Abril Pov
No dejaba de sorprenderme con cada paso que daba, nunca había estado en una mansión. Donde sea que miraba me encuentraba con fotos de las chicas, capturas de pantalla de charlas épicas que me hacían morir de risa.
Una amable señora me guio hacia el salón principal, veía las bolas de espejos y luces de colores que me anticipaban qué sucedería luego de la cena. Una mesa larga, con sus copas preparadas. Cada lugar tenía una frase extraída del libro que nos unió.De pronto, una de las voces más conocidas por todas me quitó del trance trayéndome devuelta a la tierra.
-¡¡¡MAYONESAAAAAA!!! -gritó acercándose a mí con una enorme sonrisa.
-¡¡POPOLITA!! -La envuelví en un abrazo y sientí que tanta felicidad no entraba en mi pecho.
-Qué alegría verte, mi mai, en verdad esto es muy loco.
-¡Te lo dije, boluda! Vos ibas a ser la millonaria del grupo. Gracias por organizar todo esto, Lil.
-No me agradezcas, estoy muy feliz de conocerlas. Ven, sígueme ya llegaron algunas, y dime Popola, como en los viejos tiempos.
A medida que caminabamos en lugar de relajarme, mis nervios se incrementaban. Vislumbré a cinco chicas, intenté reconocerlas pero ellas estaban inmersas en una animada charla, ninguna se había percatado de mi presencia. Mejor, así no me sentiría intimidada.
-¡CHIIIICAS, CHIIICAS! -gritó haciéndoles señas con los brazos-. ¡MIREN QUIÉN VINO!
Ashley, Chloe, Lucía, Claire, y para mi sorpresa Zoe, voltearon y gritaron de la emoción. Empecé a caminar con torpeza.
-¡Che, boluda! ¡Llegaste! -exclamó Ashley imitando el acento argentino y dándome un fuerte abrazo.
-Qué pequeña eres amor de mi vida -dijo sonriente Chloe.
-Ay, pero qué decís si apenas sos más alta que una hormiga -le respondí.
-Boluda, ella es más alta porque acá la hormiguita culona soy yo -dijo Zoe riéndose.
-Gracias por avisarme que vos también venías, pendeja -le reclamé. No esperaba su presencia ya que le costaba despegarse del pequeño Simón, pequeño ante sus ojos, claro.
Terminé de saludar a las chicas y quedé deslumbrada con la mirada de Lucía, sus ojos eran más hermosos de lo que se veían por fotos. Crucé miradas cómplices con Claire, con ella nos vimos el mes pasado, fuimos a conocer Italia.
Empezaron a surgir las carcajadas recordando anécdotas. Me ofrecieron algo para tomar, acepté agua, no es bueno beber alcohol sin haber comido. Ya tendría toda la noche para probar alguna copita.
De a poco iban llegando más chicas. Creí que seríamos pocas, pero a Lilith le gustaba hacer las cosas a lo grande.
Iba abrazando una a una, sin dejar de sonreír. Ahora que estaba con ellas, no entendía los nervios que sentía al principio.
El capricho me ha dado contención, risas, amor, amistad, compañerismo y fuerza. No podía existir lugar donde me sintiera más a gusto que en este.
Nuestro hogar.
Nos íbamos acomodando y noté con tristeza que no habían venido dos chicas a las que esperaba ver.
Me senté junto a Zoe y a mi derecha estaba Charlotte con quién tuve una pequeña charla que me hizo sentir un nudo en la garganta y desear escaparme unos minutos. Lilith se me perdió de vista, pero logré ver a Chloe que venía nerviosa. Estaba algo despeinada, se quedó frente a nosotras estirando su brazo para tomar la mano de su amada. Sus ojos estaban cristalinos de la emoción al verla.