The Devil Wears White

Capítulo 36: Cuestionario de Luffy

El día siguiente empezó mucho mejor que el anterior. Aunque Luffy todavía tenía una pesadilla, fue solo una vez, cuando ya se estaban despertando de todos modos. Ahora que estaban completamente descansados, todos se sentían mucho mejor que antes, la ventaja en la que habían estado ayer se había ido como si no hubiera sucedido.

Los tres yacían en la cama, despertando todavía, todos mirando al techo con los ojos apenas abiertos.

"¿Ya está listo el desayuno?" Ace preguntó en un murmullo. Sabo escuchó por un segundo antes de asentir.

"Thatch acaba de terminar. Si vamos ahora, llegaremos antes de que todos empiecen a amontonarse", dijo Sabo, arrastrándose hasta sentarse. Ace gimió pero también se sentó, ya extrañando la sensación del cómodo colchón y las cálidas mantas. Luffy se sentó también, haciéndolo en silencio, y se puso de pie, estirando los brazos sobre su cabeza un poco más de lo que un humano normal podría hacerlo.

El hecho de que el chico no hubiera usado sus poderes de fruta del diablo una vez frente a los piratas era algo que seguía asombrando a Ace y Sabo, habiendo esperado que los usara sin pensar, pero ese no fue el caso. Sabo recordó el hecho de que Luffy también había logrado engañar a todos para que pensaran que era un mudo porque le dijeron que no hablara con nadie, y de repente no se sorprendió tanto.

Sin embargo, no usar sus poderes parecía estar ejerciendo presión sobre los más pequeños, porque cuando estaban solos, Luffy estiraba sus brazos o piernas, usando su fruta en el proceso, haciendo que los hermanos pensaran que tal vez él estaba más preocupado por eso de lo que pensaban. .

Los tres caminaron hacia la cocina, ignorando las miradas de piratas curiosos. Después de haber escuchado el nombre de Haruta ayer, se habían encerrado en su habitación, sin ni siquiera salir a comer. Afortunadamente, Sabo notó que Thatch había tenido la amabilidad de dejarles una fuente fuera de la puerta para el almuerzo y luego también para la cena.

Los hermanos definitivamente no lo habían estado esperando, pensando que los piratas no querrían desperdiciar comida en ellos si no estuvieran en la cocina para comérselo, así que cuando el chef lo hizo se sintieron un poco mejor, incluso si su día lo había hecho. ha sido horrible hasta entonces. Sabo se aseguraría de agradecer al chef cuando pudiera, agradecido de haberlos alimentado.

Los hermanos sabían que se iban a quedar con los piratas por un tiempo, sabían que al menos deberían volverse ... amigables con ellos, pero ahí estaba esa parte de ellos, advirtiéndoles que en el segundo en que comenzaban a acercarse, serían traicionados.

Por supuesto, no importa qué tan cerca estuvieran de alguien, no les iban a decir nada sobre sus poderes, porque eso solo abriría la puerta a la traición.

Los hermanos podrían intentar estar distantes para siempre, pero ¿cuánto tiempo pasaría hasta que los piratas se hartan de ellos y se vuelvan? Eso no era algo que los tres quisieran arriesgar, así que si podían evitarlo, lo harían.

"¡Hey, ustedes tres lo lograron!" Al entrar en la cocina, Thatch fue el primero en darse cuenta, sonriendo alegremente mientras dejaba un plato sobre la mesa, probablemente comida para él. Sabo le sonrió al hombre, asintiendo con la cabeza mientras él y sus hermanos iban a la mesa y se sentaban.

"Lo hicimos", dijo Sabo mientras Thatch corría de regreso a la cocina, saliendo con comida para los hermanos.

"¡Bueno, me alegro de que pudieras asistir! Te extrañamos ayer." Dijo Thatch, haciendo que Sabo se sintiera un poco incómodo ante la mención de su mal día de ayer.