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"¿Ganas? Si es contigo hasta de huir."

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–Solo un poco más– Decia la doctora que estaba entre sus piernas –Puje más, ya está cerca–

Winifriend tenía el rostro sudado, tenía bastantes dolores por todo el cuerpo y estaba cansada, muy cansada pero feliz, pues por fin conocería a su principito o princesita, preferían que eso fuera una sorpresa.

Pujó un poco más y así fue como una pequeña cabecita se asomó, más presión y el cuerpo del bebé salió por completo, Michael miraba con alegría mientras sostenía la mano de su mujer.

–Es niño mi vida– Se notaba la alegría en la voz de aquel papá primerizo. Enternesiendo el corazón de su esposa, pues durante todo el embarazo el se había mostrado demasiado ilusionado.

–Señor, ¿Desea cortar el cordon?–La doctora le extendió una tijeras quirúrgicas a el hombre, este las tomo con manos temblorosas y corto la unión de su hijo y su mujer.

La doctora dió un golpe en el pequeño trasero del niño para que así, sus pulmones reaccionarán y empezarán a funcionar.

Así fue como el bebé dió su primer respiro, la primera vez que dejaría de respirar gracias a su madre y tendría que empezar la lucha en la vida.

El bebé lloro estruendosamente y aunque era un llanto de cierta forma desgarrador, para sus padres era música, y no de forma psicópata si no que sabían que su hijo ya estaba al fin con ellos.

Las enfermeras limpiaron al bebé y le dieron calor con una máquina, lo envolvieron en frazadas y lo llevaron al cuarto de recién nacidos, no sin antes poner una pequeña pulsera que indicaba quienes eran sus padres, para así no cometer alguna tontería como muy pocas veces pasaba.

Después de un rato Winifriend volvió a su habitación con una hermosa sonrisa, que bien se sentía ser mamá.

–Ya está nuestro bebé, mi amor- Dijo Michael una vez dentro del cuarto.

–El bellísimo, mi pequeño Roger–

–Juraba que iba a ser una niña– Afirmó su marido.

–Pues ya vez que no, es un príncipe, y se llamará Roger Taylor, como ya habiamos quedado, así que me debes diez libras–

–Se escucha muy bien, para nuestro próximo bebé, que te aseguro será una niña, se llamará Meddows– La mujer parecío perdida en sus pensamientos y después de un rato hablo.

–Roger Meddows Taylor, así deberíamos de ponerle, suena precioso, ¿No lo crees?–

–Si, no suena mal–

–Pues llamemosle así, Roger Meddows Taylor–

–Si es lo que quieres, por mi está bien–

La puerta de la habitación se abrió, los padres de la muchacha estaba presentes para llenarla de felicitaciones.

–¿Que es?–;Hablo su padre.

–Bueno sería más sencillo si les digo como se llamara– Su sonrisa nunca desapareció, pues anhelaba decirlo –Se llamará Roger Meddows Taylor–

Su madre salto de alegría, abrazo a su yerno y después a su marido, sin encamino este último ni parpadeo.

–Meddows es nombre de niña–

–Que tonterías dices mi amor, es solo un nombre, aparte no tiene nada de malo, estamos en pleno siglo veintiuno– le regaño su esposa, ante la mirada triste de su hija corrigió sus palabras.

–Es muy bonito el nombre de mi nieto hija– Dijo la mujer con la alegría que siempre le caracterizaba.

–Bueno mi niña, tenemos un compromiso y vamos tarde, solo queríamos saber cómo estabas–

–Pudiste llamar mamá, no era necesario que vinieran hasta acá–

–Tu madre insistió en venir, dijo que quería verte y no solo escucharte por el teléfono– Se despidieron y salieron del cuarto, dejando a la pareja a solas.

–Mi amor, tengo sueño, podrías ir a la casa y darte un baño, también revisa si no falta nada para el bebe–

–¿Estás segura?–

–Si Mich, anda, no pasará nada– el hombre aún no muy convencido asintió, dejo un beso en la frente de su mujer y salió camino a su casa.

Se dió una ducha rápida, aunque está se alargó mas de los esperado, solo unos minutos.

Se vistió cómodamente y tomó sus cosas nuevamente, reviso si tenía dinero suficiente en la cartera, su llaves al bolso trasero del pantalón y su celular, noto que tenía un par de llamadas perdidas de un número desconocido.

Pero aún así no le tomo tanta importancia, volvió al hospital, fue a la habitación de su esposa, dejando salir un suspiro de preocupación cuando un par de doctores salieron cabizbajos de la misma.

–¿Sucede algo?– Pregunto a la enfermera, está solo asintió con la cabeza, regalandole una mirada de pena y lastima –¿Mi esposa?, ¿Está bien?–

–No señor, la señorita, tuvo un paro cardíaco, a sido víctima de muerte indirecta–

–¿Muerte?¿Indirecta?– Estaba impactado casi horrorizado –¿Eso que significa?–

–Esta relacionado con el parto, ¿Su mujer tuvo algún mareo posterior?–

–No, a mí no me diran que la culpa la tiene mi hijo por nacer, ¡FUE NEGLIGENCIA!–

–Señor, no dije eso, fue por causas casi naturales–

–¡¿NATURALES? YO LA DEJE DORMIDA Y VUELVO Y LE SUCEDEN COSAS!- Soltó con coraje - Si la hubiera llevado a otro hospital ahora mismo estaríamos mirando a mi hijo, fue su puta culpa–

Dejo de gritar y rompió en llanto, corrió a la habitación, el cuerpo sin vida de su mujer seguía ahí, parecía que solo dormía y no estaba tan lejos en realidad, si dormía solo que su sueño no tendría final.

Tomo la mano de la mujer y la agitó, solo quería comprobar que estaba dormida y era una mala broma a la que los doctores se unieron.

–Mi vida, anda, abre los ojos, ya te has mofado de mi, no me asustes– Hablaba entre hipidos y lágrimas –Porfavor–

Cayo de rodillas junto a la cama, se recargo abrazando el cuerpo frío de su mujer.

✨🛐

Ya está señorita.
@maria_deacon

𝙺𝚎𝚗 𝚗𝚘 𝙱𝚊𝚛𝚋𝚒𝚎    Maylor✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora