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𖧧࣪┊CAPITULO DOCE.

El pelinegro llegó a la propiedad de Haneul, sus hombres comenzaron a entrar disparando a cualquiera que hubiese en su camino iniciando un tiroteo.

Jeon caminaba siendo protegido por el grupo de hombres y aliados disparando a cualquiera que intentara disparar o dañar a su líder.

Una vez dentro de la propiedad, Jeon se en camino hacia las escaleras dándole una señal a sus hombre que lo siguiesen con sumo cuidado y atención a cualquier movimiento.

Una vez en la segunda planta logró ver una lujosa habitación totalmente amplia, el pelinegro miro el cuerpo de Haneul sentada en uno de los sofás y con vestimenta totalmente lujosa.

El pelinegro se acercó a ella con su rostro completamente serio mirando atento a la mujer.

— Nuevamente nos volvemos a ver Señora Park  Haneul — Habló el pelinegro completamente serio.

— Créeme que tu presencia no es muy agradable para mi luego que te interpusieras en mis planes — Respondió Haneul mirando al pelinegro. — Hubiera preferido que te alejaras de mi hijo y que nunca te hubiera conocido...

— Desgraciadamente no fue así, y por algo el destino hizo que su hijo se cruzara en mi camino — Dijo Jeon. — No puedo creer lo hipócrita e hija de puta que es, mandar a dañar a su hijo y a su nieta solo por un estúpido capricho de querer obtener todo! — Exclamó Jeon molesto.

— Haría eso y más, el decidió aquel camino, bueno entonces que se haga responsable de sus actos...

El pelinegro frunció el ceño molesto apuntando a Haneul con su arma.

— Le advertí una vez que no quería cerca ni a usted ni a su esposo de Mi chico, pero desgraciadamente aquella no fue del todo aceptado por usted — Comentó el pelinegro.

— Haz lo que quieras, pero de algo que me quedo claro es que mi hijo no es del todo importante para ti...

— ¿De que demonios esta hablando?

— Si realmente te preocupara y lo amaras estarías con el protegiéndolo de cualquiera que quisiera lastimarlo, tanto a el como a tu asquerosa hija que tiene, no lo se... Sería una lastima que en un abrir y cerrar de ojos Jimin y el asqueroso bebé que espera desaparecieran por completo...

El pelinegro abrió sus ojos sorprendido aumentando más su furia.

— ¡¿Cómo demonios sabe del embarazo de mi esposo?! — Exclamó molesto.

— Lo se todo Jeon, todo este tiempo he sabido de cada movimiento que daban, los negocios que tenían y bueno, al final termine enterándome del embarazo del bastardo de mi hijo...

El pelinegro colocó su arma en la cabeza de Haneul.

— Usted no se atreverá a tocarle un maldito pelo a mi Esposo ni mucho menos al bebé que esperamos, usted se va a refundir en el maldito infierno, maldita hija de puta...

Justo cuando el pelinegro iba a disparar una pequeña bomba fue lanzado rompiendo la ventana y explotar causando que Haneul pateara el cuerpo del pelinegro y lograr liberarse de su agarre viendo a varios hombres entrar al lugar.

— ¡Es una maldita emboscada! — Grito uno de los chicos disparando a los hombres.

Jeon disparo logrando dar al brazo de Haneul dispuesto a dar otro disparo a la pierna de esta, pero un dolor se apoderó en su brazo viendo la sangre salir de la herida de bala y mirar a Haneul salir del lugar.

— ¡No la dejan escapar! — Grito Jeon disparando a aquel hombre que le había disparado.

Jeon y sus hombres salieron minutos después de aquel lugar escuchando los disparos tras de ellos.