⚔️ III: Otros jinetes⚔️

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—¡Fuego! —se escuchó en la lejanía.

Inmediatamente observé de dónde venía aquella voz masculina, percatandome de que una red, proviniente de un barco estable, se aproximaba hacia nosotros.

— ¡Cuidado! —le advertí a Astrid.

Me corrí rápidamente del blanco, logrando sin querer que la red capturara a Tormenta y la rubia caiga de ella hacia el mar.

— ¡Hipo! —pidio ayuda.

Estaba dispuesto a ir a salvarla, pero.....

Otro dragón de color plateado se apreció de repente, sosteniendo a la joven para no ser mojada con el amplio mar.

« ¿Qué? »

No alcancé a observar bien la situación, pues seguí esquivando más redes. Pero gracias a el misterioso dragón, Astrid llegó sana y seca sobre el barco, junto a su mascota.

Mire al cielo nuevamente, sin hallar ningún rastro de el.

Volví a concentrarme en lo importante bajando junto con la chica, para poder liberar a el Mortífero Nadder de aquella red.
Dónde un grupo de hombres corpulentos y extraños estaban amarrando al animal aún más, mientras que otro grupo intentaba capturar al repentino dragón intruso que salvo momentos antes a la chica, el mismo que desapareció en los aires.

— ¡¿Otra vez escapo?! —se quejó cierto jóven, atento a cerrarle la mandíbula al Nedder y el dragón que no lograron capturar.

— Si Jefe —mencionó otro sujeto, frustrado al igual que todos.

— ¡Déjalo! —se resigno aún alegre— ¡Tenemos a este!

Segundos después...

Ya me encontraba encima del Barco, junto a Astrid y demás hombres extraños.

— ¡Tormenta! —gritó la rubia dispuesta a ayudar a su mascota, pero fue detenida por armas afiladas amenazantes hacia nosotros.

Por ello, saqué mí espada flameante en defensa. Dejando algo desorientados a los presentes.

— ¡¿Pero qué hacen?! —mi novia cuestionó la mala actitud de los atacantes.

— Aghh —se quejó un hombre medianamente corpulento y jóven— ¡¿No se cansan de venir?! —contraataco, al parecer era el líder de la tripulación.

« ¿Cansarnos de venir? »me cuestioné. Ya que era la primera vez que pasábamos por aquí.

El mismo joven observó a mí dragón con lujuria ambiciosa en sus ojos—. Por las barbas de mí abuela—se subió encima de Tormenta todavía capturada, sin importarle su dolor—. ¡Es un furia nocturna! —festejó golpeando la espalda de unos de sus hombres—. Pensé que se habían extinguido.

El mencionado animal, rugió levemente.

— ¡Nuestra suerte cambio muchachos! —exclamó—. No creo que Drago tenga uno de esos ...—lo señalo al centro de atención—... en su ejército de bestias.

No entendía ni una sola palabra de lo que decía.

— ¿Ejército de bestias? —se cuestionó Astrid, observardonos a la par.

Debía aclarar el asunto cuánto antes—. No queremos problemas ¿Okey?

El sujeto tan solo carcajeo—. Debieron pensarlo antes de robar todos nuestros dragones —habló con bastante rencor y amargura— ¡Y hacer pedazos nuestro fuerte! —añadió, señalando toda la construcción destruida en el hielo.

Cómo entrenar a tu Corazón || Hiccup y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora