Mío

III

—Vamos, se nos va a hacer de noche—. Harry se apartó totalmente de la pared dejando a Louis con las piernas temblorosas apoyado en esta. Comenzó a andar en dirección a la moto pero se paró al ver que Louis no lo seguía—. ¿Por qué no te mueves?

—¿Eh? ¿Qué?—. Se separó también de la pared, parecía que estuviera en un viaje astral y es que seguía sin asimilar lo que acababa de pasar en los anteriores diez minutos, acababa de dejar de Harry le devorase el cuello cual vampiro, se sonrojo solo de recordarlo.

Y eso Harry lo notó, por supuesto que lo hizo, porque el hecho de que Louis empezara a jugar con sus dedos y bajara la mirada al suelo era una muy buena pista de ello. Se rio mientras negaba con la cabeza y se subía a la moto.

—Sube.— Y Louis volvió a obedecer.

El trayecto fue más rápido de lo que esperaba pues en menos de quince minutos ya estaba en la puerta de su casa. Bajó de la moto ante la intensa mirada de Harry y se giró hacia él cuando estaba delante de su puerta.

—Gracias, por... por traerme, otra vez y... adiós—. Levantó su mano y metió las llaves en la cerradura.

—Adiós mocoso—. Lo último que se escuchó fue el sonido de la puerta al cerrarse y la moto arrancar a la misma vez.

El domingo, Niall decidió que saldrían a comer juntos porque el ojiazul le debía una salida y no se lo perdonaría hasta que no lo llevara a comer a un McDonald's.

—¿Cómo les fue a tus hermanas en la presentación de ballet?— preguntó el rubio cuando ya estaban sentados en una de las mesas.

Louis tragó saliva,—Bien, sí, les fue bien.

—Me alegro, oye una cosa que se me olvidó preguntarte ¿Tú como te fuiste de la fiesta? Yo es que estaba en la cocina con Lindsay y cuando volví y pregunté por ti me dijeron que había salido afuera, salí pero ya no estabas.

—Yo...—Iba a decirle la verdad a Niall, tampoco era como si hubiese hecho algo malo y no creería que este le juzgaría.—Me llevó alguien a casa.

—¿Quién?—Niall había apoyado el mentón en una mano con el codo apoyado sobre la mesa.

—Harry.

—¿Styles?— Preguntó Niall con los ojos muy abiertos

—Sí, al parecer iba un poco pedo y se ofreció, bueno más bien me obligó a llevarme a casa.

—¿En moto?

—Sí.

—Mhm, está bien supongo, mejor que que te hubieses ido solo andando, la verdad es que tu casa pilla un poco lejos de todo, ¿pero fue amable contigo?

—No del todo, es decir, no mucho, osea si fue amable porque se ofreció a llevarme pero tiene una actitud de superioridad, creo. Pero me da igual, solo... me llevó a casa y ya está.

—Sí, la verdad es que su grupo de amigos son los típicos gilipollas que se meten con la gente, pero ya está. Tampoco te acostumbres si te trató bien, son muy bipolares.

—Mm, vale, tampoco creo que tenga más encuentros con él, no encajo yo bien en el grupo de 'malotes'.— Hizo comillas con sus dedos

—Ya, se te ve a kilómetros.

Joder, a Louis todo se le veía a kilómetros o que cojones.

Siguieron comiendo y bromeando tonterías y llegó la faceta curiosa de Louis.