Capítulo 2

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TESSA

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TESSA

Era viernes por la noche y me encontraba encerrada en el hospital Saint-Laurent porque me tocaba guardia. Menos mal que amaba en serio mi trabajo o no sería capaz de aguantar las jornadas... o al intimidante doctor Butler.

—Odio aquí —chilló Mónica mientras hundía su rostro entre sus manos con dramatismo—. ¿Por qué me persigue la desgracia? ¿Por qué la vida no me permite ser feliz ni siquiera por cinco minutos? ¿A quién le he hecho tanto daño yo para que me pase esto?

Reí y negué con la cabeza mientras terminaba de ordenar algunos expedientes. Pintaba a ser una noche tranquila en el hospital, por lo que el doctor Butler nos había enviado a ordenar expedientes para mantenernos ocupadas.

—Sé que sientes como si fuera el fin del mundo, Moni, pero podrías ir a ver a ese bobo que idolatras en otra oportunidad.

Ella volteó a verme con indignación.

—¡No! Porque yo podría morir... o él podría morir... —dramatizó—. Y entonces nunca tendría oportunidad de ir a un concierto suyo. ¡Y no lo llames bobo!

Rodé los ojos con diversión.

—Vale, como digas. Pero tal vez si los dos mueren él quiera seguir torturando almas con su música y ofrezca un concierto en el más allá. Podrías asistir a ese, sé positiva —le ofrecí una sonrisa y Moni me enseñó el dedo medio.

—Te odio. —Puso mala cara—. Tú sabes que su música no es mala, todo lo contrario, y solo no quieres aceptarlo.

—El señor impida que alguien me escuche afirmar algo como eso en voz alta.

Vale, la música de DJ Johnson no era horrible, pero no me gustaba porque estaba en todos lados como un virus. Parecía una enfermedad de la que no te podías librar ni por un instante. Escuchar todos los días y a todas horas sus canciones era un fastidio. Más aún porque provocaba que un montón de chicas, incluida Mónica, sacaran a su más salvaje y chillona fangirl interior.

—Qué bueno que te quiero porque de lo contrario ya serías alimento de Johnsies por atreverte a hablar así de nuestro rey.

Hice un gesto despectivo con la mano.

—Lo que único que pasará aquí es que el doctor Butler nos matará a ambas si no me ayudas a terminar de ordenar los expedientes que nos encargó. —Señalé la pila de carpetas—. Deja de llorar por tu desgracia y sigamos con esto, anda.

—Ese horrible... —apretó los labios con rabia— ser humano. Si es que se le puede considerar uno, claro.

Reí.

—¿Ahora despotricarás sobre nuestro jefe?

—Él sabe que soy una ferviente Johnsie de corazón, Tess, por eso me puso en la guardia de hoy. ¡Estoy segura de que escuchó cuando hablé del concierto de esta noche!

Por una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora