Capitulo 19

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Capitulo 19: Gime mi nombre nena.

Pov: Artemisa.

Capitulo +18 AHORA SI LLEGO LO QUE TANTO DESEABAN BANDIDOTAS.

Los besos empezaron a incrementarse de forma inmediata, mis piernas se encontraban enrolladas en las caderas de Hades, mientras esté me sostenía por los muslos, sus besos empezaron a trazar líneas algo humedas desde mis labios hasta llegar a mi clavícula, el repetía lo mismo pero cada vez con más impetu.

Sentía la excitación empezar a drenarse en mi cuerpo, Hades se sentó en la orilla de la cama y yo quedé sentada a horcajadas encima de él, sentí completamente su algo proviniente erección en mi zona más sensibles era grande, demasiado grande, pero sentía demasiado placer al estar encima de él, una eléctricidad recorría todo mi cuerpo.

Las manos de Hades empezaron a deslizarse por debajo de mi camiseta, lograron que mis bellos se erizarán, era un toque suave pero placenteramente mortífero, en ningún momento paraba de besarme, y era una sensación totalmente exquisita.

Sus manos empezaron a subir, hasta llegar a mi sostén, este acariciaba mis pechos por encima de este, sentía que la ropa ya era un completo estorbo, y con su ayuda me quedé sin camiseta, mi sostén de encaje color negro hizo su precensia frente a los voraces ojos de Hades, que devoraban sin pudor alguno.

—Siente como me pones preciosa— hablo con la voz totalmente ronca, mientras me sujetaba por la cintura y hacía más presión en su erección.

Me moje más como si eso fuese posible, Hades me giro y me coloco debajo de él y empezó un suave roce rozando su grande y delicioso amiguito por encima de mis bagras, rompió la fina tela de mi falda y me dejó en ropa interior frente a él.

El estaba completamente vestido, mientras yo estaba totalmente expuesta ante él, y eso a él le encantaba.

—Eres mía, solo mía— me susurró al oído mientras mordia suavemente el lóbulo de este.

Yo no respondí, sentía la garganta demasiado seca para poder hablar

Una de sus manos acariciaba mis muslos, mientras que con la otra sujetaba casi todo su peso para no molestarme.

Al no obtener respuesta, rompió la tela de mis brgar, con dos dedos entro en mi, fue rápido y preciso y para nada delicado y eso me éxito aún más

—te pregunté algo— hablo de forma sería—Y quiero una respuesta— volvió ah hablar mientras añadía otro dedo mas.

Los gemidos salían sin contemplaciones de mi boca y menos podía hablar, movia sus dedos de una forma exquisita y sentía como mi cuerpo estaba a punto de estallar, entraba y salía rápidamente mientras me besaba.

—Quiero una respuesta— y volvió entrar pero esta ves eran cuatro dedos, me incomodo pero me encantaba el placer que sentía.

—Haa..des..—

—Dime cariño—hablo mirandome fijamente y sacando sus dedos.

—Soy t...— los metió sin previo aviso—So.y tu..ya—

—No escuché bien—

—¡SOYyy...TUUuuyaa— hablé lo más rápido que pude.

—Ahora si sentirás lo que es placer te dollars tan duro que quiero que los vecinos escucharte gemir, quiero que llores de placer y me supliques que me mueva más rápido dentro de ti— murmuró cerca de mis labios.

Eso me puso a mil.

Jugaba con mi mente me dominaba y eso me fascinaba.

Se devistio y pude observar como su piel blanquecina se contrataba con lo negro de sus tatuajes, en su pecho en el lado izquierdo para ser más precisa se ubica un tatuaje como un tipo de bestia enjaulada rodeada de puras espinas y rosas, cerca de su clavícula habían tres pájaros volando en un atardecer que lloraba lágrimas de sangre, y cerca de su "V" rica y deliciosa "V" había un escrito en griego que no se entendía. Decir que Hades ser un adonis era algo corto porque verlo así, sus brazos fornidos, su "V" bien marcado, sus abdominales provocativos, y esa sonrisa pícara, sumándole a todo que su "amiguito" se le marcaba de forma divina, era algo que me excitaba aún más

Me fascinaba saber que el me deseaba que quería hacerme suya, y si podía ser fuerte y imponente en la vida pero con el, quería que tuviera poder sobre mi, pero aquí en esta cama.

Sus besos fueron bajando, pasando por mi cuello causando que mis vellos se erizarán, luego a mi clavícula dónde con más impetu devoro esa parte, hasta llegar a mis pechos y allí, en ese momento sentí una parte del cielo, devoraba mis senos como si fuera un manjar exquisito, chupaba y mordisqueaba con deseo y anhelo, mi espalda se arqueaba y me mojaba, me mojaba demasiado, era un placer divino, dejo varios chupetones en esa zona, fue bajando hasta mi vientre y sentía un placer infinito, bajo, hasta que su rostro quedó en medio de mis piernas, alzo su mirada y en sus ojos se notaba que la excitación lo tenía embriagado.

—Deseo probar el sabor de mi chica— dijo con voz ronca y erizo mi piel.

Pasó su lengua por toda mi entrepierna y yo ya me sentía peor que embrigada, chupo mi clítoris mientras que introdujo dos dedos, entraban y salían al compás de sus lamidas, en cualquier momento tendría un orgasmo, cuando ya sentía que estaba a punto de llegar. Paro.

Salio de entre mis piernas y se volvió ah acercar a mis labios, me besó con desespero.

—Prueba tu dulce sabor— me dijo obervandome directamente a los ojos—saboreo sus labios y paso su lengua por ellos—Me encanta lo dulce que estas, pero así no tendras tu primer orgasmo—

Me penetro de golpe, mientras me sujeto por el cuello y me besaba, dolió, si dolió demasiado, pero el placer remplazo rápidamente todo tipo de dolor, entraba y salía de forma rápida y luego paraba y me volvía a penetrar de golpe,  el Vaivén de sus caderas me tenía enviciada.

—Estrecha, mojada y mía, esto me envicia— susurro en mi oído—Gime, gime para mí mami—

Mis gemidos que de por sí ya se escuchaban aumentaron su volumen, mis uñas se encontraba clavadas en su espalda y de pronto volvió a parar, me sonrió de madera pícara y volteo dejándome a espaldas de el, me jalo por el cabello y en menos de dos segundos ya estaba en cuatro.

—Gracias Dios por este placer— murmuró y me penetro de nuevo, entraba y salía rápidamente y yo estaba a punto de llegar al orgasmo.

—Correte para mí preciosa— dijo y esas palabras mágicas hicieron que me viniera gimiendo su nombre.

Salió dentro de mi y me pidió que me arrodillara así mismo hice.

—Abre la boca para mí pequeña— hablo de forma demandante.

Y yo obedecí, me lo metió en la boca y se vino en mi boca, por instinto empeze a lamer y sin durdarlo me lo trague todo.

Me miró a los ojos y me pidió que me acostara a su lado.

—Gracias por hacerme tan afortunado— me dijo mientras que besaba mi frente—Jamas había sentido este tipo de placer.

—¿Jamás habías tenido sexo?—pregunte desorientada

—No jamás había hecho el amor, fuerte duro y rico—dijo mientras me abrazaba

Hades. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora