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Narra Mariona:

Había llegado hace 10 minutos, estaba sentada en un banco fuera de la sala de las monjas, llevaba un rato aburrida, me habían quitado el móvil y no sabia que hacer. 

Escuché a alguien gritar de lejos, cuando me giré para ver quien era, vi que una chica andaba deprisa mientras gritaba y  enseñaba el dedo corazón, no vi a quien se lo hacía, pero unos segundos después apareció una monja gritado algo que no entendí, de un momento a otro aparecieron unas cuantas chicas que se fueron detrás de la primera chica.

*quiero conocerlas, bueno, quiero no, necesito*- pensé

-Tienes una habitación para ti sola, tu padre no quiere que compartas habitación con alguien obligadamente si tu no quieres.- dijo Isabela,  una de las monjas que había por ahí.

Yo simplemente asentí y la seguí cuando empezó a caminar.

Habíamos llegado a la habitación, era bonita a decir verdad, un poco vacía pero bonita, Isabela se fue después de explicarme unas cosas. Estuve un buen rato ordenando la ropa y todo eso, después me puse el uniforme y salí a dar una vuelta, la verdad, no conocía nada, iba un poco perdida pero ni me importaba mucho la verdad.

Llevaba media hora caminando, la verdad, ya estaba bastante aburrida, no había hecho ni una sola amiga, asique me volví a mi habitación.

Iba caminando cuando me di cuenta de que por aquí no era, no sabía donde estaba ni por donde había venido, seguí recto hasta que vi unas escaleras que Harry(nuestro dios) sabe donde iban, subí y al final de ellas había una puerta, no sabía donde llevaban pero aun así seguí, si acabo muerta, bueno, pues una menos. Cuando la abrí llevaba a la azotea del internado, todas las vistas he de admitir que eran muy bonitas.

Narra Mery:

Esa monja me tiene hasta el mismísimo coño, no sabe de lo que somos capaces juntas.

Después de decidir que si o si nos hacíamos los tatuajes cogimos el móvil que teníamos escondido y llamamos a las chicas, ellas traerían al chaval que nos tatuaría.

Después de la llamada fuimos al comedor a comer, estábamos todas muertas de hambre, al llegar al comedor nos sentamos donde siempre, donde justamente se sientan los chicos en su mesa, detrás de nosotras, Paloma, Mónica, Alazne y Lucia se sentaron delante de nosotras, justo al lado de la mesa de los pequeños y Aroha, Carla, Annaliet y yo en la otra parte, de espaldas a la mesa de los chicos.

-Buenos días pequeñas flores de amapolas- dijo vinnie sonriéndonos, todas lo miramos mal- vale perdón florecillas.

-Vete a lo que viene siendo la mierda- dijo carla.

-Ou, si ya estoy en ella- dijo tocándole el brazo.

-Quita coño- dijo Carla con cara de asco.

-¿Eso como que esta ya un poco anticuado no?- pregunte y después me metí un trozo de pan en la boca.

-Que más dará- dijo vinnie encogiéndose de hombros  y girándose a seguir hablando con los otros cavernícolas.

 Seguimos comiendo un rato hasta que siento que algo me pellizca el brazo, cuando me giro me encuentro a Blake sonriéndome inocentemente.

-¿Que mierdas quieres?- le pregunte intentando no meterle la hostia del siglo.

-A ti- me sonrió pícaramente.

-Ni en tus mejores sueños imbécil- dije y me giré de nuevo, cogí un plátano y me fui a dar una vuelta.

Narrra Carla: 

Mery se cogió un plátano y se fue, a saber donde, pero bueno, nosotras seguíamos en la mesa, ya habíamos terminado de comer pero seguíamos hablando de nuestras cosas. 10 minutos después decidimos ir cada una a la nuestra y que nos veíamos a las 17h en el sitio de siempre, en la puerta del comedor para ir a merendar como buenas comilonas que somos.

Iba hacia la zona de césped a leer debajo de un árbol, cuando llegue me senté y tuve 30 minutos de soledad, pena que se acabaron cuando llegó vinnie.

-¿Y ahora  que mierdas quieres?- pregunte muy molesta.

-Molestarte, es que no lo ves o que- dijo poniéndome un dedo en la frente y dándome un golpecito.

-Fuera de mi vista- dije y me levanté dispuesta a irme pero el me cogió del brazo y me giró.

-Quédate, tranquila, ya me voy- dijo y se alejó poco a poco.

Me senté de nuevo y retome mi lectura pero el gilipollas de vinnie vino corriendo y se me tiró encima el muy gilipollas, empecé a gritarle y me fui a la habitación, pero se que el seguía allí riéndose de mi. 

Narra Mariona:

Cuando fui a comer al comedor me senté sola, triste, lo sé, pero era lo que había que aguantar hasta que hiciera amigas. Rato después de mi entraron unas 8 chicas y se sentaron a mi lado, aunque un  poco alejadas de mi. Estuve observándolas un rato, se que suena a psicópata pero no lo soy, o eso creo, de un momento a otro me di cuenta de que ellas eran las chicas de esta mañana.

Cuando vi que  una de ellas se iba, quise ir detrás de ella y hablarme pero me dio vergüenza asique me quede donde estaba.

Casi terminando todas se fueron, pero una de ellas volvió a por algo, y a ver, puede que la mirase muy fijamente y que se diera cuenta, se acercó a mi  y se presentó.

-Hola soy Paloma, encantada- dijo extendiéndome la mano.

-Hola, yo soy Mariona- le sonreí y acepte el apretón de manos.

-¿Eres nueva aquí? - me preguntó con una sonrisa.

-Si, he llegado hoy- dije tímidamente.

-Pues bienvenida a este infierno- me dijo dando una vuelta sobre si misma mientras ponía cara de asco.

-Gracias- dije riéndome.

-¿Ya has hecho alguna amiga?- 

-No la verdad, y encima voy muy perdida-dije poniendo una mueca.

-Yo te puedo presentar a mis amigas y enseñarte todo esto- dijo con alegría.

-¿Enserio?- pregunté entusiasmada.

-Claro, vamos primero te enseñare todo esto y después iremos con mis amigas- dijo y empezamos a caminar.
















BUUUUUUENOOOOO TAMOS DE VUELTAAAAAAAAAAAAAA, después de tanto examen y de tanta escuela ya estamos readis para volver con la historia.

Esperemos que os guste, Aroha y Mery😊🌚🌚❤

INDOMABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora