Harta de pataletas que no saben qué es sentirse sola
Harta de esta niña cuyos sentimientos se hacen bola
Harta de comentarios y harta de sumisión
Harta de que por herir a alguien se cobre comisión
Harta de creer que es tonta, harta de ignorar el esfuerzo
Harta de soberbia y de este eterno silencio
Harta de no poder más, de creer que esto es un sueño
Harta de la pesadilla, ya no se puede con ello
Harta de normas, harta de reglas
Harta de respeto y de "¿qué será de ella?''
Harta de pensamientos suicidas, de pensamientos que matan el alma
Harta de estar nerviosa, de sentir que ha perdido la calma
Harta de "yo te apoyo", harta de "aquí estaré"
Harta de pedir ayuda, harta de que no haya quien
Harta de esfuerzo nulo, harta de envidia
Hace falta madurez y harta de esta vida
Harta de "te quieros" que son solo dos palabras
Harta de miradas que en el fondo no son nada
Harta de quedamos, harta de salimos
Harta de que nadie quiera ser lo que fuimos
Harta de niñeces, harta de los llantos
Harta de demonios que se hacen llamar santos
Harta de quererse, harta de adorarse
Harta de pensamientos que siempre acaban en sangre
Harta de "no te entiendo", de "¿qué quieres decir?"
Harta de que nadie entienda qué hay dentro de mí
Harta de colorines, de arcoíris que nunca acaban
Harta de mirarme al espejo y no reconocer mi cara
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Resurrección
PoésieEsto no es una novela. No es ficción. No hablo de romances, ni de resolver ningún misterio. No pienso hablar de padres, madres o hijos. Ni siquiera de abuelos o nietos. Esto podría estar pasando en el edificio de al lado, en la ciudad de al lado, a...