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He vuelto después de tres siglos sin escribir. Queda muy poco para llegar a la mejor parte de la historia.

Siguieron con el mayor disimulo que pudieron; el cual era prácticamente nulo, al coche de policía.

Después de correr detrás del patrulla durante lo que a Katerina le pareció una eternidad el coche aparcó. Su teoría cada vez apuntaba más a ser verdadera; habían llegado a la entrada del parque.

La entrada "oficial" era un aparcamiento de tierra desierto coronado con una caña de madera que antes hubo sido de un guardabosque, pero ahora no se utilizaba mas que para parejas que querían algo de privacidad.

Del coche salieron dos policías; un hombre y una mujer. El hombre hablaba por la radio mientras entraban al bosque con linternas.

Los chicos siguieron sus pasos desde una distancia. Esta era la zona más frondosa del parque; prácticamente todo eran eucalipto que subían hasta el cielo hasta que las ramas de la parte superior formaban un techo dejando el bosque a la sombra.

Los policías investigaban el único camino despejado (uno de tierra que era demasiado estrecho para que cupiesen los dos a la vez. Leo y Katerina caminaban entre los árboles intentando no ser vistos.

El silencio reinaba la estancia y hacía más difícil la misión de los chicos. Ambos cuidaban minuciosamente cada paso para no romper una rama o hacer ruido alguno.

Katerina sintió como si sus venas se helaban. Empezando desde la nuca la sensación se expandía haciendo que el hielo tomase forma de cuchillos que se clavaban en su piel desde dentro. La pelinegra quería gritar, pero y hielo de su garganta lo limitaba a menos de un susurro. Cuando el hielo llegó a sus ojos todo se volvió negro. Tan rápido como había llegado la sensación se fue llevándola a la normalidad.

Katerina buscó a su amigo con la mirada para confirmar que eso había pasado realmente. Leo restregaba su nuca con la mano con lágrimas en los ojos. El había pasado por lo mismo.

Antes de que alguno de los dos rompiese su sigilo sonó el sonido de una radio.

- agentes tenemos información nueva sobre el sujeto, al parecer un reconocimiento psicológico. El chico estaba jodido de verdad-

- ¿reconocimiento psicológico? – El hombre palideció mientras apuntaba a todas partes con su linterna. Los chicos tuvieron que agacharse para que no les pillasen –

La cabeza de Leo empezaba a dar vueltas ¿Lucas estaba loco? eso explicaría muchas cosas. El castaño repasó cada recuerdo que tenía de su abusón ¿ansiedad? ¿bipolaridad? ¿psicopatía? todas le pegaban. Tal vez había sido demasiado pretencioso pensar inmediatamente que esta investigación policial tenía que ver con ellos.

- no te esperes al joker; es un crío adem... –

¿Cuántas probabilidades había de que no se refiriesen a Lucas?

- Trastorno de personalidad múltiple y TEI – la voz de la radio cortó a la mujer –

Leo se preguntó que significaba ese diagnóstico ¿Qué sería el TEI? definitivamente nada bueno eso seguro

- ¿y eso en que nos afecta a nosotros? – preguntó el hombre – sea como sea ha desaparecido somos policías no psicólogos

- os afecta porque esto ha reducido las localizaciones posibles y la vuestra se ha vuelto la más posible; necesito que mandéis 10-20 vamos a mandar refuerzos puede que se trate de un 10- 55 –

- 10 -4 capitán –

- ¿10- 55? – el hombre volvió a palidecer

- suicidio –

- ya lo se coño; en quince años de servicio lo más interesante que ha pasado es un botellón de diez personas y ahora un puto niño loco... ya estoy viejo... quien me manda a mi... - el hombre siguió murmurando –

La mujer se adentró en el bosque, afortunadamente del otro lado de donde estaban ellos.

- ¿Qué haces? – gritó el hombre

- si quieres el encontrar al chico tomando el te en mitad del sendero allá tú, pero si el chico se ha escapado o otra cosa estará mas adentrado. Esto convenció el hombre que la siguió a regañadientes.

Una vez los agentes estuvieron lo suficientemente lejos se atrevieron a hablar.

- definitivamente es sobre Lucas –

- esa sensación ... -

- ¿tú sabes que es el TEI? -

- ya lo están investigando –

- están yendo hacia al oeste –

- mi casa –

- el claro y el río -

Se miraron con terror en los ojos. Tenían demasiada información, pero un conjunto de gritos hizo que sus prioridades cambiasen.

 Tenían demasiada información, pero un conjunto de gritos hizo que sus prioridades cambiasen

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como siempre gracias por leer y espero que os halla gustado

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