Destinados

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Yibo sabía muy bien que en este día conocería a la persona con la cual pasaría el resto de su vida, tenía la fuerte convicción de ser un alfa diferente al resto, su fidelidad estaría puesta en ese único ser, lo protegería y quizás llegaría a amar.
Las muchachas y el mayordomo lo saludaron y él no pudo decir nada. Las palabras se ahogaban en su garganta debido al nerviosismo.
Su cuerpo se movía a cámara lenta y su corazón latía ferozmente.
El mayordomo lo llevo hacía la habitación donde Xiao lo esperaba. Pero antes de que esté abriera la puerta lo detuvo. Preguntándole que sucedería si no lo aceptará si hubiese un rechazo desde el primer encuentro, si lo odiara, si le temiera. Tantas preguntas les pasaron por su mente en ese minúsculo instante.
Sin embargo, el mayordomo lo tomo por los hombros y le pidió que respirara profundamente y cerrara los ojos e imaginara una vida feliz junto a su escogido sin obstáculos ni odios ni miedo.
Mientras esté tenía los ojos cerrados abrió la puerta de la habitación y de un empujón lo ingreso repentinamente.
Yibo se vio arrojado ante su destino sin ninguna advertencia.
Una dulce risa le llamo la atención. Al mirar a su alrededor vio a un hermoso joven mirándolo preocupado.
No dudo en ir hacia este y abrazarlo pues una extraña fuerza lo obligó a hacerlo.
La calidez de su cuerpo lo rodeo, esa calidez tan deseada, tan soñada que le daba paz y tranquilidad.
Xiao se sintió seguro y feliz.
Se separaron y no podían dejar de mirarse y sonreír. Eran como si no necesitaran las palabras para describir las emociones que los desbordaban a ambos.
El mayordomo entro despacio y les pregunto si todo estaba bien.
Ambos contestaron afirmativamente.
Conversaron toda la noche, para conocerse más. Entrelazaron sus manos como un gesto de armonía y de amor.
Yibo se alegro de haber sido capaz de tomar la desición de ingresar al sistema de elección de parejas pues años antes se había negado. Quizás era el destino que lo hiciera ya que al hacerlo en el momento preciso pudo conocer a su pareja destinada.
Xiao se sintió parte de la vida de su futuro esposo, y dio mil gracias a su suerte.
Mientras tanto, una de las muchachas hacia un llamado telefónico a una desconocida, expresando que todas sus artimañas por alejar a joven amo de conseguir compañero no habían resultado pues ahora ya era demasiado tarde.
Una voz resonó del aparato, alegando que ella era la única capaz de tenerlo y que regresaría pronto para deshacerse del intruso.

Hola. Cómo han estado? Espero que bien. Mil disculpas por no dar señales de vida.
Gracias por estar conmigo. Saludos y cuídense.

Solo un númeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora