VII

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La puerta se abrió de golpe, helando a Seungmin en su lugar, había un chico pelinegro recargado en el umbral leyendo un libro, no parecía importarle estar invadiendo la privacidad ajena, apartó la mirada de su lectura con una expresión neutral viendo de reojo al par, y con la misma expresión y sin decir nada se adentró dirigiéndose directo a la cama y recostándose en ella, como si fuese lo más normal de la vida.

Seungmin volvió en sí, apartándose del mayor y ayudándolo a levantarse.

—Estábamos teniendo una conversación corporal.— Habló Minho mientras se sacudía.

—¿Ehh? Ah sí.— Rió nervioso el pelimorado— Debo irme.— Salió de la habitación tomando sus cosas.

—Avísame cuando llegues a casa, no te pierdas.— Gritó el mayor antes de acostarse en la cama junto al pelinegro.—Want you eat pizza?

El otro asintió en respuesta, cerrando su libro y bajando las escaleras detrás de Minho. Pasaron un rato entre risas y preguntas que el mayor hacía obteniendo solo una afirmación o negación con la cabeza, pero era divertido, una amistad en la que no necesitaban palabras para entenderse.

—Oye.— Habló Minho— ¿Tienes pareja?— Mordió su rebanada, confundido por el pelinegro quien se acomodaba sus lentes de forma nerviosa. —Creo que no, pero alguien te gusta, ¿cierto?— sonrió burlonamente.

—Mmm.— El menor hizo una mueca y empezó a jugar con su cabello— "Más o menos".— Hizo un ademán con su mano, sin soltar palabra alguna.

Ante la incomodidad prefirieron cambiar de tema, y cuando la noche llegó, ambos se despidieron.

(...)

Jisung salió por la mañana en camino a su instituto, tomándose el tiempo de admirar el paisaje, su vista se iluminó cuando se encontró un arbusto de flor de camelia, sintió tanta nostalgia pues alguna vez en el pasado mientras recorría el castillo junto a Minho, se toparon con un arbusto igual, en su memoria, el mayor tomó una de las flores entregándosela al castaño y dedicándole unas palabras que quedarían grabadas en su corazón.

"La flor de camelia, símbolo de la eternidad y fidelidad, que se mantiene tan hermosa como en sus primeros días. Yo Lee Minho te prometo a ti, Han Jisung que esta flor representará nuestro amor, que a pesar de los años y a pesar de los siglos perdurará, y se mantendrá fiel, encontrándonos así en todas nuestras próximas vidas"

A Minho le encantaba hablar sobre sus próximas vidas, no sabía la razón detrás de ello, pero estaba seguro que se debía a sus creencias en la reencarnación o la vida después de la muerte, jamás pensó en que eso fuese posible, y sin embargo, era él quien ahora se encontraba viviendo una vida futura que probablemente no le pertenecía. Con algunas lágrimas resbalando por su mejilla, caminó llevando una sonrisa nostálgica en el rostro.

Tomó sus clases, normalmente no se encontraba con Minho en los pasillos, así que su único acercamiento era durante los descansos, llegando la hora de este, Jisung se dispuso a buscarlo caminando por el patio, pero en su campo de visión apareció un pelinegro, al reconocer su rostro decidió acercarse, después de todo quería hacer amigos.

—Hola chico libros.— Se sentó frente a él con la sonrisa más agradable que pudo dar.— ¿Qué es lo que lees?— Se levantó un poco de su asiento para observar con más detalle la portada.

El pelinegro miro de reojo al castaño para concentrar de nuevo su atención en la lectura, Jisung pareció notarlo, así que antes de irse le preguntó una última cosa. —¿Cuál es tu nombre?— Pasaron algunos segundos y después al menos un minuto y medio de silencio, el castaño decidió rendirse así que con algo de tristeza se levantó. —Bueno tengo que irme, nos vemos.— Fingió una sonrisa y se dispuso a marcharse, pero en ese momento una voz lo hizo detenerse de golpe.

En nuestras próximas vidas(Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora