Había dormido como un bebé.
Ayer por la noche, cuando acabamos la película, Harry colocó otra y yo no pude negarme. La distancia estuvo ahí todo el tiempo. Una tortura constante para mí tenerlo a mi lado y que ni siquiera me abrace. Traté de verme relajada mientras comía las palomitas de maíz y me reía de la película cuando en mi cabeza realmente sucedía toda una tragedia en la que yo terminaba muerta por culpa de los encantos de Styles.
Cerca de las diez de la noche, ambos decidimos que era hora de irnos a dormir. Harry dijo que "mañana temprano nos levantaremos a hacer ejercicio". Yo me reí y, después de haber examinado las otras tres habitaciones en ese piso, decidí tomar el cuarto al costado del de Harry.
Pensé que bromeaba.
—¡Arriba, Trixie! ¡Es un fabuloso día para estirarnos! —escuchaba sus gritos detrás de mi puerta mientras la golpeaba con su puño.
—¡No me siento fabulosa! —grité en protesta.
El ojiverde soltó una carcajada a la vez que dejaba de golpear mi puerta. Entré en pánico. Él no entraría ahora, ¿o sí? Estaba completamente despeinada, mi melena hecha un lío, con solo bragas y mi camiseta de pijama. Él no podía entrar.
—¿Puedo entrar? —preguntó.
Con el corazón en la boca, tomé las sábanas y las llevé hasta mi pecho como protección, cubriéndome totalmente.
—Pasa.
La puerta fue abierta por Harry. Ahí venía él con una camiseta deportiva y unos shorts a juego color blancos. Bajo sus brazos se sujetaban dos tapetes de yoga color negro. Su mirada recorrió mi cuerpo oculto totalmente por las sábanas, pero él pareció ignorarlo.
—Pensaba salir a correr, pero encontré estos en el armario de al lado. ¿Hacemos yoga?
¿Qué le pasaba en la cabeza? ¿Por qué quiere hacer ejercicio? ¿Acaso no estamos de vacaciones?
—¿Qué hora es? —inquirí.
—Casi las ocho.
—Terrible. Solo falta que el gallo cante. ¿Qué haces despierto tan temprano?
—No es tan temprano —rió por lo bajo—. Me levanté hace veinte minutos. Ya hice el desayuno.
Apenas tenía un ojo abierto. ¿Cómo es que ya se había cambiado y estaba despierto con tanto ánimo?
—Eres demasiado energético —solté por lo bajo con voz rasposa.
—Bueno, alguien debe serlo —sonrió apoyando su hombro contra el marco de la puerta—. Por cierto, ¿te han dicho lo linda que te ves recién levantada?
Se me revolvió el estómago. Mi garganta se cerró y no, no respiraba. Estaba muda y congelada en mi sitio viendo al atractivo muchacho a unos metros de mí sonriéndome como protagonista de una película de los noventa.
—Gra- yo- ¿gracias? —balbuceé completamente confundida. Porque no, yo misma sabía que mi cabello sin su crema controladora de friz y mi rostro sin haberse lavado era un completo asco en las mañanas.
Harry solo ensanchó su sonrisa y me dio una última mirada antes de enderezarse y continuar caminando por el pasillo. Solté un suspiro aliviado cuando escuché sus pisadas resonar contra el piso al bajar las escaleras. Estaba segura ahora.
—Lavarse la cara, tender la cama, ponerme decente para que Harry no se espante —repetí por lo bajo una pequeña lista de quehaceres a la vez que me ponía de pie.
Mi celular cargando encima de la mesa de noche vibró. Lo tomé con rapidez al darme cuenta que era mi mejor amigo. Contesté la llamada y corrí hasta la puerta de la habitación para cerrarla con cuidado, sin hacer bulla.
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LoveFiction
Fanfiction¿Qué pasaría si Harry Styles pierde la memoria a solo tres semanas de comenzar su primera gira mundial? ¿Qué tan terrible sería que tú hayas sido la causante de esa pérdida? ¿Y si la única manera de prepararlo para los escenarios de nuevo y hacerl...