Chuuya (16 años)

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¿Cómo se siente ser abandonado por tu propio cuerpo?

¿ Sentir que tu vista se nubla?

¿Perder la consciencia de tus actos y, al despertar sentir un dolor inhumano recorriendo tu cuerpo?

Eso, es lo que yo habría respondido si me hubieran preguntado como se siente usar ese poder.

Corrupción.

Ese poder infernal que vive dentro de mi. Eso a lo que más temo. Eso que me hace levantarme muchas noches entre sudores y gritos.

Eso que yo mismo no puedo controlar.

Pero, eso que la persona que más odio en este mundo, puede.

Él. Osamu Dazai.

Y, eso, es posiblemente el peor lado de corrupción.

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*tap* *tap* *tap* *tap*

El sonido que produce mi pierna moviéndose de arriba a abajo intranquila, retumba por el pasillo de la sede de la Port Mafia, a las 9:30 de la mañana.

3 minutos. Pienso mientras miro mi reloj. Como esa piñata con vendas vuelva a llegar tarde...
No termino la amenaza que estaba preparando en mi mente, pues, al otro lado del pasillo veo una silueta negra, cada vez más nítida que se acerca a paso lento y cansado.

Alguien que no ha dormido bien esta noche, dije mirando la silueta, todavía un poco lejana de Dazai.

Chuuya tenía razón, el joven Ejecutivo no había pegado ojo en toda la noche. Estaba nervioso, algo increíblemente raro para el, una persona fría y calculadora.
Se había pasado la noche en vela repasando una y otra vez la estrategia que él mismo había ideado para esa nueva misión.

Pero, no era el único cansado, ya que Chuuya, la noche pasada como de costumbre, al verse solo en casa decidió ir un bar cerca de su apartamento, con la promesa de que solo sería una copa. Lo que empezó con una, acabó con un Chuuya borracho y, por consiguiente un Chuuya con una resaca de tres pares de narices.

- Chuuuya -Dijo el castaño cuando ya estaba lo suficientemente cerca- ¿Qué tal? ¿Como ha dormido mi increíble compañero?

- ¿Qué quieres Dazai? -Digo notando el tonito que empleaba mi compañero-

-Eh?

- No te hagas el idiota mono con vendas, no eres así de "amable" a no ser que quieras algo. Así que dejate de juegos y responde.

- Pero Chuuuuya solo estaba pensando que, ya que yo he hecho todo el trabajo mental, como siempre vamos, tu hoy podrías encargarte más de la parte de repartir puños, ya sabes, tu campo.

- EH?! PERO QUE DICES IMBÉCIL?!? SI DE ESO ME ENCARGO YO SIEMPRE
-Grito mientras con la ayuda de mi habilidad me elevo ligeramente para estar a su altura.

-Ahhhh, es verdad, se me había olvidado que no tienes el suficiente coeficiente intelectual para desarrollar estrategias - Dice con una voz arrogante dándose unos golpecitos en la cabeza con su dedo índice.-

La voz que ha empleado y la forma en que se comporta consiguen que quiera asesinarle ahí mismo.
Una patada voladora se dirige hacia su cara, pero con un ágil movimiento logra esquivarla, echándose hacia atrás de un salto, con las manos metidas en los bolsillos de su largo abrigo negro, cosa que me molesta todavía más, si eso era posible.

Un lugar donde sentirse humano/ Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora