Regresar a Roma siempre había sido fácil y bonito después de todo era regresar a casa pero esta vez no era así teníamos que volver a recibir los regaños de nuestras vidas y seguramente a dar ruedas de prensa y para tardarnos más en llegar decidimos tomar la clase turista (pésima idea).
Al llegar al aeropuerto todos nos miraban y otros nos grababan sin disimular y eso no iba a ser nada bueno a la hora de dar las ruedas de prensa pues íbamos tomados de la mano y con mi anillo de picas Lorenzo se pinchó y me soltó la mano en un movimiento brusco, después de eso decidimos tomar el jet privado porque la gente ya me estaba diciendo que no tenía que estar con él si me maltrataba y que yo podía salir de ahí si quería, que no estaba sola y cosas de ese estilo, en cuanto nos subimos al avión sentimos un gran alivio.
-¿Por qué usas un anillo que es literalmente un arma?, mira sangre- dijo enseñándome su dedito meñique haciendo un puchero.
-Perdón pero es un anillo muy cool y me lo regalo mi mej- me detuve al ver que ya no era así que Jane ya no era mi mejor amiga y dolió darme cuenta de esa realidad, de nuevo,- tu hermana- dije secamente- vi que bajo la mirada pero le alce la cara poniendo mi mano en su barbilla haciendo que me mirara a los ojos- ¿Qué puedo hace para que mi peach se sienta mejor?
-Chúpalo- me dijo mostrándome su dedo meñique y con voz tierna, la verdad me tomo por sorpresa pero tome su dedo y lentamente me lo metí a la boca y le di una vuelta alrededor con su dedo ya dentro de mi lengua, lo saqué y le deposite un pequeño beso, pero me di cuenta de que no estaba lastimado.
-Aguarda un segundo, ni siquiera estás lastimado y me metí tu dedo a la boca y lo chupé descaradamente- le dije con falsa indignación sobreactuada.
-Pero tú viste que me acabo de lavar las manos- dijo entre risas.
-Bueno te perdono si me sobas mi cabecita- entrecerró los ojos con una sonrisa divertida y me señaló sus piernas y puse mi cabeza encima de estas y empezó a sobarme la cabeza- tu cabello huele a cítricos- dijo en un susurro, iba a responderle pero estaba muy cansada así que solo cerré mis ojos y me quede dormida.
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-Despierta- dijo la voz tranquila de Lorenzo -ya vamos a aterrizar- y me dio un corto beso en los labios, me desperté y deseé que el mundo se acabara, definitivamente no quería enfrentar a mis padres y ver la mirada de los padres de Lorenzo como si fuera la causa de todo el mal que hay en la tierra.
-¿Crees que tus padres me odien?- dijo Lorenzo con la voz triste- después de todo jodí tu imagen pública dejándote como infiel.
-No peach por supuesto que no, ellos te quieren mucho, además lo hicimos los dos, no solo fuiste tú, me preguntaste si estaba segura y te dije que quería hacerlo y si regresáramos el tiempo aún sabiendo que pasaría esto haría lo mismo una y mil veces.
-¿Por qué?- dijo con un toque de brillo en su mirada apagada.
-Porque te amo- sus sonrisa se ensancho y me dio un beso corto, con un gran significado.
-Estoy seguro que no te amas ni la mitad de lo que yo lo hago- me dijo Lorenzo mientras besaba mi mano.
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