Capitulo 1.

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Capitulo 1:

" si tuviera el poder de borrar mis  recuerdos el primero que eliminaria seria el del dia en que te conocí"
Hades.

Pov Hades.

—Jala el gatillo de una maldita vez,  deja de ser una completa marica y ¡JALALO! o quieres ver como uno de mis hombres la destruye— puntualizo.

Esa voz...

—¡No lo hare!,  llamame marica pero no puedo hacerlo— dije con la voz al punto de quebrarse y ser disipada por sollozos que se atoraban en mi garganta,  los ojos empezar a picarme por las lagrimas que en cualquier momento emergerian de ellos.

—¡Que conste que te lo adverti!,  ¡Eres una verguenza para tu padre! ¡ERES DEBIL!— Esos gritos que jamas olvidare se centraban cada vez en mis cavidades auditivas,  y en mi pequeño corazón,  en ese un odio invadio mi alma, sentí ese letal veneno ir surcando mi sangre y envenenandola y mi alma quebrarse cual cristal que es lanzado a mil pies de altura hasta que solo quedan migajas que ni juntandolas con el mejor pegamento se uniran.

Ese dia nació la bestia.

—Ya que tu no lo quieres hacer, tengo una mejor opcion,  ¡TRAIGAN A LA NIÑA! — gritó aquella mujer de tez trigueña y ojos marrones los cuales estaban inyectados de sangre.

Esperen acaba decir ¿niña?.

—¡No Artemisa no tiene nada que ver! ¡Ella no tiene la culpa!— por primera vez la voz de aquella pobre mujer se hizo presente,  se notaba el esfuerzo que hizo para poder hablar.

—Amanda espe...— mis palabras se quedaron al aire a ver a esa pequeña niña que acaba de hacerse presente en aquella sala.

Jamas en mi corta vida habia observado tal belleza,  mis ojos se salieron de sus orbitas al apreciar a esa pequeña niña algo en mi se revolvio,  sus cabellos negros caian desparejadamente por su pequeño rostro tan palido cual hoja de papel,  me observo con esos iris griceasos la suplica y el miedo se hacian presente en ellos,  parecia un pequeño cristal que esta a punto de ser destruido.

Y lo peor era que yo tenia que destruirla...

—¡Por favor Amanda ella no tiene culpa! ¡Matame o torturame pero a ella no! ¡Te lo suplico!—clamó aquella mujer en medio de su inmensa desesperacion y agonia.

—Mami no...—susurro aquella pequeña niña con la voz quebrada y las lagrimas surcando sus mejillas.

—Hades,  ¿estas seguro que no quieres jalar el gatillo? O prefieres ver como Ruben le roba la inocencia a esta mocosa de mierda— Hablo Amanda—Deja de ser tan maricon o prefieres hacerlas sufrir asi como sufrio tu madre—.

Mi madre.

A Amanda le permiti muchas cosas,  pero ella estaba mas que conciente que el tema de mama era algo sagrado e intocable.

—Te dire esto una sola vez más,  la matas o las torturare hasta que ambas clamen que acabe con sus miserables vidas,  tal vez primero a Arte como sea que se llame Rúben podria enseñarle o ciertas cosas luego la sentaria en aquella silla—apuntó con su larga uña color carmín la silla metalica que era usaba para un solo fin: La tortura— por cada vez que gritara le cortaría un dedo, hasta dejarla sin alguno en una de sus manos,  luego volveria a llamar a Ruben para que hiciera de las suyas,  y le cortaria esa carita de porcelana,  le sacaria lo ojos y tal...— sus palabras quedaron al aire,  un sonido totalmente ensornecedor la interumpio, el gatillo habia jalado y una vida habia sido cobrada.

Esos ojos griceasos buscaron los mios,  jamas olvidare esa mirada.
                          ********

—¡NO! ¡POR FAVOR NO! — me desperte en medio de la misma pesadilla que todos los dias torturaban mi mente hasta que un dia acaben llevandome a la locura.

—¿Que sucede? — preguntó la voz adormilada de Sacha mi conquista de esa noche.

Desde que sucedio aquel acontecimiento en mi vida,  decidi tenr una vida algo mas normal y libre de demonios,  pero mi pasado siempre terminaba alcanzandome y era una de las cosas que mas odiaba hasta el dia de hoy,  desde el nacimiento de La bestia no volvi a ser el mismo mi carisma se vio remplazado por frialdad,  la lujuria tomo poder en mi vida,  la maldad nacio y el odio que aquel dia nacio todavia esta presente en mi enjaulado hasta que decida quebrantar aquel cristal y saciar su sed de venganza.

—Nada Sacha,  solo tuve un mal sueño, vuelve a dormir— le dije en un tono de voz que hasta mi me sorprendio.

Observe el reloj de mi muñeca las 4:03 de la madrugada,  hora de irme,  tome mi pantalon y mi camisa blanca basica me las coloque busque mis zaptos y me los puse lo mas rapido que pude,  busque la chaqueta de cuero que habia quedado regada por algun lugar de la sala en medio de la urgencia de tener sexo con Sacha.

Una de las porristas mas codiciadas de todo el instituto pero con tan solo chasquear mis dedos terminaba en mi cama.

Sali a paso lento y sin hacer mucho ruido del departamento,  la brisa nocturna choco con mi rostro y un escalofrio recorrio toda mi espina dorsal,  las noches de noviembre se hacian cada mas frias,  pero nada tan helado como mi corazon.

Busque mi motocicleta una (          )  negra que fue obsequiada el dia de mi cumpleaños numero 17 por el viejo decrepito de mi padre, la encontre aparacada junto al coche rojo de mi mejor amigo Braiden, seguro tambien el tuvo una buena noche junto a alguna de las porristas.

El viento chocaba con mi rostro la velocidad de la moto no era la mas adecuada sobrepasaba los 200km/h,  mi mente vagaba en esos fragamentos de mi vida pasada,  donde la felicidad era algo propio de mi,  jamas olvidare su mirada esa mirada que ame desde el primer momento y ame de la mejor manera posible,  pero fue arrebata de la manera tan cruel.

La glock se encontraba en mi espalda baja,  me dirigia al muelle un cargamento de armas me estaba esperando,  aparque la moto y me baje de esta,  Rúben se encontraba al lado de Amira mi mano derecha y amiga de la infancia al verme sus rostros palidecieron y el miedo se centro en sus rostros,  los ires azules de Amira viajaban del folio en su mano derecha a mi.

Algo no andaba bien.

—Amira me puedes decir que demonios esta suceciendo?, parecen como si acabaran de ver un fantasma— mi voz se hizo presente en la oscuridad de aquel muelle que era alumbrado por un pequeño farol que desprendia una pequeña luz amarillenta terminando de darle un toque tetrico a aquel sombrio lugar.

—Hades,  el cargamento llego a la perfeccion el dinero esta en perfecto estado,  Rúben ya se encargo de contarlo,  pero en el folio venia esta nota—Amira me entrego un papel color carmín y tinta blanca.

Espero que nos veamos pronto,  hijito.

—Maldita sea regreso— murmure intentando creermelo

No puede ser.

Ella estaba muerta.

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