Remus se apresura a salir de la casa junto a su hermana. Es viernes en el mañana y no es sorpresa alguna que se les haya hecho tarde.
Envidió a su mejor amigo, quien seguía durmiendo en su cama ahora mismo. James e Issy estudian en una escuela privada en Londres, ciudad que queda muy cerca del pueblo en donde viven. Ellos pueden levantarse más tarde ya que Oliver, el chofer, los lleva allá cada mañana. Remus y Idonny, en cambio, estudian en la escuela pública del pueblo, pero entran a clases una hora más temprano que los Potter, además de tener que recorrer en bicicleta aquel no-tan-pequeño pueblo y sus rocosas-y-poco-estables calles.
Corre detrás de su hermana no sin antes lanzarle una mirada a la mansión de los Black. Recuerda la nota que James arrojó al otro lado el día anterior, y como observó fugazmente al que parece el mayor de los hermanos en la ventana.
Su mirada desciende por la cerca hasta que algo entre el césped le llama la atención.
Ignora los reclamos de su hermana cuando se dirige a ver qué es eso. Siente una pequeña descarga de adrenalina al encontrarse con una bola de papel de la cual está seguro que no se encontraba ahí antes. La toma y se la mete a la mochila antes de regresar con su molesta hermanita y tomar las bicicletas.
—Idonny, adivina que encontré junto a la cerca. —pregunta el mayor mientras pedalean a través del pueblo.
—¿Algo que valga el hecho de que llegaremos tarde? —pregunta la chica con el ceño fruncido.
—Creo que los Black contestaron la nota. —continúa él ignorando la irritación en la voz de su hermana— ¡No puedo esperar para contarle a James y a Issy!
—Si de todas formas vas a esperarlos para leerla, ¿Por qué te detuviste a leerla?
—¿Y arriesgarnos a que la señora Williams la tire en cuanto la vea? Creo que prefiero llegar tarde a Física.
La señora Williams es la malgeniada jardinera, la cual no solo mantiene el césped a raya, sino que también cuida de los rosales de la señora Potter y de los árboles de frutas que hay entre ellos, la mayoría plantados por James, Issy y el señor Potter cuando los niños eran más pequeños.
La castaña asiente, cediendo, a lo que siguen pedaleando en silencio, solo que más a prisa, como si con eso pudieran acelerar e tiempo para regresar pronto a casa.
>>>∆<<<
En cuanto los hermanos Lupin regresan, casi saltan de la emoción cuando ven que el auto de los Potter llega al mismo tiempo que ellos.
—¡James! ¡Mira!
Los hermanos a penas se han bajado del auto cuando Remus les muestra la hoja de papel que rescató del patio esa mañana.
El moreno comprende al instante. Toma la bola de papel y se dirige a dentro de la casa con sus tres amigos siguiéndole.
Se apresuran escaleras arriba, aventando las mochilas en la habitación de James, mientras este extiende la nota y le da un rápido vistazo.
—Oh no —suelta haciendo una mueca.
Su hermana se abalanza sobre su hombro y le echa un vistazo.
—¿Qué? ¿Por qué está en otro idioma?
Eso despierta curiosidad en los Lupin, quienes se abren paso entre los hermanos para revisar la hoja.
—Esto es francés. —señala Idonny quitándole la hoja a James— Remus puede traducirlo.
Los otros dos le miran un tanto escépticos. Remus se sonroja un poco, él y Idonny saben algo de francés, ya que es la lengua principal de su madre, pero Remus tiene más práctica que su hermana.
Toma la nota que le extendió la chica de piel tostada para empezar a traducirla mientras la lee.
—"Hola James y Remo..." ¿Remo? ¿Escribiste mal mi nombre, James?
—No, —contesta el de lentes de manera poco convincente debido a sus risas— pero es un lindo cambio, te queda.
El castaño pone los ojos en blanco antes de seguir leyendo.
—"Hola James y Remo. Estoy seguro de que tienen muchas preguntas, también yo. Y aunque no creo que pueda resolver todas sus dudas, intentaré con un par; Soy Sirius Black y no he salido de esta casa en mi vida..." —eso lo hace pausar la traducción, pensando que tal vez leyó mal, pero no parece ser así— "Es extraño, supongo. He vivido aquí por diecisiete años junto a mis hermanos menores, Regulus y Calipso. Mi hermana habla más inglés que yo, por eso les escribo en francés, ya que es más fácil de traducir que el latín..."
—¿Latin? —interrumpe el moreno.
—¿Recuerdas que los escuchamos hablar en otro idioma el otro día? Debe de ser latín —Remus se encoje de hombros antes de continuar— "Los vi el otro día a través de mi ventana, debo admitir que es algo raro ver gente de mi edad fuera de la pantalla."
—¿A través de su ventana? —pregunta Issy.
El mayor de los Lupin de inmediato recuerda el contacto visual que tuvo con el chico el día anterior.
—Si, ayer estaba en una de las ventanas que dan a la de tu habitación, Issy. Sirius es el mayor de los hermanos.
—¿Tú como sabes eso?
—No importa, "Me gustaría decir más, pero no se que tan seguro sea escribírselos. Mis hermanos aún no saben que les estoy hablando, pero tal vez pueda convencerlos si responden a esta carta. Por favor, manténganse en contacto." —Remus hace una pausa, y ante las miradas expectantes de los demás agrega— Es todo.
—Bueno, ¡Pues hay que contestarle!
—¿Qué le escribo?
—"Bonjour Sirius, nous espérons que vous pourrez convaincre vos frères. Et bien sûr nous resterons en contact. Nos meilleurs voeux Remus, James, Idonny et Issidora" —dictó la menor de los Lupin, asegurándose de que no se olvidaran de ellas esta vez.
—¿Qué le dijiste?
—Que James se enamoró de su hermana en cuanto la vió. —contesta Idonny mientras Remus suelta una risita.
—¡¿Le dijiste eso?! —exclama el moreno con pánico.
—Claro que no. —se burla la chica antes de regresar su atención a su hermano— ¿Deberíamos pedirle su número, redes sociales, correo o algo así?
—Hmm... creo que su correo no estaría mal, así será más sencillo comunicarnos. —contesta el de las cicatrices agregando una posdata.
Finalmente los cuatro van al patio para arrojar la pelota, con un millón de preguntas sobre el contenido de aquella extraña nota. Observan a Remus arrojar la hoja por encima de la cerca.
Pero ninguno de los cuatro chicos se imaginaba quien leería su carta primero...