17. Él

576 63 270
                                    

Narra Trixie:

Apenas había dormido cuatro horas. Todo había pasado muy rápido.

Harry cortó nuestra videollamada sin despedirse y no sabía por qué. Únicamente escuché que alguien tocó la puerta de donde estaba, así que supuse que el trabajo lo llamaba y se encontraba ocupado. No decidí molestarlo y fui a la habitación de Lucas a esperar por él.

Mi novio había hecho su maleta para unos días en Los Ángeles. Cuando volvió de hacer unas compras de medicina (que no había en California) y algunos snacks, nos fuimos a dormir y colocó su alarma a las cuatro de la mañana para despertarse temprano e irse al aeropuerto.

A esa misma hora que despertó, recibió una llamada del trabajo diciendo que Stefon, su supervisor, falleció antes de entrar a cirugía.

Lucas y sus compañeros de trabajo convocaron a una reunión de emergencia por zoom y se conectaron virtualmente para compartir la noticia. Así había estado desde hace varios minutos. Se había ido a la sala para dejarme dormir, pero yo no podía cerrar los ojos. Mi novio quería mucho a ese señor y no le habían ni siquiera dejado asimilar el hecho de que ya no estaba antes de llamarlo para una conferencia exprés.

Siendo casi las seis de la mañana, finalmente pude escuchar suaves pasos de regreso a la habitación. Lucas entró a su cuarto despacio creyendo que estaba dormida, pero al encontrarme sentada en la cama, suspiró.

—Creí que dormías.

—¿Cómo voy a dormir? —regañé con delicadeza poniéndome de pie—. ¿Cómo te sientes?

Él miraba el piso.

—No asimilo —exhaló. Se dio media vuelta y se dirigió a su armario—. Pero no puedo quedarme y no hacer nada. Debo moverme.

Lucas siempre había sido muy fuerte con respecto a estos temas. No sabía si preocuparme o admirarlo. De todas maneras, sabía que si en algún momento me necesitaba, él me lo iba a decir y aquí estaría yo para él.

—¿Qué dijeron en tu trabajo? —quise saber.

Él levantó la maleta que había hecho y la tiró en la cama con algo de brusquedad, pesaba. La abrió, regresó a su armario y empezó a sacar más camisas colgadas.

—Su puesto es mío ahora —respondió con sequedad.

Se me estrujó el corazón. Por un lado estaba feliz por él, pero las circunstancias que habían traído ese puesto no eran de celebración.

—Oh —fue lo único que pude decir.

Lucas continuó por doblar e introducir más pantalones de vestir y jeans. La maleta se empezaba a llenar mucho más y yo solo podía observarlo en silencio. Parecía que no quería hablar o solo estaba sumido en sus pensamientos.

—Stefon tenía asegurado un testamento firmado en donde me dejaba su parte de la compañía —finalmente habló, deteniendo sus movimientos—. Debo tomar su lugar ahora en California.

Me tomó unos segundos comprender a causa de la falta de sueño, pero cuando lo hice, los vellos se me pusieron de punta. Los labios se me separaron, secos. El corazón me palpitaba en la garganta. Todo se detuvo en mi cabeza.

—¿Por cuánto tiempo? —pregunté.

Mi novio me dedicó una diminuta y desganada sonrisa sin mostrar los dientes.

—Tengo que mudarme a Los Ángeles, Trix.

Volví a procesar y sentirme mal físicamente mientras digería todo.

LoveFiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora