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24. Harry Grey

Advertencia: Capítulo con contenido explícito. Leer bajo su propia responsabilidad. X

Narra Trixie:

Los amigos de Harry eran muy divertidos. Los conocí hace unas horas, en la tarde, cuando el ojiverde y yo salimos a montar bicicleta como lo prometido ayer y fuimos a la casa de uno de ellos a cenar algo ligero.

Harry y yo habíamos dormido hasta el medio día. Fue él el que me levantó de mi cama con gritos y lanzándome sus almohadas en la cara. Pedimos el almuerzo a la habitación y vimos las noticias hasta las tres de la tarde donde cada uno se empezó a arreglar para la celebración de esta noche: año nuevo.

Yo, con un enterizo color crema con pantalón al estilo campana, un abrigo del mismo color y tacones bajos blancos. Harry con una camisa blanca y saco de vestir crema con zapatos negros. Estábamos vestidos bastante parecidos sin darnos cuenta.

Ahora, mientras cenábamos a las afueras del lujoso hotel, podíamos escuchar a la distancia algunos fuegos artificiales que estaban siendo reventados en previas. Compartía una botella de cerveza con Harry mientras oíamos la emocionante historia de uno de sus amigos, sentados al frente de nosotros en la mesa del restaurante.

—Y es por eso, querida Trixie, que Harry San jamás podrá bailar —el caballero de casi treinta años acusaba, divertido.

—Oh, ya me verás, Eiji —Harry sacudía su dedo índice hacia su amigo—. Voy a hacer un vídeo completo bailando toda una coreografía.

—Hmm, permíteme dudarlo.

—Hombre de poca fe —sentencié.

La vibración del teléfono de Harry sobre la mesa cortó nuestro pequeño debate. El ojiverde levantó su mano pidiendo perdón antes de contestar su llamada. Desvié la mirada hacia el restaurante mientras le daba un trago a la cerveza helada. Hacía mucho frío, pero esta bebida siempre era necesaria.

—¡¿En serio?! —Harry exclamó, animado.

Me giré a verlo. Él me observaba con una inmensa sonrisa, concentrado escuchando lo que le decían por la otra línea del celular.

Hice señas con mi mano pidiendo un adelanto a lo que estaba hablando, pero él parecía muy entusiasmado.

—Oh, no, está bien eso, se lo diré ahora mismo —continuó, mirándome—. Muchas gracias, Jeff, eres genial.

Jeff. ¿Yo? ¿Buenas noticias? Lo único que se me podía ocurrir era...

Harry cortó la llamada y dejó su celular boca abajo contra la mesa. Me observó mordiendo su labio inferior aguantando la sonrisa con hoyuelos incluidos. Yo sacudí mi cabeza, buscando explicaciones.

—¿Qué sucedió? —quise saber.

—¡Vienes conmigo en tour, bebé! —exclamó alzando sus brazos al cielo.

No lo procesé los primeros instantes. Poco a poco mis labios se fueron separando, asimilando la noticia y entendiendo que...

—¿Voy a... voy a...? —balbuceé—. ¿Trabajo para ti ahora? ¿En tu tour?

—Jeff no pudo conseguirte el puesto de directora, pero sí el de técnica digital. Es un poco más pesado, pero estarás en todos los shows del tour... —explicó—. ¿Lo quisieras igual?

¡¿Que si lo quisiera igual?!

—¡Lo quiero, lo quiero, lo tomo!

Contuve un gritito antes de lanzarme a sus brazos. Harry gritó de todas formas abrazándome de la cintura y balanceándonos de un lado al otro de manera incómoda por estar sentados.