7. Besos

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Los labios de Jimin sabían a gloria. Eran esponjosos y dulces y suaves y se acoplaban perfectamente a los de Jungkook, el cual nunca tendría suficiente de esos labios. Más tarde descubrió que esos labios eran como una droga, la cual pruebas y luego te vuelves adicto.

Después de la pelea, Jungkook le había presentado a Jimin sus amigos del grupo de boxeo, los cuales lo habían saludado alegremente. Luego Jungkook se fue a cambiar y, tras decirle adiós a su entrenador y a su equipo, se habían ido de aquel lugar. En el camino no soltaron palabra alguna, pero sus dedos se enroscaban entre sí. Al llegar a su hogar, Jungkook había ido directo a la ducha, se había puesto su cómodo pijama y se había dirigido al sofá, sentándose al lado de su Hyung.

Ambos se habían quedado estáticos, mirándose a los ojos. Pequeñas sonrisas habían brotado de sus labios, para luego volver a acercarse y unirlos nuevamente, como piezas de rompecabezas que estaban destinadas a encajar entre sí, a estar unidas para siempre.

Empezaron a mover lentamente sus labios, rozándolos suavemente, queriendo estar así durante toda la vida.

Jungkook rodeó a Jimin con sus brazos y lo acercó más a él, acariciando su suave piel dejada al descubierto por su camiseta, la cual se había alzado ligeramente por el movimiento.

Jimin suspiró de felicidad mientras aumentaba la intensidad del beso, enroscando sus dedos en el cabello de Jungkook, jalándolo suavemente.

La lengua de Jungkook pidió permiso para entrar en la boca de Jimin, el cual le permitió el acceso automáticamente, deseoso por sentirla. Sus lenguas empezaron una lenta danza, descubriéndose.

Al mudarse con Jimin, Jungkook nunca imaginó que iban a terminar en aquella situación, besándose intensa pero delicadamente sobre el viejo sofá de su hogar, pero no le importaba. Ya nada le importaba, lo único que quería era estar con Jimin, pasar tiempo con él, abrazarlo, mimarlo, besarlo. Quería seguir haciendo todo eso durante muchos días más. Muchos meses más, incluso años. O tal vez por siempre. Por que Jungkook no podía imaginarse ya el llegar a su casa cada noche y no encontrar a su lindo compañero esperándolo. Ya no podía ignorar los fuertes sentimientos que intentaba ocultar de sí mismo. Ya no. Estaba tan enamorado de aquel hermoso hombre que tenía entre sus brazos, que lo único que quería era estar con él. No le importaba que fuera un hombre, no le importaba en lo absoluto. Quería a Jimin tal y cómo era.

Jimin, por otra parte, había estado en una situación similar durante los últimos meses. Desde que Jungkook se había mudado con él , le había parecido increíblemente atractivo y, lastimosamente, heterosexual.

Al principio hasta se sentía intimidado por el semblante serio y rudo de Jungkook, con sus brazos tatuados y sus numerosos piercings adornando sus orejas. Pero al pasar del tiempo aprendió a conocerlo, conoció sus miedos, conoció al divertido chico que estaba oculto bajo aquella fachada de chico malo, conoció al verdadero Jungkook.

Jimin estuvo consciente de que se había enamorado perdidamente de Jungkook cuando había curado sus heridas por primera vez, hace ya varios meses. Mientras acariciaba suavemente su labio roto con un poco de hielo y lo vio en aquel estado de vulnerabilidad, había sentido cómo su corazón empezaba a latir diferentemente al estar junto a Jungkook.

Y algunas veces, Jimin tuvo esperanzas de que Jungkook correspondiera sus sentimientos. Pero no era posible, Jungkook era heterosexual y lo consideraba simplemente cómo su amigo. O eso pensaba antes.

Por que ahora, mientras era besado apasionadamente por Jungkook y sentía sus fuertes brazos rodear su cuerpo y apretarlo más contra él, no tuvo más dudas.

El ambiente se tornó repentinamente caliente cuando Jimin se posicionó sobre el regazo de Jungkook, dejando sus piernas a cada lado de este y profundizando el beso. Y Jungkook sólo podía apretar más fuerte el cuerpo de su Hyung sobre él y devolverle el intenso beso.

Después de un par de minutos, se separaron a regañadientes. Lastimosamente, necesitaban aire para vivir.

Sus ojos estaban brillantes, sus labios rojos por la intensidad de los besos. Jungkook era un desastre, con su respiración entrecortada y sus cabellos yendo en todas las direcciones. Jimin amaba verlo así. Amaba saber que Jungkook se encontraba en aquel estado, todo gracias a él.

Jimin pudo notar igualmente un gran bulto presionando contra su trasero. Se sonrojó al sentirlo. El también estaba bastante excitado, para qué mentirse, pero no estaba seguro de lo que Jungkook quería hacer.

—Estoy tan enamorado de ti Jimin — la gruesa voz de Jungkook interrumpió sus pensamientos —. Dios, hace meses que deseaba poder tenerte así, entre mis brazos.

—Y-yo también estoy perdidamente enamorado de ti Kookie — le respondió Jimin con la voz entrecortada, tomando al menor por las mejillas.

Volvieron a besarse, esta vez de forma más calmada, una nueva sensación instalándose en ellos, una euforia saber que sus sentimientos eran correspondidos

—Kookie... — Jimin interrumpió el beso.

—¿Si?

Jimin no respondió inmediatamente, tan sólo se limitó a restregarse lentamente sobre la erección vestida de Jungkook, provocando que el menor dejara escapar un ronco gemido contra su oreja y lo apretara más contra su cuerpo. Provocando que la excitación de Jimin aumentara aún más.

—J-jimin... no... no quiero que te sientas forzado — intentó calmar su respiración — puedo esperar.

—Pero yo quiero Kookie — y eso encendió aún más a Jungkook, si eso era posible.

Volvieron a besarse mientras Jungkook bajaba sus manos sobre el trasero de Jimin, apretando suavemente sus redondas nalgas, provocando que esta vez fuera Jimin el que gimiera.

—Eres hermoso — murmuró Jungkook contra su cuello, besando su suave piel, mordisqueándola ligeramente, dejando pequeñas marcas rojizas sobre aquella sensible piel.

Ambos querían ir más lejos, lo habían deseado secretamente durante un tiempo. Sus sentimientos habían finalmente sido expuestos a la luz, dejándolos bajo el hechizo de una espesa bruma de pasión y deseo.

Jungkook quería hacer sentir a Jimin lo mucho que lo amaba, y Jimin quería entregarse a Jungkook, en cuerpo y alma.

Lentamente, Jungkook se levantó del sofá, cargando a Jimin, guiándolo para que el mayor envolviera sus piernas alrededor de su cintura y Jungkook las sostuviera con sus fuertes brazos.

Jungkook los dirigió hacia su habitación, para luego depositar delicadamente a Jimin sobre su cama y subirse encima de este para seguir besándolo, expresándole todo el amor que sentía por él a través de sus besos.

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Roommates →  '🧺٫ 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora