Desperté en mi domicilio, me sentía extraño, un pensamiento no había parado de rondar por mi pequeña cabeza y era sobre aquel chico. Ese chico que ayer por la tarde-noche me ayudó y me acompañó hasta mi apartamento. Tenía ganas de verlo de nuevo, pero sería imposible.
Me levanté y agarré primero el bastón y lo extendí, para poder guiarme por mi propio apartamento, a alguien que tiene la suerte de poder ver esto le parecería muy fácil, pero para mi no.
Ser una persona ciega desde nacimiento es lo peor que me ha podido pasar, nunca pude apreciar el mundo, aquellos colores vivos de los cuales todos hablan, apreciar la belleza de cualquier cosa o persona, y lo peor no poder saber ni siquiera como soy. Es duro, no poder saber si soy guapo, soy feo o cómo es mi nariz, cómo es mi perfil, aunque puedo tocarla, pero no es lo mismo, no puedo apreciar el color de mis ojos, mis bellos ojos...
Y si me enamoro, nunca sabré cómo será esa persona.
Esto es lo que más me duele y nunca nadie me llegará a comprender, porque incluso no tengo familia.
Luego de pensar tanto, llegué a la conclusión de que algún día alguien me describirá el mundo, y poder imaginarlo en mi cabeza.
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Salí de mi dormitorio para dirigirme a mi segundo trabajo de medio tiempo, un supermercado, mientras otros adolescentes podían hacer su vida normal yo tendía a estar de trabajo en trabajo para poder vivir.
Cuando llegué me coloqué el uniforme, mi compañera JiEun me saludó, ella era la única que lo hacía, el resto solo me ignoraba.
-Me tengo que ir Jungkook, ¿podrás hacerte cargo, no? -Preguntó JiEun apurada.
-¡Claro! No te preocupes, trabajaré tiempo extra. -Le sonreí.
-¡Muchas gracias! Pues entonces me marcho ya, mi pareja me está esperando.
-¡Ten un feliz aniversario! -Me despedí de ella para así comenzar mi turno.
Tras trabajar unas cuatro horas me encontraba cansado, agarré un refresco de la nevera y me lo tomé, «al menos eso me refrescará un poco» pensé, pero automáticamente cuando fui a dar el primer sorbo la campanilla de entrada sonó, haciendo saber que habia entrado un cliente.
-Buenas noches, iré rápidamente a comprar, no quiero molestar. -Habló con nerviosismo y preocupación.
Aquella voz...
Cuando la persona colocó las cosas sobre la mesa noté como se quedó en silencio para después tomar una bocanada de aire y hablar.
-¿Jeon Jungkook? -Preguntó y yo asentí -Esto parece el destino...—Soltó una leve risa
