Escena 4

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Marco estaba recostado en la silla de su oficina, ensimismado, recordando las dos escenas anteriores. Sus ojos estaban cerrados, pero sentía que se le iban a salir las lágrimas. Arrugó el entrecejo, suspiró y sentó recto, a noventa grados, mirando al frente y secó sus ojos a medio llorar y en ese mismo momento, entró su secretaria.

— Señor, disculpe usted que entré sin tocar. Pero ha llegado Manuel Bautista, y quiere hablar con usted sobre una nueva modelo.

— Dígale que pase. —Dijo reacomodándose la chaqueta.

— Sí, señor.

La secretaria se dio vuelta y salió de la oficina y avisó a Manuel para que entrara. Manuel era un hombre alto, piel trigueña, cabello y barba negra e iba vestido con un traje beige, con reloj, cinturón y zapatos negros. Su presencia en cualquier lugar se notaba.

— Marco, —le dio la mano— antes que nada, siento muchísimo lo de tu esposa. Mucha fuerza para ti, hermano.

— Gracias, Manuel. —Dijo asintiendo.

— Hombre, pues estoy por aquí porque tengo lo que me has pedido. Una modelo espectacular para presentar la nueva línea de ropa interior femenina.

— De acuerdo, te lo agradezco. Empecemos cuanto antes con eso.

— Pues está aquí, puede ser ya mismo. —Enfatizó Manuel.

— Listo, ve por ella y llévala al cuarto de fotografía número tres. Te espero allí.

Una vez allí, Manuel entró junto a l modelo, Marco ya estaba ahí. Este último miró a la chica de arriba abajo y la saludó de mano.

— Mucho gusto, soy Marco Menosse, dueño y presidente de esta empresa, bienvenida.

— Soy Mónica Cabal. El gusto es mío. —Sonrió levemente.

— Manuel, ¿le indicaste el procedimiento? —Preguntó Marco.

— No, no tuve tiempo, no vinimos juntos y no tuve momento aquí dentro.

— De acuerdo. —Respondió a Manuel y dirigió la mirada a Mónica, diciendo— Por favor, pasa al vestière y quítate la ropa.

Mónica asintió fue a desvestirse. Manuel y Marco esperaron en silencio, cuando Marco la vio salir, la detuvo y le dijo: "La ropa interior también, por favor". Mónica se mostró confundida y miró con extrañeza a Manuel, quien asintió, queriendo decirle que le hiciera caso y aunque algo insegura, Mónica lo hizo, se quitó su ropa interior y volvió a salir. Marco la contempló de arriba abajo, volteó a mirar a Manuel y asintió. "Date la vuelta, por favor" pidió Marco, "Ahora haz que vas a coger algo del suelo, sin flexionar las piernas". Mónica lo pensó un poco y aunque algo incómoda, obedeció. "Ahora por favor —pidió Marco— siéntate en este sofá y abre tus piernas, por favor". Mónica miró a Manuel, ya un poco molesta y este último se acercó a ella, mientras que Marco se alejó.

— ¿Pero qué es esto, Manu? —Preguntó algo nerviosa Mónica.

— El error fue mío, ¿sí? Debí haberte contado antes cómo era, pero puedes estar segura de dos cosas. 1, que lo que sucede aquí, no sale de aquí. 2, que Marco no te va a tocar ni un pelo, es enteramente profesional. Además, ya va a terminar.

Mónica asintió, aún insegura, pensando en quedarse con el trabajo y siguió la silueta de Manuel con la mirada mientras se alejaba de ella y luego la de Marco, acercándosele. Mónica abrió las piernas y Marco la observó por unos cuantos segundos, dio dos casos hacia atrás y le dijo: "listo Mónica, eso es todo. De verdad disculpa la incomodidad causada, Manuel debió decírtelo antes de llegar aquí. Te explico el por qué de esto. Se van a modelar ropas interiores, unas más pequeñas que otras y hay detalles que pueden hacer que la foto no sea del gusto de las personas que ven el catálogo, y ya que en esta empresa no se editan de ninguna forma las fotos tomadas, estás deben tomarse de la mejor forma y las modelos, por ende, estar de la mejor forma también, te sorprenderías de lo que se puede ver gracias al lente de nuestras cámaras o lo que dejan ver algunos tipos de tela y/o prenda en el cuerpo. Nuevamente una disculpa y bienvenida a Marco Menosse Corporation". Marco le dio la mano y después a Manuel y se dispuso a salir del cuarto de fotografía. Justo antes de salir volteó y se dirigió a Manuel. "Llévala con Susy, mi secretaria, para que firme el contrato de inmediato y que venga a las siete de la mañana a su primera sesión de fotos". "De acuerdo". Dijo Manuel y después sintió como Mónica lo abrazó, movida por su felicidad y se sintió un poco incomodo por sentir en su pecho los suaves senos de ella, que ya se había puesto la tanga, pero no el sostén.

Marco entró a su oficina y le pidió a Susy por teléfono que le hiciera el contrato a Mónica. Un momento después, Manuel se asomó en la puerta preguntando si podía entrar, a lo que Marco le dijo: "Ya sé, ya sé. Ven mañana a eso de las nueve de la mañana y te daré tu cheque. Ahora ya voy de salida". Manuel asintió, sonrió y deseó un buen día a Marco, que respondió de la misma forma. 

Argucia Magna - FJ Güette ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora