11. Juegos Tentadores

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—Solo faltan dos preguntas —reí sin poder contenerlo más viendo a Harry completamente serio, molesto, fastidiado en el otro extremo del sofá.

—No. Odio ese cuestionario.

—¿A dónde irías a cenar con Harry? ¿A un restaurante italiano, a la playa o al bosque? —leí la penúltima pregunta en mi teléfono.

—¿Qué? No iría a ninguna —escupió.

—Apuesto a que cenarías en un bosque.

—Hay mosquitos. Claro que no. Elegiría el restaurante ese —Agitó su mano en mi dirección sin ganas.

Seleccioné aquella respuesta apretando mis labios con una sonrisa en ellos. Harry estaba tan harto de mí...

—¿Qué tipo de ropa crees que Harry utilizaría en un día casual? —leí la última pregunta— ¿Shorts, jeans, o pantalones Gucci?

—Ese cuestionario me hace cuestionarme a mí mismo.

Se me escapó otra carcajada. Lo que había comenzado como un juego para ver qué tanto se conocía Harry a sí mismo según el internet, había terminado con un Harry molesto por las absurdas opciones que le ponían para responder.

—Responde, Hazza.

—Ninguna. Usaría pijama —soltó—. Claramente ese que hizo el cuestionario no me conoce.

Rodé mis ojos y presioné la opción de "shorts" ya que eso era lo que más se asemejaba a su pedido. Después de unos segundos, la página me ofreció los resultados finales:

—Tienes cincuenta y dos por ciento de compatibilidad con Harry Styles —me carcajeé.

Sus labios se separaron a la vez que sus facciones se fruncían.

—¿Discúlpame? ¿Y ese cuestionario de mierda cree que me conoce más que a mí mismo?

Suspiré bloqueando mi teléfono no sin antes darle una última chequeada a la hora: las once y quince de la noche. Tenía algo de sueño, pero no quería irme a la cama aún. Me la había pasado genial con Harry hoy. Después de haber memorizado "Sign of the times" la practicamos haciendo un mini concierto. Luego de eso, Styles tocó su guitarra un rato, aprendiéndose "Carolina" y "Two Ghosts". Después de almorzar un spagetti al Alfredo exprés, terminamos el día yendo al mar y escuchando su álbum de nuevo. Cuantas más veces escuche sus propias canciones, más rápido se aprendería las letras.

—Hoy fue un buen día —dije.

Harry exhaló por su nariz lentamente estirando sus brazos por la cabecera del sofá. Sus dedos estaban a solo centímetros de mi hombro. Si yo solo me moviese un poquito a mi derecha, podría tocarlo.

—Sí, me gusta esto de estar escondido y que nadie sepa dónde estoy o qué hago.

—No he entrado a redes sociales, pero apuesto a que el fandom ya debe estar desesperado por información tuya.

—¿No has entrado a redes? —soltó sorprendido.

—Tú no lo has hecho, así que yo tampoco.

Con un suave movimiento, Harry se deslizó por el sofá hasta quedar a mi lado. Su brazo ahora estaba detrás de mis hombros y su pierna rozando la mía. Creo que está de más decir que estaba inmóvil y contenía la respiración por aquella cercanía.

—¿Cómo sabes que no? —Me preguntó.

—Porque te he visto...

—Entonces me observas —sonrió de lado.

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