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El líder del clan del Este estaba caminado por la aldea del Norte para poder ir a su propia aldea, por más él y sus cuidados pertenecientes a su clan ya podía pisar esas tierras queria irse de ahí.
Se había encontrado de nuevo con Inumaki pero está vez en compañía de lo que parecía ser su alfa. Lamentablemente tenía que pasar cerca de ellos, les saludó y ellos a él, eso había sido mucho para él, incluso sentía el dolor en donde estaba su antigua marca.
— Oh ¡Kamo-sama! — una voz que le parecía familiar, observó de donde provenía y era aquel beta que había ayudado a rescatar.
— ¿Uh? ¿Sucede algo? — preguntó acercándose a ellos.
— Quería agradecerle por su ayuda y si le gustaría comer con nosotros ¡de todos modos yo invitaré! — el pelirrosa recibió un sape de su amiga.
— Idiota, es un líder, no deberías de pedirle algo así.
— Ahmmm... lo siento, tengo cosas que atender en mi clan, pero a la próxima. — acarició los cabellos rosas y les sonrió en modo de despedida para luego irse.
Sus guardias le esperaban en la entrada de la aldea.
Listo para irse, les dio una orden a ellos y se fue a su clan. Quería alejarse, solo eso.
— ¿Le sucedía algo? — preguntó Maki.
— Se veía triste. — le respondió su novia.
— E igual olía triste. — Itadori bajó la mirada un poco apenado.
— Tal vez fue por Toge. — la castaña le dio la razón.
— ¿Eh? ¿Qué sucede con él? — preguntó sin entender mucho el beta.
— Nada que te importe; vamos a comer. — le comentó Nobara para luego volver a jalarlo al restaurante que ella quería.
El resto de la comida fue pacífica y con la tensión fuera completamente.
Pasaron el resto de la tarde juntos, Nobara y Yuuji siempre haciendo de las todas y sus respectivas parejas calmandolos.
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