The Devil Wears White

Capítulo 65: Lo terrible después de lo malo

La oscuridad se sintió sofocante. Hacía frío, estaba oscuro y el suelo debajo de él era duro, sin dar ninguna sensación de comodidad. Una rápida mirada a su alrededor mostró lo mismo de siempre; una pared oscura allá, una pared oscura allá atrás, otra pared oscura a su derecha y, por supuesto, las barras que no mostraban nada más que oscuridad frente a él.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que se abrió la puerta de la celda? ¿Desde la última vez que había sido alimentado? ¿Desde que había visto a alguien por última vez? No lo sabía, pero la soledad era casi tan sofocante como la oscuridad.

El sonido de pasos le hizo ponerse rígido de sorpresa. Trató de levantarse y moverse hacia las barras, pero su cuerpo se sentía pesado y difícil de mover como si tuviera pesos de diez toneladas atados a sus piernas. Se vio obligado a sentarse y esperar mientras los pasos se acercaban y una sombra aún más oscura comenzó a asomar fuera de su celda.

Sin embargo, la cosa que se acercó era cualquier cosa menos humana. Su rostro parecía como si pudiera ser una persona, pero la boca estaba demasiado estirada para ser normal. Los labios se estiraron hacia arriba en una sonrisa enfermiza, mostrando los dientes afilados y dentados, y sus ojos parecían pequeños y pequeños en comparación, lo que solo se sumaba a la cualidad de monstruo de la cosa.

Era alto, extremadamente alto. Estaba encorvado para no golpearse la cabeza con el techo, y era delgado y larguirucho. Sus brazos parecían anormalmente largos y sus piernas no parecían poder sostener adecuadamente a la criatura. No había pelo en ninguna parte del monstruo y su piel estaba casi demasiado tensa como si apenas hubiera suficiente para cubrirlo por completo. Su brazo se estiró hacia los barrotes de la celda, mostrando sus dedos largos y desgarbados, y de repente, la puerta se abrió.

La criatura ni siquiera necesitaba entrar a la habitación. Simplemente estiró su brazo hacia adentro y lo levantó del suelo con facilidad, tirándolo hacia su cara. El calor y el olor del aliento de la criatura hicieron que su estómago se revolviera, y cada cabello se erizó por el miedo mientras miraba a las criaturas con sus brillantes ojos rojos.

Parecían estar allí sentados por una eternidad, y con cada minuto que pasaba, cada segundo, sentía como si se fuera a desmayar por el terror que sentía. Finalmente, la criatura se movió, su brazo moviéndose hacia algún lugar que él no podía ver, antes de retroceder y mostrarle la reluciente aguja que sostenía. Un suave gemido escapó cuando la criatura levantó la aguja hasta su brazo. El pellizco cuando la aguja fue empujada en su piel lo hizo estremecerse, otro gemido, un poco más fuerte, cayó cuando le inyectaron el líquido.

Y luego se sacó la aguja, y se quedó para mirar una vez más a los ojos del aterrador monstruo mientras sentía lentamente los efectos de ese líquido correr a través de su cuerpo.

Fue insoportable. Cada miembro, cada músculo, cada nervio, se sentía como si tuviera calambres. Los calambres rápidamente comenzaron a sentirse como si fueran reemplazados por fuego, y cada parte de él gritó pidiendo alivio. Cuando el ardor disminuyó, fue reemplazado por picazón. Una picazón intensa, casi dolorosa, que deseaba desesperadamente aliviar, pero todavía estaba en las garras del monstruo, todavía mirándolo a los ojos.

Esto continuó sigue, y sigue, y en . Un ciclo interminable de dolor, desde calambres, ardor y picazón, todo mientras mira fijamente a los ojos pequeños, la sonrisa de los monstruos solo se extiende más en su rostro. La oscuridad que los rodeaba comenzó a cubrirlos ahora, haciendo imposible ver el suelo. Comenzó a tragarlos, trepando lentamente por las piernas y las manos de la criatura, luego por el torso y los brazos, y luego por los hombros y el cuello.

Se lo tragó todo hasta que todo lo que vio fueron los ojos del monstruo fijos en los suyos, y su sonrisa aún se extendía anormalmente.

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