Capítulo 1: El comienzo de un todo.

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Qué día más tranquilo...

Hoy el sol, traído por el gran poder de la princesa Celestia, brillaba con alto resplandor desde más allá del cielo azul, provocando un clima perfecto para que tanto ponys como cualquier otro ser realice su jornada y pueda llevar a cabo su día a día, y en PonyVille, lugar donde se asemeja nuestra historia, no era la excepción a esto.

No había conflictos por resolver, ni tampoco un mal por aliviar. En cualquier caso, no había algo en específico por destacar más allá que lo de siempre.

Centrándonos en un lugar aparente, nos encontrábamos en la estación de trenes del pueblo, donde cierto reloj que se encontraba colgado en el techo de la misma, cargaba consigo el objetivo de concientizar sobre la hora a los que pasajeros que tenían la intención de tomar el tren.

El tiempo era algo preciso, y más si se trataba de la hora de salida de estos transportes.

Aquel marcaba que faltaba diez minutos para las 2pm, horario exacto donde el tren partiría rumbo Cancerlot, y aunque el ambiente tranquilo por parte de los pasajeros, que poco a poco iban abordando el tren y acomodase para un largo recorrido; el sentir parecía bastante ajeno para una alicornio que estaba muy angustiada comprobando por duodécima vez que su asistente número uno no dejara ningún cabo suelto en lo que respecta sus indicaciones.

—Recuerda que debes reorganizar los libros de la estantería de historia por orden cronológico histórico, y no por orden de fecha de publicación, así que, para no confundirte, guíate por el índice de las primeras páginas para saber con exactitud las fechas.

—Lo sé Twilight, lo sé... —afirmaba sin ganas el pequeño dragón mientras releía la lista de recados que llevaba consigo, cerciorándose que todo lo mencionado por la alicornio se encontrara allí.

—Tampoco debes olvidar que tienes que verificar que te entreguen todos los libros que encargué para esta semana. —agregó apurada.

—No lo haré, así que puedes estar tranquila. —aseguró de mala gana él.

—¡Oh! Y por favor nunca te olvides que antes de dormir tienes que dejarle comida a Owlowiscious, ya que sus horarios de sueños chocan y probablemente no-

—¡Twilight! —señaló frustrado Spike, cortando en media oración a su mejor amiga —Me siento lo suficientemente capaz de hacer todo lo que me pediste sin la necesidad que tengas que estar repitiéndomelo por decima vez.

—De hecho, es la duodécima vez. —corrigió ella

—¡Como sea!

A diferencia de su mejor amiga, Spike se sentía tan seguro de sí mismo que era lo suficientemente osado como para ignorar la gran y exagerada lista preparada a seguir por completo, y guiarse solo con su memoria.

Años de ser el asistente de una fanática del orden, le habían dado cierta destreza en lo que respectaba la organización y los quehaceres que se le eran puestos encima.

La confianza en realizar los mismo, era algo que no le faltaba.

—En serio lamento ser tan quisquillosa Spike, pero realmente me preocupa dejarte solo en el castillo por más de una semana.

El dragón giró sus ojos ante la razón de la Alicornio, escupió un poco de fuego verde para transportar y guardar la lista en un lugar que solo él conoce, y ya con las manos vacías se dispuso a hablar.

—De los dos aquí, ¿quién es el que hace la cena todos los días?

La alicornio de inmediato supo a dónde llevaba esa clase de preguntas, y aunque era consciente de eso, no pudo más que encogerse un poco de hombros y responder algo avergonzada.

Dependo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora