Dirty boy/Pretty boy - Drarry

On üç

Ron se encontraba jugando con Blaise al Xbox.

Blaise iba a la delantera de número uno, mientras que Ronald iba de diecisiete en un juego en línea de veinte.

—¡Gané! — grito Blaise mientras saltaba en el sofá—Soy el mejor ¡aja! Soy genial ¡aja! — canturreaba mientras hacia su baile de la victoria.

—¡Ya basta, solo fue suerte! —el menor cruzo de brazos.

—Te equivocas mi querido rojito, eso se llama TA-LEN-TO— se bajo del sillón para pararse justo frente a su ahora mejor amigo— ya quisieras tener mis habilidades se notan que te hacen falta—volvió su atención a la televisión sonriendo mientras veía como el juego lo felicitaba, cuando de la nada empezó a escuchar unos sollozos.

—¿R-Ron? —  se arrodillo frente a él— no llores, perdón no era mi intención hacerte sentir menos, eres genial— pasa su mano por su cara secando las lágrimas del más joven.

—N-no importa— Ron mordió su labio inferior tratando de aguantar las lágrimas.

—¡Claro que importa! ¡eres tú! Eres muy importante— dijo tratando de hacer una cara graciosa para hacer reír al de cabello rojizo, cosa que logro con éxito— discúlpame...

—Mmm...no sé si debería hacerlo, fuiste muy malo conmigo— trataba de burlarse de su amigo pues sabía que no le gustaba hacer enojar o entristecer a los demás.

—Ron porfi~ juro que no lo vuelvo a hacer— imploro sujetando sus manos y la colocaba cerca de su garganta, ya que se había dado cuenta de que estaban muy frías por el aire acondicionado.

—Bien, pero con una condición.

—¿Cuál?

—Debes hacer todo lo que yo te diga por el resto del día— sonrió típica sonrisa triunfal. El mayor suspiro

—Si lo hago... ¿me perdonaras?

—Sipo— afirmó parándose de su asiento.

—Bien, pero no seas muy duro— pidió el pequeño Blaise casi en una súplica.

—Arre caballo! ¡Arre! — decía el menor sobre la espalda del mayor —eres muy lento! ¡Los zombis nos alcanzaran! — decía mientras daba pequeños saltos sobre él, provocando que callera.

—¡Suficiente! — grito en una última orden pues hace más de una hora que hicieron ese trato y el menor solo le pedía que le trajese comida, lo cargase, le llevara cosas etc.

—¡Oye! Teníamos un Trato—reprocho el pelirrojo haciendo un puchero.

—¡Vas a romper mi espalda! —soltó enojado Blaise, volteándose mientras veía al menor sobre sus piernas y el apoyándose en sus manos— eres muy malo conmigo, quedamos en solo haría cosas que me pidieras, pero no al punto de hacerme tu esclavo.