Parte 4: La vida

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Y por fin logré vivir como cualquiera. Mi sonrisa ya no era de mentira. No me daba miedo llorar, no me desesperaba el fracaso, y era capaz de mirar a la muerte a los ojos, con valentía. Sabía que antes de morir iba a vivir, no poco ni demasiado, sino lo justo. Ya dormía por las noches, y a la luz del sol salía. Sentía sin miedo, amaba sin miedo, reía sin miedo. Eso era, ya no tenía miedo a que las cosas salieran mal, porque aunque solo se viva una vez, los momentos se pueden vivir muchas veces. Los amigos, la familia, y yo misma, puedo tener muchas veces. Puedo disfrutar, puedo reír, puedo llorar. Pero lo que importa, es que mi alma por fin es realmente mi alma. 

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