𝐰𝐩𝐞𝐫|| Dos familias, dos enamorados y una lucha continua por mantenerse unidos...
Esta es la historia de Alba Besson, una chica Omega que sufre día a día por la perdida de su madre, por otro lado, se encuentra él.
Mikey Cobban el hijo adoptivo...
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N. Alba
Me encontraba frente a la puerta de la habitación de Mikey, miré por todos lados y al ver que no había nadie entre. Me estaba aguantando el dolor que sentía en mi pecho, en el interior de la habitación se encontraba, él tumbado sobre la cama durmiendo.
Por sus mejillas recorrían las gotas de sudor y eso solo significaba algo, que él al igual que yo estaba sufriendo las consecuencias de estos días tan malos.
Intenté acercarme a él, pero fue muy tarde ya que se despertó de golpe poniendo una mano sobre su pecho.
- ¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?.—Preguntó con la respiración dificultosa.
En ese momento me quité la capucha de la capa dejándome ver.
- ¿Alba?.—Preguntó Mikey sorprendido - ¿Qué haces aquí?.—Volvió a preguntar.
- Sé lo que estás sintiendo,yo también estoy sintiendo ese ardor en el pecho y solo podemos aliviarlo de una manera.—Coloque una mano en mi pecho.
- ¿Cómo?.—Preguntó Mikey acercándose a mi.
Nuestras respiraciones estaban cada vez más cerca, nuestros labios a tan solo unos centímetros. De pronto comencé a sentir un calor intenso por todo mi cuerpo así que no espere más y me lancé rápidamente a sus labios.
Él colocó sus manos en mi cadera, yo las tenía sobre su nuca mientras que nuestros labios iban al compás.
Poco a poco fuimos avanzando hasta la cama hasta que nos tumbamos en ella, yo estaba debajo de él, mientras que su respiración podía sentirla en mi cuello.
- ¿Estás segura de esto?. —Preguntó susurrando en mi oído.
- Si, es la única manera que tenemos para aliviar este dolor.—Conteste cambiando de posición.
Este subió hasta mis labios, besándome con pasión mientras que al fin llegamos al momento culminante.
Estuvimos así por un tiempo hasta que ambos quedamos rendidos uno al lado del otro.
- Ha sido lo más.—Controlo Mikey su respiración.
- Mikey prométeme que no le dirás esto a nadie, no pueden saber que cruce la barrera y menos que nos acostamos.—Apoye mi cabeza sobre su pecho.
- Tranquila, cariño nadie lo sabrá.
Ese "cariño" por parte de Mikey me resultó bastante extraño, apenas nos acabábamos de conocer, y no sé de qué manera acabemos aquí en esta cama, cubiertos solo por una sábana...
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Bueno hasta aquí el capítulo 8 hasta el próximo capítulo 9
