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Leo estaba en mitad de un frondoso bosque corriendo; una manada de lobos blancos le perseguía entre los árboles y este estaba empezando a quedarse sin fuerzas para correr cuando de la nada como si se tratase de magia los lobos desaparecieron y exhausto se tiró al suelo. Los minutos parecían horas y Leo tenía la sensación de que los árboles cada vez estaban más lejos, y así era; el chico se hundía en la tierra y cuanto más esfuerzo hacía por escapar más se hundía. Tras lo que parecieron horas luchando contra la tierra. Leo acabó rodeado por un paisaje completamente negro; agua empezaba a subir por sus pies, pero él no podía mover un ápice. Cuando el agua pasó de su cabeza pequeños peces rozaban sus pies nadando de un lado a otro ignorando al adolescente. De fondo varios sonidos empezaban a juntarse en uno solo. El sonido de una voz que parecía estar cantando.

- ¿no hay ningún cerebrito que quiera salvarle? – la voz le era horriblemente familiar, era Lucas – No deberías haberlo intentado ¿te crees que yo puedo morir? ¿Qué una rabieta de una muerta acabaría con mi poder? ¿acaso crees que nunca aprendí a nadar – un millón de risas indefinibles acompañaban a su discurso mientras unas algas trepaban por las piernas de Leo; llegando hasta su boca para amordazarle.

-pero no pasa nada gafitas, gracias a tu carencia de neuronas yo soy todavía más fuerte. Hay gente que me llamaría héroe; no se los voy a negar gracias a ti soy prácticamente un dios. EL DIOS por eso no te haré la vida más difícil, aunque sería un reto interesante. Gracias a que acabaste conmigo he podido renacer y no pienso privar al mundo de perderse a su nuevo salvador- el monologo solo conseguía hacer que a Leo se le pusiesen los pelos de punta, sentía hormigas correr por su tripa dándole ganas de vomitar ¿Qué pasaría si potaba en mitad del agua? eso no era lo importante; aunque esa predicción era asquerosa para Leo.

- Tan solo quedaría una cosa que zanjar –

Las algas tiraron del chico apretando sus muslos hasta que sentía que estaba a punto de fundir sus huesos con el sentido de donde está la superficie perdida gracias a una luz verde que le rodeaba aun su mayor preocupación era la insidiosa voz de Lucas

- Au revoir, imbécil y espero que disfrutes del viaje al infierno te estaré esperando esto no ha acabado –

Se levantó sudoroso de la cama mientras su respiración y pulso volvían a la normalidad. Había sido un sueño. Eso era lo único que tenía claro. Aun así, una sensación pegajosa debajo de la piel le indicaba que era algo mas que una simple pesadilla. Algo, en algún lugar de esta tierra u otra estaba pasando algo fuera de lo natural.

esta muy cortito pero me gusta como ha quedado 

espero que os guste UwU 

el ultimo lugar al que pertenecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora