestra banda tenía 22 años, al igual que Renzo y yo. Era un chico alto, pelo azabache y ojos esmeralda. En su rostro se podían apreciar alguna que otra peca y su cuerpo le hacía justicia a las horas que echaba en el gimnasio. 

- Es que no puedo comprender que estéis de acuerdo a esa idea - no dejó de mirarme a los ojos mientras hablaba - A esa idea de mierda.

- Hombre yo - comenzó a hablar Renzo con su típica sonrisa burlona que siempre portaba - lo veo una idea de mierda. Pero tío ¡conocer a Victoria! A esa hermosura, perdona pero no puedo perder mi oportunidad de que caiga en mis encantos.

Suspiré resignada y volví a mirar a Guido. Me levanté del sofá en el que me encontraba sentada y me agaché para quedar frente a él y cogerle las manos.

- Creo que a nadie le gusta esta idea, pero no podemos quedar mal. Además de que si ellos dijeran que están dispuestos y nosotros no, nos haría perder muchos respetos y por ente, fans y fama. Guiro escúchame - hice una pausa cuando vi un destello de esperanza en sus ojos - somos tres en esto y los tres lo haremos juntos. No podemos dejar que el orgullo nos quite ventaja.

- Eres demasiado buena Ella - tanto Guido como Renzo utilizan ese mote para dirigirse a mí - Es que solo de pensar que tendré que pasar tiempo con el arrogante del vocalista y sus tres colegas raros que se creen el ombligo del mundo... Pero supongo que tendrás razón. Nos podemos jugar mucho.

- ¡Gracias joder, gracias! - gritó Renzo levantándose de un salto y con los brazos en el aire - te dedicaré el polvo con Victoria amigo - y tras eso salió por la puerta del salón.

Nos encontrábamos en el apartamento de Renzo, ya que nosotros a diferencia de Måneskin no compartíamos casa y cada uno teníamos un apartamento en Roma.

Guido y yo nos quedamos a solas y seguía agachada con sus manos con las mías. Me miró durante unos largos segundo y se le escapó una sonrisa. No me ponía nada nerviosa notar que me observaba tanto, nunca me había ocurrido con nadie, y antes de decir palabra acortó el corto espacio que había entre nuestros rostros y me dio un suave y fugaz beso en los labios.

- Vaya Guido Marchetti, no deberías de ir robando besos por ahí - dije y me levanté mientras me estiraba los vaqueros. 

- No sabía que a ti tenía que pedírtelos - sonrió mientras me comía con la mirada con claras intenciones. 

Nuestra relación era peculiar. Fundamos el grupo junto a Renzo hacía 4 años. Yo cantaba por solitario, subía vídeos a redes sociales mientras cantaba covers y un día Guido contactó conmigo diciéndome que él y su amigo teclista estaban interesados en conseguir una vocalista y formar un grupo. Y ahí entré yo. Desde los comienzos los tres nos llevamos como hermanos, siempre éramos uno. Pero desde hace unos seis meses empece a ver a Guiro con otros ojos. Y entendí que por su parte era de la misma forma. Él dio el primer paso y aunque hayamos pasado por muchos momentos, no queremos que nuestra relación pase de ahí, al menos por el momento. No lo exponemos al público y tampoco nos sobrepasamos porque no queremos incomodar a Renzo -ni escuchar sus comentarios guarros-.

Abrí la llave de mi apartamento y lancé el bolso en el sofá. Era pequeño pero acogedor y sinceramente para mí sola estaba muy bien. Incluso cuando se venía Guido y pasábamos las tardes y las noches. Suspiré de cansancio porque no me quedaban energías. Habíamos pasado todo el día con el mismo tema, primero con nuestros productores y managers pidiéndonos que aceptáramos, y después los tres. Supuse que el otro grupo también había aceptado el contrato con la productora. Saben ganarse a los fans muy bien. 

Me di una relajante ducha antes de llamar a Jonas, nuestro manager, para darle la noticia de que habíamos aceptado. Ibamos a colaborar con Måneskin en un disco. Me apoyé el teléfono en el hombro mientras abría una botella de vino. Necesitaba un trago largo. 

Tras mandarle un mensaje a Jonas, ya que no me había cogido el teléfono, me tumbé en mi cama con la espalda apoyada en el cabecero y empecé a ver Instagram. Las dos bandas no nos seguíamos en aquella red social, supongo que hasta ahí llegaba nuestro orgullo. Pero no sé en qué momento mis dedos habían tecleado "ykaaar" y me encontraba en el perfil del tal moja-bragas Damiano, al que Guiro no soportaba. Ni ninguno de nosotros. Bebí otro trago de mi copa sin despegar los ojos de mi móvil y empecé a ver sus fotos. ¿Que por qué hacia eso? Pues no lo sé, pero tragué saliva mientras pasaba sus publicaciones y algo en mí se encendió.

- Pero qué coño haces, Fiorella - susurré para mí misma y lancé el móvil por la cama.  

Un zumbido provino de él y me estiré para recuperar el aparato que acababa de lanzar. Una notificación de twitter en la que una fan había subido una captura en la que se veía como hacía un minuto Ethan, el de la banda, me había comenzado a seguir en Instagram. 

Joder los fans, estaban al tanto de todo. Fui a mi perfil y revisé si era cierto no. Y ahí estaba, entre uno de mis miles de seguidores. No tenía claro si le iba a devolver el follow o no pero nunca sucedió porque me llegó un mensaje de Jonas.

Sabía que aceptaríais, si no ya lo hubiese hecho yo por vosotros, así que ya está confirmada la cita para mañana. Os presentaremos Måneskin en persona, a las 14h en el restaurante Palau. Evento privado. Ya os quiero ver con vuestras mejores caras y pareciendo los mejores amigos del mundo.

Y ahí me encontraba yo, en mi cama y sin saber por qué sintiéndome muy nerviosa.