Maryluna

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Dedicado a mi Lauren, que es mi principal apoyo. Te quiero con la vida.

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Lo último que recuerdo es de William diciéndome 'Mary ¿estas bien? ¿Mary? ¡MARY!' y después tengo un blanco. Claramente me desmaye (cual novela) y termine mis regionales en el hospital. ¡Bravo Mary!
Ahora estoy en mi casa, encerrada en mi cuarto. En realidad en el techo de mi casa, mirando las estrellas. Super romántico ¿no? No quiero hablar con nadie, estoy triste, enojada, ¿como pudo pasar eso en un día tan especial? Bueno, en unos años quedara como anécdota y me reiré. Supongo.

-Mary abrime la puerta-escuche a mi mamá preocupada.

No conteste.

-Te dejo acá un sanguchito por si tenes hambre-dijo resignada y se fue.

No tenía hambre. Tenía tristeza, enojo, bronca; no solo me había arruinado el día sino que se lo arruine a todos, preocupándolos, desmayándome e interrumpiendo su festejo.
Para aclarar, en el hospital me dijeron que solo me bajo la presión por las emociones encontradas y nada más. Estuve un par de horas y desde que salí no paro de recibir llamadas y mensajes de Will, Lauren, Diane y Richard. Pero no quiero hablar con nadie.
Mire mi reloj, ¿2am? ¿Tanto tiempo estuve acá sentada? En eso siento que tocan la puerta de nuevo. No respondo. Vuelven a tocar. Otra vez no respondo. Vuelven a tocar. Me decidí por emitir sonido.

-Mamá no quiero hablar con nadie.-sin embargo es en vano ya que vuelve a insistir. Así qué me pare y fui a abrir.

-¿Que parte de 'no quiero hablar con nadie' no entendis...-pero no pude terminar. Ahí estaba él, con jean oscuro y una remera blanca apretada al cuerpo, con su pelo rubio desprolijamente prolijo tirado para un costado, con el plato de comida en la mano y una sonrisa que me ilumina el día de solo verla.

-¿A mi también me incluye ese 'nadie'?-dijo gracioso. Sabía que él era una de mis debilidades y lo estaba usando en mi contra.

-Debería-me corrí de la puerta-pasa-y el entró.

-Bonito cuarto- dijo observándolo.

-Gracias-dije con un poco más de ánimo.

Will fijo su vista en un poster. Era una foto de él y Heather bailando. Note que la estaba mirando y le ofrecí una explicación.

-Amo esa foto-dije mirándola y el fijo su vista en mi-siempre te admire-confese mirandolo. Pero inmediatamente volvi a fijar la vista en el poster-¿sabes? Todos los días me pregunto si algún día yo voy a tener una foto como esa-dije y lo mire.

-Mary...-dijo suave.

Y quebré en llanto. Él rápidamente apoyo el plato sobre la mesa y me vino a abrazar. Estaba destrozada. Me abrazó lo mas fuerte que pudo, yo cada vez lloraba más, necesitaba descargarme. Una vez tranquila, me separe de él y limpie mi cara que estaba roja como un tomate.

-Lo siento-dije apenada

-No tienes porque sentirlo-dijo dando ánimos-si no te molesta, me gustaría que me contarás que fue lo que paso el otro día.

Tenía la confianza para decirle. Asentí y le dije que salgamos afuera. Su cara de pánico fue épica y me hizo reír. Una vez acomodados, me dispuse a contarle sobre mí.

-Me encanta estar acá, mirando el cielo-le comenté.

-¿De donde conoces a Zack Foster?-dijo directo.

-De la academia de danza-respondí con la vista perdida en el horizonte-Ahí lo conocí. El es dos años mayor; yo tenía 14 y el 16. Yo era una nena, no entendía mucho de la vida y era bastante ingenua. Él, en cambio, ya tenía más experiencias vividas, sabía como manipular a las personas y jugar con sus sentimientos. Cada vez que lo veía bailar me enamoraba más de él. Y un día me vio. Me vio ahí parada observándolo enamorada, entonces me invitó a bailar con el. Y bailamos, y bailamos, y bailamos.
Luego, de apoco fue surgiendo todo, charlas cada vez más largas, miradas más conectadas, después salimos un par de veces y un día me beso. Estaba en el cielo. Es decir, Zack Foster, el bailarín mas lindo de toda la academia (y del cual había estado enamorada desde los 13 años) me había besado. Fui su novia casi un año, pero él me destrozo William-me empecé a quebrar de nuevo- yo no me di cuenta hasta que me estuve hundida. Jamás había tenido discusiones con mi mamá hasta que apareció en mi vida. Jamás había tenido problemas de autoestima, o con la comida, hasta que apareció él.-limpie algunas lagrimas- Él jamás blanqueo nuestra relación, me decía que era para 'protegerme'; luego lo escuche decir que le daba vergüenza salir con alguien como yo y que no veía la hora que esto terminara. Fue solamente un juego. Un juego para sacarme del medio, sabía que yo era buena y se sintió amenazado. Luego de terminar, me intimido hasta el punto que no quería ni ensayar las coreos. No quería comer, me daba vergüenza de solo pensar que él me podía ver 'gorda' y burlarse. Para mitad de año estaba demasiado mal y con ayuda de mi mamá y mi mejor amiga pude superarlo y seguir con mi vida. Me facilitó el hecho que se fuera a vivir lejos de aquí.-suspire-no puedo creer que haya caído tan bajo en haber contando eso. Confíe demasiado en él.-dije arrepentida-te vas a reir-comente con aún la vista perdida en el cielo-pero mi papá me llamaba 'Maryluna' y desde que él se fue no dejo que nadie me llame así. Ni a Lauren, que es mi hermana. Pero a él se lo permití, que cosa mas tonta.-dije enojada conmigo misma.

-Ey-dijo obligándome a mirarlo- no es tonta, es especial. Todos tenemos algo que puede parecer tonto pero que significa mucho para nosotros. Muy pocas personas me dicen Will, por ejemplo-dijo intentándome levantar el animo.

-Lo se-puse mi cabeza entre mis manos y me largue a llorar-es que no hay noche que no me arrepienta de todo lo que hice. Lo deje lastimarme-llore más fuerte.

-Mary, todos hacemos cosas estupidas por amor-dijo retandome- escucha, quiero que ahora levantes el animo y estés con fuerzas que mañana te quiero en el estudio con...-y lo interrumpi

-zapatos de danza, ropa cómoda y muchas ganas de sudar, si, si, ya sé -dije medio en burla.

-con esa alegría que te caracteriza Maryluna-dijo y me quede muda.

Dance With Me [William Moseley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora