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Yuuji se puso a cocinar algo para el azabache, había decidido hacer una sopa que le vendría muy bien al alfa que dormía en su cama.
El pelirrosa se encontraba feliz de que su hogar ya no estuviese tan vacío sólo con él, por lo que felizmente realizaba aquella sopa que le había enseñado su abuelo desde pequeño.
Al terminar de cocinar aquel platillo apagó la lumbre de su estufa y sirvió en un tazón.
Caminó hacía su habitación y al encontrar al contrario dormido, sonrió.
Dejó el tazón en una de las mesas de noche y observó a su invitado, se veía tan tranquilo al dormir que no podría imaginar lo que pasaron en el clan del oeste para que vinieran al del norte.
Acaricio los cabello azabache del contrario, cosa que le hizo despertar.
— Oh, lo siento, no era mi intención despertarte.
— No te disculpes, está bien. ¿Sucedió algo? — el beta negó con la cabeza y una leve sonrisa.
— Nop, pero te traje algo de comer, has de tener hambre ¿no?
— Como no tienes idea, gracias. — se acomodó en la cama recargando su espalda en el respaldo del mueble, para sentarse.
Yuuji le tendió el tazón con la sopa caliente.
— Espero te guste. — el pelirrosa se sentó en la orilla de la cama observando al alfa. — Fushiguro. — el nombrado respondió un leve "hmm". — ¿Tan mal la pasaban en el clan del oeste?
— Algo, de hecho Maki es familiar mío a pesar de que yo crecí a las afueras de la aldea, ella se contacto conmigo para idear un plan y escapar, ya que su gemela había hecho lo mismo hace un par de años.
— ¿Y por qué no la llevó con ella?
— Tenían una mala relación de hermanas o eso parece. — el beta asintió comprendiendo.
— ¿Tú de que clan eres? Dudo mucho que hayas nacido aquí. — ahora fue el turno de Megumi al preguntar.
— El extinto clan del centro, aunque también vivía a las afueras con mi abuelo.
— ¿El de los...?
— S-sí. — lo interrumpió al instante. — Lo siento, no me gusta mucho recordar aquello.
— No te preocupes, está bien; por cierto, puedes decirme Megumi. — el contrario le sonrió.
— ¡Claro! Bueno, te dejo, tengo que comprar unas cosas para la comida. Puedes descansar más. — el beta de levantó del colchón y caminó hacia la puerta de la habitación. — ¿Se te ofrece algo?
— No, gracias. — el pelirrosa asintió y salió del lugar cerrando la puerta detrás suya.
El alfa suspiro y se terminó aquella sopa para dejarla en la mesa de noche y recostarse para dormir.
