Capítulo 5

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Inseguridad.

Aquella palabra hacía que su cuerpo se tensara y su corazón se oprimiera, desde que llegó no era la primera vez que sucedía.

Hyunjin demostraba lo fuerte que era, tanto así que sin decir nada se fue de aquella ciudad para atormentar otra totalmente distinta.

Jeongin podría aprovechar la oportunidad para ir hacia el cielo y reportar lo que ocurría, podía detener aquello que atormentaba el mundo de los humanos.

Pero ese maldito demonio dejó una especie de vigilante, no era nada agradable, su apariencia era espantosa.

Era la definición de monstruo, con una apariencia humana pero con ojos tan negros que podías morir con solo mirarlos, piel absolutamente roja, tal como la sangre, dos cuernos gigantescos en su frente.

Asqueroso.

Lucifer tan hermoso y sus siervos tan feos, pero no debía juzgar, eso estaba mal.

Bien sabía que lo hizo, pero a su punto de vista era por la mala influencia del demonio, estar tanto tiempo con uno podía corromperte.

Pero Jeongin decía que Hwang iba a necesitar más que eso para hacerlo pecar, no lo hizo en todos su años de vida y menos lo haría ahora.

El señor no lo permitía.

Él realmente tenía ganas de escapar, pero ese... "siervo" daba un miedo impresionante, creía que lo iba a matar aún cuando no había hecho nada, pero solo se quedaba allí, aproximadamente a cinco metros de distancia no le quitaba el ojo de arriba.

Su mirada poderosa no se quitaba de su persona, se sentía expuesto y nervioso, estaba en una cuerda floja, un pequeño error y era el final.

—De todas las cosas del mundo debían pasarme estas, pero no es culpa de Dios. Es culpa del maldito Lucifer, ¿puedes creerlo? te manda a ti para vigilarme y no es capaz de decirme a dónde va...

Bueno, no era como si el demonio debía decírselo, no eran nada. Pero un pequeño ávido nunca estaba de más.

Aquel monstruo no le decía nada, era como si solo hiciera lo que su superior manda. Jeongin seguía caminando, le daba miedo utilizar sus alas, ¿qué tal si esa cosa se las arrancaba?

Él no era un ángel fuerte que podía tomar una espada en la mano y salir a matar demonios, no, no, claro que no.

Él simplemente era un Querubín, no tenía propósito tan grande por esa razón, simplemente Dios quiso que los Querubines fueran conocidos por los humanos.

Aunque para ponerlos un poco al tanto, su misión principal era alabar a Dios y recordarles a la humanidad la gloria divina. Los Querubines forman parte de los coros angélicos, específicamente el segundo coro puesto que el primero lo llevan los serafines.

No es molestó en lo más mínimo, siempre fue feliz con lo que le otorgaron, pero por culpa de Hyunjin por poco y piensa que él realmente era algo para presumir.

Podría decirse que tenía razón, mientras muchos angeles tenían alas llenas de ojos por alguna extraña razón, Jeongin tenía unas plumas tan blancas que al verlas en el cielo tu vista te lo agradecería eternamente.

Alas grandes, cuerpo pequeño, de contextura delgada, con cabello blanco que se veía hermoso frente al sol, ojos de color zafiro que irradiaban pureza y recordabas el océano que se formaba con tan solo verlo. Piel blanca y de apariencia suave, voz dulce, sonrisa preciosa y risa contagiosa, música para tus oídos.

Así era Jeongin, y quizás por esa razón él jamás ha pecado, un ser tan perfecto obviamente se conformaría con todo lo que le daban, quizás sí era verdad que tenía un trato mejor que el resto.

Pero él, ciego ante eso decidía hacer oídos sordos, sabía que hubo muchos ángeles que fueron muy alabados y por esa razón terminaron yéndose del cielo, no podías ser egocéntrico, creído o sentirte superior a alguien más y menos a Dios.

La vida de los ángeles se resumía en la obligación de ser bueno, puro, agradecido, alabar a Dios por sobre todas las cosas, ponerlo a él primero, creer en sus buenas acciones y ser aquel que ayudaría a los humanos en peligro, aunque claramente esa era más tarea para los ángeles de la guardia, ¿verdad?

Era el paraíso frente a sus ojos.

Pra explicar esto de una forma más humana podría decirles:

Supongamos que un humano consigue un trabajo, la paga no es la mejor pero está bien, está muy contento por esa razón, pero ¿qué hay detrás de eso?

Sencillo, su madre aún lava su ropa, le cocinaba y no le hacía gastar un peso en la casa, entonces el humano obviamente amaría su trabajo porque nunca nada le faltaba y aquellas cosas hechas por su madre no las haría él también.

Pues, es prácticamente la situación de Jeongin, recibe un trato mejor que los demás y tiene un privilegio más grande que el resto, entonces obviamente amaría lo que hace.

Pero esas cosas él no las veía, quizás porque era muy bueno o muy humilde.

Jamás lo sabremos.

Forbbiden Love | HyunIn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora