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"I Will always love you"

Brian movía su pie con nerviosismo, apenas si apoyándolo un poco contra el suelo de madera pulida, estaba ansioso por mirar a su niño, pues hace un día no le veía, ya que John insistió en separarlos solo un día antes de su boda para que ambos tuvieran su espacio para prepararse y asimilar que pronto serían esposos.

Y es que apenas pasaron un año viviendo juntos y desidieron casarse.

Mejor dicho, brian se armó de valor y pidió matrimonio, sin saber que ese mismo día Roger también le mostraría una sortija, después de carcajadas por la coincidencia ambos se dieron el si.

Brian miro a ricitos, que estaba con su padre junto a los demás invitados en los bancos de la iglesia, suspiro y limpio un poco el sudor de sus manos con el pantalón de su traje.

Mientras tanto, el auto en el que Roger iba, se estacionó frente a la gran iglesia, que acepto juntarlos en matrimonio, aunque fuese un poco en contra del catolicismo.

Su padre caminó junto a el hasta la entrada, acomodó el cuello de su camisa y sonrió.

—Tu madre estaría llorando con una gran sonrisa—

—Desearia que estuviera aquí—

—Yo también—

—Aun así, estoy feliz que tú estés aquí, conmigo, igual que siempre— Su padre sonrió, asintio y le hizo un ademán, para que entrelazara su brazo con el de él.

—Es hora, hijo— Las puertas de la iglesia se abrieron, y la típica tonada nupcial sonó.

Brian miro directamente a la puerta, encontrando a su rubio con traje blanco, y una hermosa sonrisa.

Ante la mirada de todos, el rubio camino por la alfombra roja, sin dejar de mirar y sonreírle a su prometido.
Justo cuando llegó al altar, su padre extendió su mano a Brian, entregándole a su hijo.

—Cuidalo—

—Siempre— Susurro.

Entonces el hombre se alejó a su lugar, los chicos miraron al padre que les miraba con una sonrisa y cierta ternura.

—Estamos aquí, para unir a estas dos personas que se aman, en sagrado matrimonio, pues más haya de importar su diferencia de género, están los sentimientos y amor que se proclame—

El hombre de edad avanzada dió su discurso, mientras los chicos se regalaban miradas y sonrisas discretas.

—¿Cómo me veo?— Pregunto Roger, y para Brian, si ya era un ángel desnudo, con ese traje blanco parecia un ángel de la gracia de Dios.

—Perfecto, Mi amor—

—Tu te vez muy guapo, Bri—

—Gracias, mi cielo— Entonces no dijeron más palabra, y continuaron sonriendose.

—¿Podrían traer los anillos?— Hablo el anciano, John se acercó, dejando las sortijas de oro en una pequeña almohadilla frente a los chicos —Es momento de los votos—

—Roger Taylor, prometo hacer lo que sea para que te den esos ataques de risa que no puedes parar, prometo cuidarte y amar tus pucheros, y cada cosa de ti, prometo serte fiel y atender todas tus necesidades— Puso la sortija en el dedo de Roger, dejando un beso en el dorso de su mano.

—Brian May, mi amor prometo disfrazarme de tu personaje favorito en el estreno de las películas de Star Wars, y ver contigo todos esos documentales de tejones sin quedarme dormido, prometo cuidarte y amarte igual que tú lo haces conmigo, serte un compañero fiel y amoroso— Puso el anillo en el dedo de Brian, sonriendo se mutuamente.

—Roger Meddows Taylor
¿Aceptas a Brian Harold May como tú legítimo esposo?—

—Claro que acepto—

—Brian Harold May, ¿aceptas a Roger Meddows Taylor, para cuidarle y amarle por la eternidad?—

—Acepto—

—Si no hay algo o alguien que lo impida, yo les declaró marido y marido, para acompañarse el resto de la vida tomados de las manos— Los invitados aplaudieron, mientras Roger y Brian sin esperar un poco más se dieron un beso tierno pero húmedo.

—Te amo, marido—

—Te amo más, marido— Sonrieron, y tomados de la mano abandonaron el lugar.

Esa tarde hubo una gran fiesta para los nuevos esposo, bebida, música y diversión, fotografías a todos los invitados y en cualquier situación, captando la emoción de todos en una cámara.

Sin olvidar que por la noche, Roger se entregó a Brian por primera vez como esposos, teniendo una de sus mejores noches, entre gemidos y toqueteos, terminando abrazados sobre el colchon, diciéndose te amo una y mil veces.

—¿Cuál es tu foto favorita?— Interrogó Roger mientras acomodaba un marco de fotografía sobre la cómoda junto a su cama.

—Definitivamente esa— Señaló Brian.

—No puedo creer que nuestro primer aniversario casados este más que cerca, es tan, emocionante—

—Lo se— Tomo la cintura de Roger, recostadole sobre la cama poco a poco, dándole varios besos.

—¿A qué hora es la cita?—

—Tenemos una hora libre—

—¿Deberíamos acomodar su habitación?—

—Ya lo hemos hecho, está lista para que llegué—

—¿Crees que nos quiera? ¿Crees que nos vaya a decir papás?— Pregunto con nerviosismo

—Tranquilo mi amor, nuestra familia será magnífica, con mucho cariño— Le dió un beso en la frente y le ayudo a ponerse en pie.

—Es hora de irnos, creo que no queremos llegar tarde—

—Claro que no— Salieron de su nueva casa, cerrando con seguro y subiendo al auto, que Brian condujo mientras cantaba con Roger las canciones que sonaban en la radio.

Llegaron al Orfanato, y pasaron a recepción, siendo recibidos y llevados a la oficina, dónde un pequeño de tres años ya les esperaba.

La señorita termino los papeleos y estaba todo listo, el niño era un integrante más de la familia May.

Y apesar de que las primeras horas se mostró un poco tímido, para la noche ya adoraba estar junto a Roger principalmente, si bien, Brian le agradaba, al punto que lo abrazo, con Roger estuvo todo el día sin despegarsele.

Era la hora de dormir, llevaron al niño a su habitación, le arroparon y cada uno le dió un beso en la frente, después de un pequeño abrazo y un te quiero.

—¿Dejo la luz encendida?— Pregunto Roger, el niño asintio con una pequeña sonrisa.

—Oye— Hablo casi bajito.

—Dime, cielo—

—¿Te puedo decir papá?— Roger se emocionó y abrazo otra vez al pequeño, diciéndole muchas veces que si.

Después de un rato dejo al niño dormir, llendo el con su esposo a su habitación, abrazándose.

—Estoy muy feliz Bri—

—Yo también, ya me encariñe con Dylan—

—Yo— Sonrió, cerrando lentamente sus ojos por el cansancio— Gracias por todo, mi amor—

—Gracias por estar conmigo— Brian le dió un besito en la frente, abrazándolo más fuerte y durmiendo junto con el.

¿Que más podían pedir? Tenían a su niño, una familia, se tenian el uno al otro.

Hola gente, pensé que a este fic le faltaba un final con menos incógnitas y ps aquí está, díganme si les gusta, pofis

𝙺𝚎𝚗 𝚗𝚘 𝙱𝚊𝚛𝚋𝚒𝚎    Maylor✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora