capítulo 3: Rowan

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Lo que más le gustaba del comedor eran los olores. Incluso con los ojos cerrados, podría averiguar perfectamente quién se sentaba en cada lugar. A su lado, el chocolate caliente de Kris. Los remedios naturales de la cabaña de Deméter al otro lado del comedor. Los polvos proteicos de los Ares que intentaban construir músculo.
Se había depertado más temprano de lo usual con un mal presentimiento qu se confirmó en cuanto al salir escuchó las arpías en los campos de fresas. Al menos los monstruos habían mostrado más interés en las plantas que en los campistas.
Las tareas de reconstrucción no le fastidiaban en gran medida, pero odiaba hacerlo sola. No había muchos semidioses incapaces de luchar. Además, si no tenía a nadie con quien hablar, le costaba más evitar que su mente se perdiera en el laberinto de conversaciones, emociones y sentimientos que era el campamento.
Primero tuvo que barrer todas las plumas y limpiar las matas con agua. Después revisó las que más daños habían sufrido y las que eran insalvables. Las más sufridas las tiró con manos temblorosas a las bolsas de compost. Todo el mundo sentía, pensaba demasiado alto, como gritando. Las manos y rodillas le empezaron a temblar. "Un ataque en plena vista no por favor" pensó. Se moriría de vergüenza, pero ya había empezado a perder el hilo de sus pensamientos.
Le costaba respirar y el nudo en la garganta había adquirido dimensiones tan inmensas que parecía que fuera a vomitarlo en cualquier momento.
De repente, una energía fría y oscura entró en el ambiente, haciendo que la presencia de las demás se rebajase.
"¿Estás bien?" dijo una voz. Tuvieron que pasar unos segundos antes de que pudiera contestar. "Sí, ha sido solo un... pequeño ataque"
Al girarse vio al chico nuevo que se alojaba en Hermes. Sonrió dulcemente tratando de borrar la cara de sorpresa. Supo inmediatamente que había arruinado toda unidad de oportunidad que tuviera con él. Sin embargo, el chico fingió no haber visto nada y se agachó a su lado a recoger plantas.
"¿Se debe a algo en concreto?" preguntó. "Tengo el don de la empatía de mi madre, y a veces el mundo me mare" dijo simplemente. Obvió la parte en la que ser consciente de todo lo que los demás sentían le causaba constantes ataques de pánico y no aguantar estar rodeada de gente.
El chico se encogió de hombros y siguió recogiendo plantas.
"Así que eres nuevo... ¿Llegaste bien hasta el campamento?"
"Vengo desde el sur. Me persiguieron cíclopes durante la mitad del camino. Luego perros del infierno. Tuve un encontronazo con un grupo de espíritus de fuego"
"Entonces, ¿Ya sabías que eras un semidiós? Pareces ser un experto en el tema"
El chico negó con una sonrisa sarcástica "Qué va. Les describí todo lo que había visto y me explicaron qué era cada cosa. Pensaba que se trataban de lunáticos enmascarados. No hubieran sido los primeros que viera."
"¿Y qué tal te estás adaptando a todo esto?"
"Bueno, es demasiada información que sigo tratando de asimilar. Un paso al día, ya sabes. ¿Tú llevas mucho tiempo viviendo -señaló a su alrededor- en toda esta locura?"
Rowan se tomó un momento para responder. La presencia de aquel chico era tranquilizante. Sentía confusión, impotencia, pero también mucha calma, ambición y expectación. Pero no era como los demás. Normalmente, recibía sensaciones desordenadas y sofocantes, pero él tenía un aura tranquilizante, serena...
"Qué maleducada soy. Todo este rato hablando y no me he presentado. Soy Rowan Archeron, de Afrodita. ¿Y tú?"
"Me llamo Hunter. A secas. Un placer conocerte" se dio la vuelta y se marchó por donde había venido, caminando con las manos detrás de la espalda.
Conforme se alejaba, su presencia se fue desvaneciendo. Respiró hondo mientras su cabeza se llenaba de emociones y sonidos.
Comenzó a tararear levemente, tratando de ahogar el ruido. Sin embargo  cuando se acercó Darren, estaba cantando a media voz.
"Rowan, cariño, creo que estás cantando en voz alta otra vez" dijo, mientras le quitaba el fertilizante de las manos. "Además, ya has terminado con esto. Ahora está mucho mejor"
Le acompañó hasta el interior de la cabaña. "Ya sé su nombre" dijo, mientras se lavaba las manos.
"¿Del chico alto y misterioso? Buena esa. ¿Cómo ha sido?"
"Estaba empezando a limpiar las fresas y se acercó a ver si estaba bien. Había demasiada gente fuera, ya sabes"- su hermano asintió, sabiendo a lo que se refería.
Darren era una de las pocas personas que la tomaba en serio y se esforzaba por entenderla. No la miraba como si estuviese loca.
"¿Te ha preguntado algo más?" Rowan negó mientras cogía su neceser de ducha "Tú dame más tiempo y ya verás"
Se metió en el baño, dispuesta a quitarse toda la tierra de las uñas y disfrutar unos momentos de paz.

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