𝙺𝚎𝚗 𝚗𝚘 𝙱𝚊𝚛𝚋𝚒𝚎 Maylor✓

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"Te amo, ¿okey?"

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–Hace mucho que no me llamaban de tu escuela–Dijo Michael mientras cerraba la puerta de su hogar.

-Si lo se papá, y siento que te hayan sacado del trabajo– No estaba asustado ni nada por el estilo, solo un poco de pena, pero al fin y al cabo se le iba, pues bien sabido tenía lo comprensivo que Michael era, mientras otro hombre lo habria molido a golpes justo en los pasillos del colegio, Michael lo llevo a comer por tan mal suceso.

-Esta bien, no te preocupes- Michael recordó la cara de terror que Brian tenía al salir de la escuela, esa cara que suplicaba ayuda, también recordaba la de su padre esa cara que daba miedo y se preocupo por el chico -¿Brian estará bien?-

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La familia may llegó a su hogar, y en compañia de ellos un silencio supulcrar que ponía los pelos de punta, la molestia en el rostro de su padre era evidente y aún mas evidente lo que se avecinaba para el pobre Brian.

Justo cerraron la puerta de entrada y Brian trato de huir a su habitación, sin embargo la seria mención de su nombre lo detuvo, volvió a la sala y tomo asiento en el sofá frente a su padre.

-¿Porque te han golpeado?-

-La directora te lo dijo, padre-

-Lo se, ahora quiero que tú me lo digas, ¿Porque te han golpeado?-

-Padre, estaban molestando a Roger y yo solo lo defendi, por eso- El temor se daba a notar en cada una de sus palabras, titubeaba, pues en cualquier momento podría ser receptor de un golpe.

-¿Y ese niño no puede defenderse solo acaso? ¿Es un marica o que?- Brian sintió coraje por como su padre ofendia a su rubio pero prefirió guardarselo, su padre se levantó y fue hasta el, imponente y amenazante, igual que siempre, lo miro desde arriba por un momento, haciendo que Brian se sintiera inferior a su padre, y sin aviso Harold le dió una cachetada y se marchó de la casa.

Ruth, quién desde la puerta había sido simple expectador de todo se acercó corriendo a su hijo, para envolverlo en sus brazos y repartirle varios besos por el rostro, tratando de calmar su llanto.

-Ya mi niño, tranquilo-

–¿Es-tuvo mal que ayudará a roggie?– Las lágrimas partían el corazón de su madre, odiaba ver a su hijo llorar por la brusquedad de su padre.

-¿Pero que? Eso es bueno mi amor,que bueno que lo ayudaste porque los amigos hacen eso, ayudarse, apuesto que Roger lo habria hecho por ti–

-Mama, no solo es mi a-amigo- Soltó a su madre, sabía que ella lo ignoraria por unos días, así como hacía las pocas veces en las que estaba molesta con el chico, pero no fue asi, la mujer era un poco inocente, en el sentido de no entender sobre otras relación, diferentes a la heterosexual.

-No estoy entendiendo, ¿Que es Roger para ti?¿Un hermano?- Brian espero para volver a hablar hasta que su llanto le diera un poco de tregua.

-No madre, yo quiero mucho a Roger, más de lo que quieres a un amigo, más de lo que quieres a un hermano, y el me quiere también a mí, no solo somos amigos, es am-or mama- Las lágrimas volvieron a hacer su aparición. Dándole una gran amargura a su madre, y no por el hecho de que su hijo haya dicho eso, si no porque tenía miedo de lo que Harold haría, pues era más que obvia su exigencia y amargura en cuanto a todo -¿Me odias?-

-Claro que no, ven aquí mi niño- La mujer derramó un par de lagrimas por conmoción y apretó más el abrazo, como si así pudiera proteger a su hijo tal y como había prometido ese dia en que lo tuvo en sus brazos.

Después de un rato Brian quedó dormido, profundamente, aunque aún trataba de regular su respiración.

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Roger compro un postre, pastel de vainilla con demasiado chantillin, así como bien savia que le gustaba al señor May, camino impaciente por las calles del vecindario hasta llegar a esa casa donde todo parecía perfecto. Equivoca realidad.

Tocó la puerta un par de veces, nervioso porque al verlo le azotarán la puerta en las narices, pero estaba dispuesto a correr el riesgo, necesitaba saber cómo estaba Brian.

Ruth abrió la puerta, con una falsa sonrisa, pues si, tenía tristeza, aún que su sonrisa fue más sincera cuando visualizo los cabellos rubios.

–Señora Ruth, quería traerles un pequeño obsequio– Hablo seguro, en realidad moría de nervios.

–Pasa roggie–La mujer se movió de la puerta, Roger paso y dejo el pastel el la mesa de la cocina.

–¿Está Brian?–

–Si– Pensó un poco la mujer –No creo que quiera recibirte ahora–

–¿Que?¿Me odia?–

–No, nada de eso, solo, tuvo ciertos problemas y creo que está indispuesto–

–Entiendo, ¿Podría decirle que vine?–

–Por supuesto, yo le aviso– Caminaron devuelta a la entrada, ahí fue cunado Roger pudo ver al risado dormido en uno de los sillones.

–¿Ya te vas?– La voz neutra a sus espaldas lo asustó. Brian se tallaba los ojos irritados, para poder mirar bien el rostro del rubio.

–Si, bri–

–¿Quierés ir a mi habitación?–

–No creo que sea prudente–

–Solo un rato, encontré los lapiceros que me prestaste–

Ruth se fue a la cocina porque la tetera empezaba a chillar. Roger corrió hasta el sofá dónde Brian estaba y le dió un rápido beso.

–Te los obsequio, bri– Lo abrazo y corrió a la salida, desapareciendo tras la puerta.

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¿Me extrañaron? ¿No verdad?

Bueno esto será rápido, público lo que llevo de esta semana, o mejor dicho este día, en un ratito pude hacer varios capítulos, al menos tres o cuatro creo, así que ahora que estoy robando internet, (¡¿En que me he convertido?!) Los puedo subir. Bueno bueno, disfrútenlo y gracias por esperar.