Dirty boy/Pretty boy - Drarry

On dokuz

Maratón 1/?

Recostó al menor en el sofá y se dispuso a cubrirlo con una manta mientras acariciaba su cabello. Seguía molesto por lo sucedido hace unas horas.

Nadie debía tocar a Harry, solo él podía y sin embargo lo descuido. Debió predecirlo, fue idiota; alguien tan débil y lindo como Harry jamás hubiera sobrevivido a un lugar tan peligroso como lo son las reuniones de peleas callejeras.

Fue a la cocina del menor y se dispuso a hacer algo de comer, ya eran casi las once y media de la noche, y aún no había podido pegar un ojo.

Cada vez que intentaba dormir tenía pesadillas: Harry llorando, pidiendo ayuda y él sin poder protegerlo; simplemente no podía.

Preparo un café y lo mezclo con cereal, una receta que él se inventó con el fin de matar dos pájaros de un tiro para no llegar tarde al instituto.

Ya era sábado y el lunes tendrían que volver a clases, eso significaba volver a ser el Draco de siempre y no el tierno que hace todo lo que su novio le dice, el solo imaginar las tontas caras de sus compañeros y profesores, el ruido y los exámenes le fastidiaba; como desearía que fuesen vacaciones todo el tiempo para poder estar con su lindo novio. Pero tenía que graduarse, ya tenía un plan de vida ahora que el matón le dio la oportunidad de soldar su deuda.

Primero se graduaría del instituto y de la universidad; luego conseguiría un empleo decente y bien pagado para poder mudarse de su horrible vecindario, y después se llevaría a Harry a un asombroso viaje.

¡Si! definitivamente tenía que graduarse.

Coloco el tazón en la pequeña mesa que estaba ubicada frente al televisor, se levanto para poder tomar un libro del estante para matar el tiempo, mientras trataba de conseguir que el sueño se adueñase de su mente.

Ya eran más de las doce, estaba tan absorto en el libro que no se dio cuenta de la presencia del menor en la sala de estar.

—Mmh ¿cariño? —hablo un adormilado Harry mientras se frotaba uno de sus ojos.

—¡Oh! Harry, ya estas despierto, ¿estás bien? — pregunto mientras apoyaba ambos brazos en el borde del sofá. Harry negó y se sentó lentamente, por alguna razón su cuerpo se sentía pesado, casi como si estuviese enfermo.

—¿Dónde estamos?

—¿No ves? es tu casa, te traje a cuestas — respondió, Harry sentándose a un lado de su novio posando su cabeza en el hombro de Draco — ¿tienes hambre? — el menor asintió.

—¿Qué te apetece?

—Mmm, no quiero comida, quiero dulces — pidió mientras se echaba al sofá de espaldas.

—Entonces ¿leche y galletas? —preguntó el mayor mientras acariciaba la barriga del menor casi llegando a su pecho, él volvió a asentir, Draco se levanto a buscar las galletas y la leche.

Sacó la leche de la nevera, y una caja de galletas de chispas de chocolate que encontró anteriormente mientras buscaba el cereal. Tomo la leche y la colocó en un vaso mientras que las galletas las puso en un plato, tomó crema batida y la vertió a las galletas, también puso un poco de chispas de colores

—Aquí están, amor — paso el plato con las galletas al de castaño.

—Gracias, cariño — agradeció y se sentó en el regazo de Draco, prendiendo la televisión.

Draco suspiro satisfecho al tener a Harry encima suyo, con el vaso de leche en las manos, lo colocó en la mesita y observo a su novio cambiar los canales televisivos.

—¿Aun te duelen tus heridas? —preguntó el de orbes verdes mientras ofrecía una galleta al rubio, este solo abrió la boca dándole a entender que se la diera.

—Nof, pehro, ¿y tsu?

—No hables con la boca llena.

—Perhsdon —accidentalmente escupió algo de crema batida sobre la mejilla del menor.

—¡Dray! —Gritó molesto mientras dejaba de lado las galletas; el mayor comenzó a reír—¡no es gracioso!

—Sí, lo es — Draco se ríe, mientras el menor lo miró con desaprobación— ya perdón bebé, déjame limpiarte— sonrió antes de lamer su mejilla.

—D-Draco, pensé que te referías a una servilleta — tenia mejillas sonrojadas, el mayor seguía lamiendo y dejando besos en su mejilla.

—Creo que tu gusta más que te limpie así ¿no? —puso su mano sobre su muslo y comenzó a acariciarlo cerca de su entrepierna, claro que le había quitado los pantalones al acostarlo, después de todo, es la mejor forma para dormir.

—M-mhj D-Draco, ¡ah! — el menor jadeaba sobre el cuello del rubio al sentir como acariciaba su miembro sobre la ropa interior.

El mayor besaba el cuello del más bajo sigilosamente, con su otra mano que antes estaba sujetando su hombro ahora estaba bajando hasta llegar a su trasero y empezar a meter su mano debajo de la ropa interior tocándolo directamente.

Al poco tiempo la tela solo estorbaba y decidió quitársela junto a su camisa.

El menor yacía completamente desnudo sentado entre las piernas del mayor. El rubio lo giro para que se quedara de frente viendo la televisión mientras el atoraba sus piernas con sus rodillas para mantenerlas abiertas.

Con las piernas tan abiertas, Harry se sentía muy expuesto, el mayor tenía una perfecta vista de su pene ya erecto y doliente. Bajo su mano y comenzó a tocar el miembro del más bajo mientras con la otra pellizcaba su pezón.

—Eres tan lindo, Harry — le susurro en su odio mientras empezaba a lamer el lóbulo de su oreja.

Las manos de Draco se sentían tan bien sobre su cuerpo, cada toque era como fuego, no podía evitar soltar jadeos y gemidos. Ni en sus más húmedos sueños habría imaginado que Draco Malfoy era tan bueno haciendo el amor, pensaba que sería brusco, pero en realidad era muy gentil y tierno.

—D-Dray, m-me vengo — soltó en un gemido, el mayor bombeaba su miembro con velocidad, pero al ver que el menor estaba a punto de venirse lo recostó en el sofá y se metió todo su miembro a la boca.

—¡Ah! — gimió el menor al sentir el repentino calor.

La lengua de Draco era hábil, se movía en todas las direcciones sin faltarle una zona por probar, succionaba con fuerza mientras pellizcaba los pezones del menor. Harry no aguanto más y se vino en la boca del rubio, este se tomó todo el líquido que soltó el oji verde, mientras seguía succionando y lamiendo para prolongar su placer.

—Ah — suspiro el rubio— de verdad, nunca me cansare de ti, cariño — y beso apasionadamente sus labios—

Esto solo estaba comenzando.

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