On dört

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Cuando llegaron a casa del azabache y del más pequeño, se tuvieron que despedir al poco tiempo de llegar pues Draco había dicho que tenía que regresar temprano ya que su vecindario no era muy seguro de noche.

El rubio se dirigió de regreso a casa, en lo único que podía pensar era en su lindo novio y en su hermosa carita llegando a un placentero orgasmo.

Ah...tan lindo y excitante a la vez.

No podía creerse como es que ese pequeño chico había despertado un lado de él que ya consideraba sepultado; pero es que esos bellos ojos esmeralda, esa sonrisa, esas suaves y perfiladas mofletes de bebé, su rubor natural ah... como lo amaba.

Todo hubiera sido perfecto si su teléfono no hubiese sonado en ese preciso momento.

—¿Hola?

—¡Malfoy! Adivina quién es — hablo un hombre en tono de gracia al otro lado de la línea.

—¿Qué quieres?

—Quiero mi dinero Malfoy, y lo quiero pronto.

P-pero aún no lo tengo.

—Eso no me importa, quiero mi dinero para dentro de un mes.

—¡¿Qué?! ¡Un mes! ¡Pero no he ahorrado lo suficiente! Conoces mi situación.

—Mira mocoso, no me importa como más te vale que tengas todo ese dinero para dentro de un mes o...

—Oh...? — espero con voz temblorosa.

—Ya sabes lo que pasará —justo antes de colgar se escuchó el sonido de un disparo al otro lado de la línea.

En ese momento Draco odiaba a su padre con todas sus fuerzas, como es capaz de dejar a su único y pobre hijo con una deuda tan grande.

En ese momento todos los recuerdos regresaron a él. Su padre golpeándolo, insultándolo, maltratándolo, extorsionándolo.

No se dio cuenta cuando una lágrima se le escapo y realizó un lento recorrido a su duro mentón.

No quería pensar en ello en lo que le harían, sabía cómo era el negocio, o pagabas todo a tiempo o podrías despedirte de tu vida, así eran las cosas, esa era su realidad.

Una cruda verdad.

Cuando entro a su casa no pudo evitar dar un pequeño salto en su lugar.

Todo estaba regado, sus cosas se encontraban regadas por todos lados, cada uno de sus vidrios estaban rotos al igual que algunas de sus pocas fotos. Su televisor ya no estaba supuso que se lo habían robado al igual que quizás algunas cosas que ellos pensaban que era de valor.

Malditos.

Se asomó a la puerta de su cuarto y vio que esta estaba cubierta por un grafiti de una equis roja. Él sabía que era eso.

Su primera advertencia.

Aunque suene raro esas equis era la que controlaban su destino, si le llegaban a dibujar tres equis podría darse por muerto. Pero eso no fue lo que más le inquieto, lo que más le sorprendía fue ver una foto de Harry de perfil comprando, pegado en medio de la puerta.

Esto era malo, muy malo, se descuidó y ahora los matones saben que es cercano a Harry.

En ese momento el rubio llamo al "jefe" de todos estos matones, la respuesta que le dio fue lo menos reconfortante que ha escuchado en su vida.

Ya no había marcha atrás, ese tipo conocía a Harry y lo más probable es que también a Ronald, y todo por su culpa.

¿Ahora que haría? ¿Cómo protegería a Harry?, aunque cortara contacto con él esos matones lo conocían lo bastante bien como para saber lo que intentaría.

Dirty boy/Pretty boy - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora