PerversoCapítulo 6
Debieron pasar dos semanas más hasta que por fin ambos pudieron concertar una fecha para reunirse en la casa de Sasuke, y esa fecha era hoy.
Eran las 3:50 de la tarde del domingo, solo a diez minutos de la hora en la que acordaron ella debería llegar. En ese tiempo comprobó cada lugar de la casa en el que había escondido uno o varios cuchillos: entre los cojines del sofá, dentro de la gaveta del mueble de la televisión, otro en el bolsillo de uno de los abrigos del armario al lado de la puerta de entrada a la casa, en el interior del tanque de agua y el más grande pegado con cinta adhesiva bajo la mesa en la que se encontraba su maqueta, todos listos y de fácil acceso para cumplir con su objetivo.
Su cuerpo vibraba en anticipación, era la primera vez que haría esto en su propia casa, así como era la primera vez que se había presentado con su nombre real frente a una de sus víctimas, pero algo en Hinata le decía que ella era especial y que, como tal, ella debería tener privilegios por sobre las demás.
El timbre sonó y él se apresuró hacia la puerta, diciéndose mentalmente que debía controlarse para que todo saliera bien, así que, agarrando el pomo de la puerta inhaló por la nariz mientras que flexionaba su brazo para poder la hora, 3:59.
Empezó a mirar la aguja del reloj que marcaba los segundos, contando al compás de las pequeñas pausas cada uno de ellos.
...55, 56, 57, 58, 59...
4:00
Finalmente abrió la puerta, encontrándose con Hinata a escasos centímetros de él con su celular en la mano, su pulgar apenas suspendido en la parte baja de la pantalla. Ambos se quedaron observando el uno al otro hasta que ella hizo un leve movimiento, cambiando el peso de su cuerpo de un pie al otro, y solo entonces Sasuke se dio cuenta de que aún no la había invitado a entrar.
¿Sus modales? Solía perderlos cuando estaba emocionado.
—Hinata, hola, pasa... —Dijo, apartándose de la puerta y poniéndose a un lado para dejarla entrar.
Mientras pasaba el umbral, la observó, con su falda blanca suelta y larga, y su camiseta rosa pálido cuyos dos últimos botones estaban abiertos mientras que el tercero parecía estar a punto de ceder. Tal vez otra persona no lo notaría, pero él, observador como siempre, se percató de la ligera capa de maquillaje que embellecían sutilmente sus ya hermosas facciones. Su pelo estaba suelto y completamente liso. La fina correa de su bolso cruzado también blanco casi había desaparecido entre tantos colores claros, solo percatándose de él cuando ella guardó su celular dentro de la cartera la cual era lo suficientemente pequeña para apenas albergar su celular, dinero y, quizás, algunas tarjetas. Las zapatillas también eran simples, ligeramente rosas y decoradas con perlas. Cuando pasó a su lado casi olfateó la curiosa fragancia que arrastraba con ella, no sabía que exactamente que era, pero sin duda podía identificar algo floral.
Igual que todo su ser, ella se veía perfecta, totalmente vestida para la ocasión.
La ropa sería fácil de quitar, el bolso de destruir y la fregancia no tardaría en desaparecer.
—Gracias por recibirme en tu hogar —dijo ella una vez estuvo completamente dentro, haciendo una reverencia en 45 grados perfectos.
—No hay nada que agradecer, al contrario, yo debería ser quien diga esas palabras — Fue lo que respondió con una leve sonrisa que ella aceptó y devolvió —De hecho, tengo algo para ti como muestra de mi agradecimiento —dijo, abriendo la gaveta de la pequeña mesa al lado de la entrada y buscando el regalo que había preparado para ella.
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Perverso
FanfictionSasuke Uchiha era un hombre normal. Trabajaba, limpiaba su casa, cocinaba. Tenía un itinerario que mantenía su vida en perfecto orden, un orden que era mejor mantener. Sasuke Uchiha era un hombre normal, y como todo hombre normal, él también tenía s...