Capitulo 4.

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Capitulo 4:

"Los ojos son las puertas del alma"
Hades.

Pov Hades.

Despues de recibir la nota que Amira me habia entregado,  me dispuse a mandarla a insvestigar de una manera exhaustiba debido a que podia ser una especie de broma ella estaba muerta y los muertos no resucitan,  me marche del muelle,  llegue a mi departamento totalmente exhausto y me dispuse a dormir,  al dia siguiente me tocaba asisitir al instituto me desperte con el estrepitoso sonido de mi querida y amada alarma,  realice mi rutina mañanara y me dispuse a marcharme a la carcel a pesar de ser un mafioso intentaba tener una vida normal eso era algo que mama siempre queria que tuviera,  creci viendo muerte y la sangre ya ni siquiera me causaba un tipo de arcada creci en un mundo donde arrebatar una vida es tan facil como mascar un chicle,  nunca tuve un amor fuerte,  un amor que me hiciera soñar o sentir que todavia quedaba un poco de esperanza para mi en este vil mundo.

El unico amor que todavia persiste en mi,  es ese amor que nunca tuve ese amor a primera vista que vivi con la niña de ojos griceasos.

Con esos pensamientos llegue rapidamente al instituto,  al bajarme todas las miradas fueron posadas en mi,  las chicas me sonreian coquetas y algunas me tiraban un beso con señas de un "llamame" presentes, yo solo le lanzaba mis miradas frias, eso al parecer les encantaba mas,  en el instituto todos me llamaban "el hijo del diablo" jamas eh reido con alguien que no sea Braiden,  jamas eh tenido una novia o hecho algun tipo de acto de caradidad, jamas eh sido simpatico o sosializado con alguien del instituto, mi apodo se debe que hace año y medio defendi a una chica de aer abusada por uno de los imbeciles drogadictos del instituto,  le di una paliza tan fuerte que lo mande a terapia intensiva,  el condenado tenia fuerza pero es algo irrelevante que pelee con un mafioso siempre saldra muy mal herido,  siempre escuchaba rumores de que estaba metido en cosas ilegales,  pero nadie absolutamente nadie queria descubrir mi otra vida,  eso seria una completa sentencia de muerte.

sin a la unica que le sonreia de manera furtiva era a Artemisa "la chica sonrisas" como era conocida por todo Norths Island,  siempre una sonrisa surcaba sus labios,  siempre ayudaba a los demas,  mostraba una inocencia que ante mis ojos era muy dificil de creer.

camine por los pasillos y me fije en Artemisa a la cual se le acababa de caer su cuaderno,  mi oportunidad perfecta habia llegado,  y no iba a desperdiciarla por nada del mundo.

Al tener a esa altura artemisa sus ojos verde esmeralda hicieron contarste con los mios,  y pude vislumbrar algo en ellos,  los ojos son las puertas del alma y ella oculta muchisimas cosas,  al tener su cuerpo pegado al mio,  no pide evitar que una leve ereccion cruzara a mi amiguito,  me controle poeque estabamos en pleno instituto.

Ella es una chica hermosa con su cabello rojizo que llega hasta el inicio de su cintura,  sus iris esmeralda,  y su tez blanca crean el contraste de la perfeccion misma,  ella es tan hermosa cual petalo de una rosa,  siempre ah llamado mi atencion,  siento una extraña coneccion con ella,  pero jamas se comparara con aquella niña que conoci ese fatidico dia,  la ame con tan solo saber su nombre,  a decir verdad al principio pense que ella era Artemisa debido a la coincidencia en sus nombres pero rápidamente descarte la idea al ver sus iris.

Luego del golpe resivido por la rodilla de mi pequeña Diosa,  me quede retorciendome en medio de mi dolor, tirado en el piso la condenada tenia mucha fuerza,  si asi es de testaruda no me la quiero imaginar en mi cama gimiendo mi nombre a punto de llegar al climax.

Aparte esos sucios pensamientos antes de tener una ereccion en pleno pasillo.

Me dirigi al salon de biologia y luego de tener unas tres horas de clase y aburrirme hasta decir basta.  Sono la campana que avisaba que la hora del almuerzo acababa de llegar.

Entre a la cafeteria y lo primero que mis ojos divisaro fue a Juliett una se las porristas a veces me junto con ella para un buen maraton de sexo,  la condenada es muy buena en la cama y digame con las mamadas su boca es el puto cielo,  tiene un cuerpo de infarto,  pero su personalidad me da asco,  esta se encontraba haciendome señas para que me sentara con ella,  busque a Braiden con la mirada pero como no lo encontre,  seguro andaria con su novia dandose el lote en las gradas como ya era de costumbre.

Me sente junto a ella,  senti una mirada penetrante en mi espalda,  gire en mi eje y me encontre esos iris esmeralda mirandome,  sus ojos se fijaron en los mios,  le regale una sonrisa coqueta enseguida se volteo.

—Hadesito,  que te parece si te doy tu regalo de bienvenida— Hablo Juliett en tono coqueto.

—Y eso seria? — pregunte en tono seductor.

—Vamos al baño y te digo que es— tomo mi mano y juntos salimos de la cafeteria,  ese regalo seria una buena mamada o un buen polvo. Por suerte siempre traia condones conmigo.

A la entrada del baño me empezo a besar con desesperacion su lengua buscaba la mia con determinacion,  la tome por la cintura acercandola a mi su mano fue directo a mi cabello revolviendolo,  en un momento pense que la que tenia en mis brazos era ah Artemisa,  enseguida deseche ese penasamiento,  la cogi por la cadera y la subi al lavamanos,  sus piernas se encontraban abiertas y hacia presion en mi estrepierna la cual ya dolia debido a la excitacion, gimio en mi oido lo cual hizo que me terminara de prender, empezo a restregarse freneticamente,  me besaba con pasion y lujiria.

—Hades por favor,  dejame — dijo suplicante señalando la evilla de mi pantalon.

Sin rechistar baje mis pantalones junto a mis boxers blancos dejando a la vista a mi amiguito el cual ya estaba mas despierto que nunca,  Juliett enseguida se agacho quedando a la altura suficiente para poder hacerme una de las mejores mamadas que eh recibido,  su boca al hacer contacto con el inicio de mi polla mando corriente electricas por todo mi cuerpo,  teniendo como resultado que un gemido saliera de mis labios,  la coji de sus cabellos,  marcando el compas,  hasta que empeze a cojermela por su boca,  gemido tras gemido en cualquier momento llegaria al climax.

En ese momento se abrio la puerta y alguien iba a entrando,  mis ojos se fijaron en esa pequeña silueta enseguida la distingui era Artemisa.

Maldita sea.

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