The Devil Wears White

Capítulo 53: Pensamientos pesados

Chicos este capítulo iba antes que 54 lo siento me equivoque
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Después de regresar de la isla, los hermanos se quedaron en su habitación por el resto del día y solo se fueron para ir al baño. La tripulación pareció entender que algo había sucedido y los dejó solos, Thatch se aseguró de llevarles comida, ya que tampoco se fueron a comer.

Marco había informado a Barbablanca y a los comandantes de lo que había sucedido y todos entendieron por qué los hermanos estaban actuando de esa manera, al darse cuenta de que esto podría convertirse en algo común si los hermanos decidían quedarse. Sin embargo, no era un problema, era solo algo de lo que tendrían que tener cuidado a partir de ahora.

Cuando llegó el día siguiente, los hermanos se agitaron y dieron vueltas inquietos en su cama. Las pesadillas plagaban sus mentes a los tres y no importaba cuántas veces se despertaban y volvían a dormirse, siempre tenían otra. Fue a las 3 de la mañana que Ace fue el primero en dejar de dormir todos juntos, cansado de cerrar los ojos solo para ver destellos de agujas y doctores sonrientes que se cernían sobre él.

Al mirar a sus hermanos, vio que ambos tenían la cara arrugada por la incomodidad, obviamente también tenían más pesadillas. Con el ceño fruncido ante eso, Ace decidió levantarse y caminar por un minuto, esperando que eso lo ayudara a distraerlo de los recuerdos repetidos en su mente. Arrastrando los pies con cuidado fuera de la cama, Ace caminó silenciosamente de puntillas hacia la puerta, la abrió sin ni siquiera un crujido y se deslizó hacia el pasillo, cerrando la puerta silenciosamente detrás de él.

Por mucho que quisiera despertar a sus hermanos, evitar que experimentaran sus pesadillas, sabía que también necesitaban dormir tanto como pudieran, sin importar si estaba lleno de malos recuerdos o no.

Caminando silenciosamente por el pasillo, Ace se aseguró de vigilar su entorno, aguzando el oído tanto como pudo. A veces daba por sentado el asombroso oído de Sabo, el rubio capaz de detectar a cualquiera que se dirigiera hacia ellos antes de que él pudiera siquiera verlos. Ahora que no estaba con sus hermanos y solo tenía su audición normal, estaba un poco más nervioso, nervioso de encontrarse accidentalmente con alguien.

Quizás debería haberse quedado en la habitación.

A pesar de sus pensamientos, Ace continuó por el pasillo, tratando de usar su mejor vista para compensar su falta de audición. Todavía estaba oscuro como boca de lobo en los pasillos, pero gracias a su visión pudo maniobrar fácilmente su camino hacia la puerta, sin problemas para alcanzarla y abrirla. Afuera había un poco más de luz, a pesar de que estaban bajo el agua, donde no había luna ni estrellas, pero la luz de la isla iluminaba la cubierta lo suficiente para permitir que aquellos con visión normal pudieran ver al menos sus manos frente a su cara. pero los dejó incapaces de ver unos metros por delante de ellos.

Ace miró hacia el nido de cuervos, vio a los que estaban listos para vigilar y rápidamente se dirigió a su punto ciego, sin estar de humor para tratar con alguien que pudiera pensar que era una buena idea charlar. Sentándose, Ace miró hacia el cielo - ¿mar? -, viendo a los peces nadar de un lado a otro fuera de la burbuja que los protegía, permitiendo que su mente divagara. Sabía que había algunos miembros de la tripulación caminando por el perímetro de la cubierta, pero no había nada que Ace pudiera hacer para esconderse de ellos a menos que renunciara a su vista del cielo, y eso no era algo que Ace quisiera hacer.